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Así trabaja el sector privado por la reconciliación en Colombia

Entre 2016 y 2022 PAR se relacionó con 690 aliados e hizo más de 100 alianzas público privadas.

Entre 2016 y 2022 PAR se relacionó con 690 aliados e hizo más de 100 alianzas público privadas.

Foto:Archivo Particular

el sector privado alinea sus negocios con la vocación y potencial del territorio para el desarrollo.

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Dentro del corregimiento El Danubio, en Florencia (Caquetá), una comunidad de 130 familias indígenas caficultoras está detrás de la producción de un café de calidad Triple A reconocido a nivel internacional.
Estas familias venden su producto para la marca Esperanza de Colombia, creada por Nespresso, una de las cadenas de café de más alto valor a nivel mundial, la cual hizo pruebas de catación en el lugar y encontró que el café del Danubio es de alta calidad.
Según explicó Huver Posada, Director de las Oficinas Coordinadoras de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), el encadenamiento de estos productores con la empresa se logró luego de un acompañamiento que les permitió mejorar su producción cafetera hasta volverla de talla internacional. “Además del acompañamiento técnico y social, se mejoró la infraestructura dentro de las fincas cafeteras de estas familias, con la entrega de nueva maquinaria para el beneficio y secado del café porque las fincas adolecían de la infraestructura mínima para sacar un buen producto”, destacó Posada.
Estas familias cafeteras y víctimas de la violencia también pasaron por un proceso de reconstrucción del tejido social y generación de confianza. En un escenario de conflicto armado, contar con este proyecto productivo fue la oportunidad propicia para acercar a vecinos que antes, por desconfianza, no interactuaban, y ahora trabajan y generan ingresos juntos.
Luego de ello, los productores lograron hacer una alianza con la Cooperativa de Caficultores del Caquetá, la cual acopió y compró el café. Durante el proceso, la Federación Nacional de Cafeteros invitó y coordinó con Nespresso las pruebas al producto. Después de conocer la calidad del café, la empresa se interesó en hacer un proceso de proveeduría incluyente para involucrar a los caficultores en su cadena de valor.
Este encadenamiento les permitió a los caficultores aumentar los precios de su producto, sus ingresos y consolidar el acceso al mercado de manera permanente, ya que la relación comercial sigue vigente. También fue una oportunidad para que los productores pudieran entablar relaciones directas con instituciones como la Federación Nacional de Cafeteros y aumentar su capacidad de negociación con compradores de mercados diferenciados que se interesan en café de alta calidad, lo que hace que este proceso sea sostenible. Los productores han reportado que estos ingresos adicionales les han permitido hacer mejoras en sus viviendas e invertir en la educación de sus hijos.
De esta forma, se evidencia cómo el sector privado alinea sus negocios con la vocación y potencial del territorio para promover el desarrollo de las comunidades y para fortalecer procesos locales de reconciliación, entendida como la capacidad de generar lazos de confianza, respeto y diálogo entre las comunidades mismas, y entre los productores y las empresas.

El poder de las alianzas

Historias que muestran el alcance del sector privado de llegar a municipios afectados por el conflicto a través de sus cadenas de valor

Historias que muestran el alcance del sector privado de llegar a municipios afectados por el conflicto a través de sus cadenas de valor

Foto:Archivo Particular

El caso del Danubio representa una de las muchas historias de éxito del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR), iniciativa de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA, que finalizó recientemente.
Entre 2016 y 2022 PAR se relacionó con 690 aliados e hizo más de 100 alianzas público privadas. Estas alianzas apuntaron a un propósito superior: fomentar la reconciliación a través de la generación de oportunidades de inclusión social y económica con actores - incluyendo el sector privado - que antes no conversaban, compartían o colaboraban.

Las empresas cada vez más están haciendo sus inversiones sociales con la claridad de que están aportando a la construcción del país, generando confianza y reconstruyendo tejido social.

