Manejo de residuos sólidos, uso adecuado del agua y reducción de la huella de carbono son algunas de las acciones de responsabilidad ambiental que ha desarrollado el Instituto de Estudios y Servicios Ambientales (IDEASA) de la Universidad Sergio Arboleda.
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Diego Rivera, docente e investigador del IDEASA, explica que estas estrategias se han implementado en el marco del cumplimiento de la nueva política ambiental con el fin de gestionar adecuadamente los impactos, tanto positivos como negativos, generados por las actividades desarrolladas en la Universidad.
Una de las principales iniciativas está enfocada en aportar a la disminución de la huella de carbono. La Universidad continúa mitigando y compensando las emisiones de gases de efecto invernadero producido por las diferentes actividades académicas. “Lo que se busca es generar acciones sostenibles, por ejemplo, que los estudiantes se bajen del carro y usen más la bicicleta u otros medios de transporte, y que hagan uso responsable de los recursos para reducir la huella de carbono”, dice el investigador.
Otra acción ambiental es la gestión de residuos sólidos que hacen a través de las 3 R, (reducir, reciclar y reutilizar), con la que se busca dar un manejo adecuado a los diferentes tipos de residuos que genera la universidad. El objetivo es reincorporar los materiales a otras cadenas productivas y llegar al punto de basura cero.
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La Universidad continúa mitigando y compensando las emisiones de gases de efecto invernadero producido por las diferentes actividades académicas
A futuro se plantea establecer un modelo de las 9 R, que apunta al modelo de economía circular, con diferentes factores como recurso hídrico y energético, entre otros.
La tercera acción, a favor del medio ambiente, se centra en la transformación cultural, que consiste en educar a la comunidad administrativa y académica sobre cuál es su rol dentro de la sociedad. Que cada persona se pregunte: ¿Cómo puedo ahorrar agua y energía, o puedo reciclar?
Y en las cátedras ambientales que son transversales a la universidad, se busca que los estudiantes entiendan cómo pueden contribuir a partir de su oficio o profesión a cuidar y preservar el medio ambiente.
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Adicionalmente, esta institución es líder en programas de posgrado y pregrado en Ingeniería Ambiental, Administración Ambiental, maestría en Gestión Energética, maestría en Mitigación y Adaptación al Cambio Climático y especialización en Gerencia Ambiental.
Según datos de la institución, desde el 2009, que inició el proyecto de la huella de carbono, ha compensado un total de 3207 toneladas de Co2, a partir de acciones encaminadas a la protección de reservas naturales y siembra de árboles.
Investigaciones que se destacan
Por otro lado, el equipo de investigadores de la Universidad de IDEASA también trabaja con la comunidad externa bajo líneas temáticas encaminadas al desarrollo de estrategias ambientales para el sector mineroenergético, energía sostenible, mitigación y adaptación al cambio climático y tecnología 4.0.
Para Ellie Anne López Barrera, docente investigadora del Instituto, son varios los proyectos que han tenido impacto en las comunidades.
Resalta la gestión integral de los residuos sólidos del resguardo indígena Kankuamo, en Valledupar, enfocados en criterios de economía circular y agroecología, con el fin de aprovechar aproximadamente 1.881 Kg de residuo/mes, generados en las 24.012 hectáreas correspondientes a las veredas Los Háticos, Ramalito, Rancho de La Goya y Mojao.
Buscamos generar acciones sostenibles, por ejemplo, que los estudiantes se bajen del carro y usen más la bicicleta u otros medios de transporte (...) para reducir la huella de carbono
“Con este proyecto se espera que la comunidad genere productos que puedan ser distribuidos entre los habitantes e, incluso, ser comercializados entre poblaciones vecinas. Esto es, productos obtenidos del procesamiento del plástico reciclado: materas, canecas o papel reciclado, etc.”, explica la investigadora.
Otro proyecto para destacar es el de minería de oro artesanal a pequeña escala en el municipio de Andes, Antioquia. Realizaron un trabajo de caracterización de la población; describieron el impacto ambiental en el municipio —a partir de las variables ambientales, sociales y económicas—, y analizaron las buenas prácticas, oportunidades de mejora y tecnologías que se pudieron incorporar en el municipio.
Otra investigación que resalta la docente es la de la comunidad pesquera de Tasajera, Magdalena. Con este proyecto se buscó aportar al fortalecimiento de la actividad pesquera y a la consolidación de este sector para el desarrollo del país no solo desde lo económico, sino, además, desde lo social.
“En este escenario se detectaron problemáticas relacionadas, como la falta de incentivos a su actividad, el aumento en las restricciones en áreas de pesca, disminución del recurso a causa de la sobreexplotación comercial, debilidades organizativas y muy pocas opciones para los procesos de comercialización de productos”, destaca Ellie.
*Este es un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO, con el auspicio de la Universidad Sergio Arboleda.
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