Los controles talibanes en el aeropuerto de Kabul están impidiendo la evacuación de afganos que trabajaron para fuerzas occidentales, declaró el martes el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas.
"La situación se ha vuelto mucho más peligrosa (para los afganos) porque nada garantiza que puedan atravesar los controles" dijo Maas a reporteros antes de una reunión de ministros de Exteriores europeos.
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La vida volvía lentamente este martes a Kabul en medio de un fuerte temor y desconfianza de los afganos al nuevo régimen talibán, horas después de que el presidente Joe Biden defendiera con firmeza la retirada de las tropas estadounidenses.
Los comercios reabrieron en la capital afgana, el tráfico se reanudó y la gente volvió a salir a la calle, mientras que los talibanes vigilaban los puestos de control. Sin embargo, pocas mujeres se atrevían a salir.
Había señales de que la vida no sería la misma. Los hombres cambiaron sus ropas occidentales por el shalwar kameez -la holgada vestimenta tradicional afgana- y la televisión estatal emite ahora principalmente programas islámicos.
Los talibanes han multiplicado sus gestos de apaciguamiento hacia la población desde que entraron a Kabul el domingo tras una fulgurante ofensiva con la que en apenas diez días tomaron el control de casi todo el país, y del palacio presidencial, abandonado por Ashraf Ghani, quien huyó al extranjero.
Cuando gobernaron Afganistán, entre 1996 y 2001, los talibanes impusieron una versión ultrarrigurosa de la ley islámica. Las mujeres no podían trabajar ni estudiar, y los ladrones y asesinos se enfrentaban a terribles castigos.
"La gente tiene miedo a lo desconocido. Los talibanes patrullan la ciudad en pequeños convoyes. No molestan a nadie, pero por supuesto la gente tiene miedo", declaró el martes a la un comerciante en Kabul. Pese a los mensajes de los talibanes, algunas informaciones sugerían que seguían buscando a responsables gubernamentales, y un testigo dijo que unos hombres entraron en la casa de uno de esos funcionarios para llevárselo a la fuerza.
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Pasajeros afganos se sientan dentro de un avión mientras esperan salir del aeropuerto de Kabul el domingo para huir de los talibanes
Foto: Wakil Kohsar. AFP
En un esperado discurso, Biden defendió la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, donde entraron hace 20 años para expulsar a los talibanes del poder.
"Estoy profundamente entristecido por los acontecimientos, pero no me arrepiento" de la decisión, afirmó. El presidente estadounidense repitió que la misión de Washington nunca había sido construir una nación democrática en un país inestable, sino "impedir un ataque terrorista en suelo estadounidense".
Estados Unidos intervino Afganistán en 2001 debido al rechazo de los talibanes de entregar al jefe de Al Qaeda, Osama bin Laden, tras los atentados del 11 de septiembre.
"Las tropas estadounidenses no pueden ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a luchar por sí mismas", dijo Biden, reconociendo que el gobierno afgano cayó "más rápido" de lo previsto.
El triunfo de los talibanes provocó el lunes escenas de pánico y caos del aeropuerto de Kabul, adonde se precipitaron miles de personas desesperadas que intentaban salir del país. Imágenes que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, calificó este martes de una "vergüenza para Occidente".
Videos en las redes sociales mostraban a cientos de personas que corrían junto a un avión militar estadounidense a punto de despegar, mientras algunos se aferraba a sus partes laterales o a sus ruedas.
Estados Unidos envió 6.000 soldados para asegurar el aeropuerto y desalojar a unos 30.000 estadounidenses y colaboradores civiles afganos temen por sus vidas.
España, Alemania, Francia, Holanda, el Reino Unido y varios otros países trataban de acelerar este martes la repatriación de sus ciudadanos. Biden amenazó a los talibanes con una respuesta militar "rápida y contundente" si interrumpían las operaciones de evacuación.
Este martes, las tropas de Estados Unidos tomaron el control total del aeropuerto de Kabul en un aparente pacto de no agresión, protegen las inmediaciones para reforzar la seguridad.
“La multitud fue expulsada anoche y llevada fuera del recinto del aeropuerto de Kabul y ahora la situación está en calma y bajo control”, dijo a Efe este martes un empleado de la aerolínea privada afgana Kam Air.
Aunque los vuelos comerciales, en particular los vuelos domésticos, no se han reanudado, “esperamos que los vuelos de Kam Air se reanuden en los próximos dos o tres días”, añadió.
La calma ha vuelto al aeropuerto de la capital afgana después de que ayer, en el primer día del país bajo el control de los talibanes, miles de personas desesperadas por huir de Afganistán desataron el caos intentando abordar vuelos de repatriación.

Combatientes talibanes son vistos en la parte trasera de un vehículo en Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021.
Efe
Los talibanes anunciaron este martes una amnistía general para todos los funcionarios del Estado, a los cuales exhortaron a volver a trabajar normalmente, dos días después de haber tomado el poder en Afganistán.
“Se decretó una amnistía general para todos (...) por lo tanto deben retomar su vida cotidiana con total confianza”, anunciaron los talibanes en un comunicado.
Pero los habitantes de la capital tienen miedo, sobre todo las mujeres, que en su mayoría no se arriesgan a salir a las calles.

Una persona sostiene una pancarta durante una protesta frente al edificio del parlamento en apoyo de Afganistán y contra los talibanes, en Berna, Suiza.
Efe
Un grupo de países europeos aceptó detener temporalmente todas las deportaciones de afganos cuyas solicitudes de asilo habían sido denegadas, confirmó hoy la Agencia Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que había pedido este lunes que se interrumpieran esas devoluciones.
El organismo se mostró aliviado y satisfecho de la decisión tomada en ese sentido por Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Suecia, Suiza, Dinamarca, Irlanda, Países Bajos y Noruega.
El llamamiento del ACNUR a detener las deportaciones se basó en el aumento de la inseguridad causada por el retorno de los talibanes al poder y la amenaza que esto supone para los derechos humanos de la población.
"Tememos en particular por las mujeres y niñas, y por aquellos que son percibidos como colaboradores de gobiernos anteriores, de organizaciones internacionales o de fuerzas militares de otros países", comentó en Ginebra la portavoz del ACNUR, Shabia Mantoo.
Esta situación también ha causado un rápido deterioro de la situación humanitaria, con más de la mitad la población del país que necesita recibir ayuda humanitaria. Según el organismo, desde principios de este año más de 550.000 afganos han sufrido desplazamiento forzado a causa del conflicto y la inseguridad, con la gran mayoría de ellos que se han quedado dentro de las fronteras del país.
Mantoo recordó que "los Estados tienen la responsabilidad legal y moral de permitir que los afganos huyan en busca de seguridad, y de no devolver a los refugiados".
AFP y EFE
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