Los gobiernos de Birmania (Myanmar) y Bangladés firmaron este jueves en Napipyidó un memorando que estipula el plazo de dos meses para la repatriación de los 622.000 refugiados de la minoría musulmana rohinyá que han escapado de la violencia en el territorio birmano.
El texto "estipula que el programa de retornos debe comenzar en dos meses", indicó el ministerio de Relaciones Exteriores de Bangladés en un comunicado que no emplea el término 'rohinyá', rechazado por las autoridades birmanas, solo menciona a 'personas desplazadas del Estado de Rakáin'.
El ministro de Asuntos Exteriores de Bangladés, Mahmud Ali, y el ministro Kyaw Tint Swe, consejero de la líder birmana Aung San Suu Kyi, rubricaron el "Acuerdo sobre el regreso de personas desplazadas del estado Rakáin".
La nota oficial birmana insiste en calificar la llamada crisis rohinyá como un asunto entre vecinos, Bangladesh y Birmania, que ambos países pueden resolver de forma bilateral, dialogada y amigable

Refugiados rohinyás esperan en lo alto de una colina para colocar sus tiendas de campaña en el campamento de refugiados Balukhali en Bangladés,
EFE / Abir Abdullah
El ministro Ali, que participó en los dos días de reuniones mantenidas en Naipyidó, explicó a la cadena de televisión Somoy que era un primer paso. Ni las autoridades birmanas ni las bangladesíes han revelado los pormenores del pacto.
Aquel acuerdo se limita a reubicar a los refugiados conforme a su lugar de residencia, pero no atiende la nacionalidad de estos, uno de los grandes problemas que sufren los rohinyás en Birmania.
El actual éxodo de rohinyás comenzó con las operaciones de represalia de las fuerzas de seguridad birmanas lanzadas tras los ataques, el 25 de agosto, del rebelde Ejército de Salvación Rohinyá de Arakan (ARSA) a una treintena de puestos militares y policiales en Rakáin.

Simpatizantes del partido islámico Hefajat e-Islam han protestado contra los ataques a miembros de la etnia rohinyá en Dacca (Bangladesh).
EFE / Abir Abdullah
Aunque la violencia ha remitido y la jefa de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, ha prometido que el regreso de los refugiados será voluntario y seguro, la situación sigue sin ser la más favorable para esta minoría en el estado de Rakáin.
Desde fines de agosto, centenares de miles de musulmanes rohinyás huyen de una violencia considerada por la ONU como depuración étnica. Esta marea humana desbordó a Bangladés y causó una de las más graves crisis humanitarias desde los inicios de este siglo XXI en Asia.
Este éxodo se une a otros flujos masivos de rohinyás hacia Bangladés en las últimas décadas, especialmente en 1978 y entre 1991 y 1992. Los programas de retorno a Birmania ya han sido aplicados antes, pero la resurgencia de la violencia pone en duda su continuidad.
Este anuncio ocurre a unos días de la visita del papa Francisco a estos dos países. El pontífice argentino estará en Birmania del 26 al 30 de noviembre y luego en Bangladés del 30 de noviembre al 2 de diciembre.
Efe y AFP