Emmerson Mnangagwa prestó juramento este viernes como nuevo presidente de
Zimbabue y sucesor de Robert Mugabe, quien dimitió el martes después de haber dirigido el país con mano de hierro durante 37 años.
"Yo, Emmerson Dambudzo Mnangagwa, juro que como presidente de la República de
Zimbabue seré leal a Zimbabue y obedeceré, respaldaré y defenderé la Constitución y todas las otras leyes de Zimbabue", prometió ante decenas de miles de personas.
La jura se produjo en un gran acto de ambiente festivo en un estadio de la capital, Harare. Entre vítores del público asistente, Mnangagwa prometió que "servirá" al país y a su Constitución, y que fomentará lo que sirva a Zimbabue para "avanzar, a la vez que luchará contra lo que le pueda perjudicar".
Aunque su presidencia lleva el título de "provisional" y será sometida a examen en comicios en 2018, en su ceremonia de juramento Mnangagwa se presentó ante los zimbabuenses como un hombre dispuesto a llevar al país a una nueva etapa, a reconstruir la economía y a gobernar para todos.
"No debemos ser rehenes de nuestro pasado", instó en el discurso que dio inicio a su mandato, mientras todos miraban con cautela a la espera de que los discursos sobre un avance democrático se conviertan en hechos. jugó un papel clave en la matanza de más de 20.000 miembros de la etnia Ndebele.

Simpatizantes asisten a la ceremonia oficial de juramento del presidente provisional de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa.
EFE
Cuando Robert Mugabe lo destituyó como su vicepresidente el 6 de noviembre para favorecer las ambiciones de poder de la primera dama, el presidente olvidó que son el sigilo y los ataques por sorpresa contra oponentes políticos los que le valieron a su antiguo aliado el apodo de "Cocodrilo".
Aunque ahora es visto como el salvador de la democracia zimbabuense y vitoreado por muchos de los que se manifiestan contra Mugabe, Mnangagwa tiene un pasado oscuro: como ministro de Seguridad tras la independencia en 1980.
Además, Mnangagwa, rindió un homenaje al "padre de la nación", Robert Mugabe: "Aceptamos y reconocemos todos su inmensa contribución a la construcción de nuestra nación", declaró. Claro está, que aunque alabó a su predecesor, es incierto que desmantele el aparato de seguridad que se utilizó para la represión durante el gobierno de Mugabe.
Efe y AFP
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