Mejorar la infraestructura hospitalaria de la Costa, a la par de atender la apremiante situación generada por la pandemia, pareciera una misión tan ambiciosa como imposible, pues se trata de una cuenta regresiva que no da espera.
Sin embargo, las entidades prestadoras de los servicios de salud (clínicas, hospitales, IPS y EPS) y el Gobierno han centrado sus esfuerzos en responder a las necesidades de la población no solo desde la ampliación de los recursos, sino desde el óptimo aprovechamiento de los mismos.
Esto implica invertir en estrategias dirigidas a evitar que la infraestructura de salud existente colapse, entender que el foco de la respuesta debe dirigirse a la disponibilidad de camas para hospitalización, la ubicación de personas con datos de direcciones erradas, la adaptación tecnológica para atenciones virtuales y la capacidad de laboratorios para cumplir con los tiempos de resultados de muestras, principalmente.
Estrategias que sí funcionanRosmayra Ruiz Cantillo, directora de Comunicaciones de Mutual Ser EPS, considera que en Cartagena, por ejemplo, la clave a la respuesta ha estado en lo que se ha denominado “estrategias de bloque”, las cuales han llevado a tener excelentes logros en la intervención de la crisis por covid-19.
“En infraestructura, los esfuerzos se concentraron en contar con más ventiladores para ampliar la capacidad de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Como estrategia desde el Gobierno central, Cartagena recibió 69 ventiladores, hoy disponibles en las clínicas Gestión Salud, Estríos, Clínica General del Caribe y Clínica La Nuestra. Lo que aumentó la capacidad de camas UCI a más de 350”, cuenta Ruiz.
No obstante, el logro más importante de Cartagena es que ha impactado a toda la población al lograr la concertación de los diferentes actores, Gobierno local, EPS, IPS, médicos, personal de salud y comunidad con un solo propósito: revertir la dramática situación en contagiados y fallecidos por la pandemia que se vivió en el mes de mayo.
Una de las estrategias concertadas fue la del cerco epidemiológico, la cual se mantiene vigente y ha permitido el trabajo mancomunado junto a 30 barrios de Cartagena, detectando oportunamente casos positivos para evitar la propagación del virus.
“En las jornadas de cerco epidemiológico no importa qué EPS tengas o si no la tienes; la estrategia es una sola y todos los usuarios reciben la misma atención e intervención. Los resultados son contundentes”, señala Ruiz, explicando que Cartagena pasó de tener una tasa de mortalidad de más del 12 por ciento en mayo, a tener hoy una de menos del 3 por ciento.
A estos esfuerzos se suman cambios en las atenciones presenciales, las cuales pasaron a ser virtuales. Al mismo tiempo, se fortaleció la infraestructura tanto de las IPS como de las EPS en materia tecnológica, disponiendo de plataformas y herramientas para la comunicación con las personas, el refuerzo del talento humano organizacional para apoyar el acompañamiento, monitoreo y atención de las personas sospechosas o confirmadas por covid-19 y la implementación de estrategias para mitigar los contagios, tales como hospedaje en hoteles para aislamiento, búsqueda activa y monitoreo de personas mayores de 60 años de edad.
“Pensamos en buscar un espacio que tuviera la infraestructura idónea, donde los pacientes pudieran tener las distancias exigidas por el Ministerio de Salud y, además, donde pudieran estar vigilados por personal médico capacitado para la atención de personas con covid-19”, explica Ruiz al referirise a los llamados 'Centros de aislamiento'.
Para Malka Irina Piña Berdugo, gerente general del Nuevo Hospital de Bocagrande, los refuerzos más significativos, a nivel de infraestructura, han sido las ampliaciones de capacidad instalada, tanto en hospitalización general como de cuidados intensivos, pero sobre todo a nivel de ruta de atención del paciente con enfermedades respiratorias.
Cabe destacar que estos esfuerzos se han circunscrito a áreas específicas, independientemente de si atienden o no a pacientes con covid-19, beneficiando no solo a los servicios de urgencias sino a todos los niveles de atención. Piña cuenta que, en su caso, diversas áreas se han tenido que destinar para la atención exclusiva de patologías respiratorias.
“Definitivamente, lo más crítico en un comienzo fue poder tener las camas suficientes tanto de hospitalización general como de cuidado crítico para poder albergar a los pacientes infectados por Sars-CoV-2. Sin embargo, poco a poco hemos ido notando, en el fondo, que la real necesidad del sector es poder llegar a darle prioridad a la atención primaria y el enfoque en la promoción y prevención de la enfermedad, para que no lleguemos a los extremos de la patología”, acota Malka Peña.
En el caso del Nuevo Hospital de Bocagrande, la apuesta por contar con casi 100 camas ha implicado la inversión -hasta este momento- de aproximadamente el 50 por ciento del ingreso del mes, lo cual varía en cada IPS conforme a las mejoras que se hayan realizado, las diferentes tecnologías a implementar y los servicios a prestar.
Bajo la gestión liderada por el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo Omar, y con la coordinación de la Secretaría de salud del departamento, se vienen realizando acciones concretas para enfrentar la pandemia desde tres grandes frentes: la prevención, en donde la educación y la sensibilización han jugado un papel muy importante, utilizando los medios masivos de difusión, redes sociales, prensa escrita, mensajes radiales y la realización de múltiples estrategias como el programa de 'Caicedo te cuenta', realizado en vivo, llevando educación y sensibilización a través de mensajes de prevención.
Por otra parte, en el frente de diagnóstico, el Laboratorio de Salud Pública del departamento se ha venido fortaleciendo a través de la adquisición de equipos y elementos que permitan aumentar la realización de pruebas moleculares, que si bien no se tiene la capacidad para procesarlas en este momento, se han podido reforzar las acciones para aumentar la toma de muestras y su envío a los diferentes laboratorios de salud pública de Bogotá.
A pesar de que el departamento cuenta con una red pública deficiente, la cual se encontró en una situación bastante precaria en cuanto a condiciones de infraestructura y locativas, se han logrado hacer intervenciones en obras y adecuaciones que han permitido aumentar rápidamente la capacidad instalada.
En el municipio de Ciénaga, por ejemplo, se utilizaron espacios de su hospital que carecían de equipos industriales, como aires acondicionados, o un adecuado sistema de gases medicinales, aire medicinal o de vacío.
A partir de ello, se dirigieron esfuerzos para instalar y poner en funcionamiento 19 camas de cuidados intensivos con las condiciones técnicas adecuadas y las condiciones de habilitación que garanticen la seguridad tanto para la atención de los pacientes que allí sean remitidos -y que requieran atención de cuidado crítico- como para el personal de salud.
Igualmente, se están haciendo intervenciones en todos los hospitales de segundo nivel, como el Hospital San Rafael de Fundación, en el cual se logró instalar una central de gases medicinales para la pronta apertura de siete camas de cuidados intermedios, con capacidad de convertirse rápidamente en Unidad de Cuidado Intensivo.
A través de la Gobernación, también se han gestionado otros recursos. Actualmente, por ejemplo, cursa un proyecto con fondos de regalías que busca dotar 84 elementos o equipos biomédicos, los cuales permitirán la apertura de 84 camas de cuidado intensivo en la red pública de segundo nivel del departamento del Magdalena.
Para ello, los hospitales de la región (como Fundación y Plato) han trabajado no solo en la reconversión de sus espacios, sino en la construcción de Unidades de Cuidados Intensivos completamente nuevas, que seguirán prestando sus servicios después de la pandemia. De esa manera, el departamento cuenta con 19 Unidades de Cuidados Intensivos funcionando y, próximamente, habilitará otras 20.