Personas en discapacidad cognitiva, población afrodescendiente y comunidad LGBTI son algunos de los beneficiarios de diversas iniciativas inclusivas en el Valle del Cauca. Aquí, tres ejemplos:
Desde hace ocho años, Julio César Mora Gómez, de 31 años, con diagnóstico de autismo y quien no encontraba apoyo para su formación y vinculación laboral, trabaja en una reconocida cadena de tiendas de café en Cali, donde es conocido por su compromiso, puntualidad, carisma y responsabilidad, y desde donde ha podido, además, aportar económicamente a su familia.
Julio César es uno de los 170 beneficiarios del programa de Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano del Instituto Tobías Emanuel, organización que desde 1965 trabaja por la inclusión social de personas con discapacidad intelectual de los estratos 1, 2 y 3, quienes “han sido excluidos del sistema tradicional de educación debido a la inexistencia de estrategias que les permitan a los jóvenes continuar en el proceso escolar”, indica Stella Rubiano Rozo, directora ejecutiva del Instituto.
El programa dura tres años y se desarrolla en ocupaciones laborales como panadero–pastelero, auxiliar administrativo, auxiliar de almacén y bodega, jardinería y vivero, o armado de piezas de joyería, todas estas reconocidas por el Ministerio de Educación Nacional con certificación técnica laboral.
“En el primer año de formación, la persona con discapacidad intelectual rota por los cinco programas con el propósito de definir el perfil personal y ocupacional, identificando sus habilidades, destrezas e intereses, guiada por los instructores y apoyada por el departamento de psicología”, señala Elizabeth Romero Ortiz, rectora del Instituto.
En el segundo año, se capacita en las competencias específicas del programa elegido, y en el tercero, realiza las prácticas, ya sea en el Instituto o como aprendiz en una empresa.
De acuerdo con Romero, “el programa fortalece el ‘Yo interior’, enriquece el desarrollo personal, las relaciones interpersonales, la participación en diferentes espacios de la vida social, familiar y laboral, y fortalece su identidad, autonomía y autodeterminación para asumir su proyecto de vida”.
En el 2008, a raíz de un paro realizado en el Valle del Cauca con los corteros de la caña de azúcar, dos jóvenes afrocolombianos- Miguel Ibarra Nieves y Juan Gabriel Giraldo- decidieron crear DRECCA (Fundación para el Desarrollo y Reivindicación Etno-Cultural de las Comunidades Afrodescendientes), orientada a buscar soluciones a las problemáticas de exclusión social que sufría la población afrocolombiana, principalmente en el departamento.
DRECCA tiene entre sus objetivos, impulsar la unidad de la población afrocolombiana, raizal y palenquera y población no afro, a través del desarrollo de manifestaciones artísticas, culturales, patrimoniales, gastronómicas y artesanales, entre otras. Así, impulsa talleres, convocatorias y cursos de formación cultural y empresarial nacional e internacionalmente.
De acuerdo con Juan Gabriel Giraldo, director ejecutivo de la Fundación, lo que se pretende es crear y ejecutar proyectos y programas socioculturales que propicien la unidad y desarrollo de la raza humana, que generen trabajo a la población afrocolombiana, raizal y palenquera, a través de una cultura empresarial productiva.
“Estamos trabajando en el autorreconocimiento como una forma de combatir el racismo y la discriminación racial, rescatando nuestra historia, valores y saberes ancestrales. Esto nos han permitido reconocer nuestra valía y aporte a la construcción del país, derribando barreras que nos ha tenido invisibilizados y excluidos de la vida nacional”, recalca Giraldo.
La iniciativa también capacita a los jóvenes afrocolombianos, raizales y palenqueros sobre cómo acceder a la educación superior a través de créditos condonables del Icetex, intercambio con jóvenes de otros países, especialmente de EE. UU., y cómo aplicar a becas como la Martin Luther King.
Además, “brinda oportunidades de cursar una carrera en la Policía Nacional, a través del programa que tiene la embajada de EE. UU. en Colombia, con el cual les costean la carrera; así mismo, genera una cultura de trabajo productivo con mujeres, especialmente madres cabeza de familia y desplazadas por la violencia”, acota Giraldo.
Gracias a esta labor, jóvenes como Cindy Córdoba Arroyo, primera becaria Martin Luther King de la fundación, fue seleccionada, en el 2013, para el programa SUSIs (Study of the U.S. Institutes For Scholars), patrocinado por el Departamento de Estado de EE. UU. y la Embajada Americana en Colombia, y Miguel Ibarra Lenis hizo parte de un grupo de jóvenes líderes latinoamericanos en un intercambio cultural por varias ciudades de EE. UU.
“La diversidad sexual es una realidad que se agolpa en diferentes periferias y prontitudes de la realidad social. Por esta razón, la U. del Valle se propone ser un espacio donde todas las personas puedan convivir, compartir y expresarse sin temor ni violencia; esto es ser un campus para las diversas formas de significar la vida”, bajo esta premisa, la Vicerrectoría Académica de la Universidad del Valle creó ‘Campus Diverso’, un proyecto pionero de acompañamiento a personas con identidades de género y orientaciones sexuales diversas (IG/OS).
El proyecto nació con el propósito de reconocer el sentir y vivir de aquellas personas que realizan un tránsito en su orientación, identidad y/o expresión sexual y de géneros, brindar una adecuada orientación en salud y bienestar integral desde la medicina familiar, y en la importancia de profundizar en estos temas desde el ámbito académico.
El accionar interventivo del proyecto ha beneficiado a la población de diversas maneras. Una de ellas, señala la Vicerrectora Académica de UniValle y directora del proyecto, Liliana Arias Castillo, es el servicio de orientación socioeducativa y asesoría por medicina familiar, que busca generar y fortalecer un vínculo de confianza y reciprocidad entre los profesionales que hacen el acompañamiento y la persona a la cual se orienta, que trabaja en la construcción y apropiación de herramientas psico-socio-pedagógicas en diversidades sexuales e identitarias, y en el fortalecimiento de habilidades que promuevan el empoderamiento en sus procesos personales.
Incluyendo aquí el reconocimiento de los derechos humanos y la legislación(enfocada en personas trans), en relación con procesos de salud, cambio de nombre y componente sexo en documentos de identidad; y, desde la medicina familiar, se brinda atención integral a las personas con IG/OS diversas que deseen orientación en procesos de Terapia de Reemplazo Hormonal Trans (TRHT).
Asimismo, comenta la Vicerrectora Académica, en educación y sensibilización a la comunidad universitaria, desde donde se trabaja en su inclusión y bienestar integral. a través de jornadas pedagógicas ofrecidas a los distintos estamentos de la Universidad del Valle.
“‘Campus Diverso’, teniendo en cuenta las necesidades locales, regionales y nacionales, conjuga su accionar y carácter pedagógico sobre estos temas mediante un trabajo articulado con otros proyectos, iniciativas y organizaciones tanto de la Universidad como externos a esta, procurando, por ejemplo, servicios de extensión”, explica la doctora Arias Castillo.
La visibilidad que ha logrado el proyecto se ratifica en la obtención del galardón entregado a la Universidad del Valle por parte del Ministerio de Educación Nacional, siendo calificada como una de las universidades más incluyentes del país.