Según explicó Larry Sacks, Director de la Misión de USAID en Colombia, estas historias dan cuenta del aporte que el sector privado está haciendo hacia la reconciliación en Colombia: “las empresas cada vez más están haciendo sus inversiones sociales con la claridad de que están aportando a la construcción del país, generando confianza y reconstruyendo tejido social con sus intervenciones. Por esto también sus inversiones sociales están cada vez más alineadas con sus negocios”.
El conocimiento, la capacidad de innovar, la permanencia en el territorio y el alcance que tiene el sector privado de llegar a municipios afectados por el conflicto a través de sus cadenas de valor son un aporte clave que, unido a los esfuerzos de la cooperación internacional y el sector público, genera alianzas poderosas, sostenibles e inspiradoras.

Los migrantes, pasos de reconciliación e integración

Otra población que se ha visto beneficiada con estas alianzas por la reconciliación es la migrante. El 22,4 por ciento del total de las alianzas desarrolladas durante PAR estuvieron dirigidas a promover la inclusión social y económica de esta población, así como de la población receptora y de los colombianos que retornaron al país.
Precisamente, Alberto Rosero, Gerente Comercial de Contenido de CLARO, dio a conocer una estrategia llevada a cabo para población migrante, especialmente en zonas fronterizas como Uribia, en la Guajira.
“Lo que buscamos fue crear un espacio para 60.000 migrantes venezolanos en el que les entregamos información de valor sobre cómo regularizar su situación en el país gracias al acceso a tecnologías de la información que les permitan comunicarse, entender y acceder a información”, aseveró Rosero.
Para lograrlo, a los participantes se les entregó una sim card sin costo y un paquete de bienvenida, que les permitiera tener minutos, mensajes y redes sociales para comunicarse con sus familiares. “Les enviamos más de 700.000 mensajes de texto en los que les íbamos informando cómo regularizar su situación y cómo acceder a puntos de atención”, agregó Rosero.
De esta forma, pudieron identificar oportunidades para su integración al país, a través del acceso a contenidos de temas claves cómo salud, educación, vivienda y empleo en alianza con el portal Colombia Sin Fronteras.
Este es otro ejemplo de cómo el sector privado puede aportar a la reconciliación con inversiones que están directamente relacionadas con sus negocios, aportando así soluciones que son eficaces y sostenibles en el tiempo.

Más de 100 empresas vinculadas en la reconciliación del país

De otro lado, en el marco de la Estrategia de Competitividad Inclusiva, la Fundación ANDI y PAR trabajaron en el desarrollo de proyectos que articularon a las empresas afiliadas a la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) con organizaciones de productores o emprendimientos de población en situación de vulnerabilidad.
“Teniendo en cuenta las problemáticas sociales y económicas del país, tenemos un desafío y una necesidad para que las empresas puedan ayudar a superar la pobreza e inequidad y ayudar en la reconciliación y generación de paz. Por ello, se formuló esta apuesta de Competitividad Inclusiva para incluir en la cadena de valor de las empresas a la población vulnerable, ya sea con empleo o como proveedores”, explicó Catalina Martínez, directora ejecutiva de la Fundación ANDI.
Gracias a esta estrategia, cerca de 1100 personas de diversas partes del país le venden a más de 35 empresas que ajustaron sus procesos de compras con prácticas más incluyentes. Hoy, estas empresas mantienen sus estrategias de inclusión y diversidad, lo que le permite a los productores involucrados en sus cadenas de valor contar con oportunidades de mejora en educación, seguridad alimentaria, prácticas de equidad de género y cuidado del medio ambiente.
El trabajo articulado y colaborativo entre sector privado, sector público y tercer sector es fundamental para abordar los retos de reconciliación y construcción de paz que tiene Colombia. De acuerdo al Índice de Inversión Social Privada del 2021 elaborado por Jaime Arteaga y Asociados, las grandes empresas que operan en Colombia vieron que sus ingresos se redujeron en promedio entre 15 y 25% durante el 2020, mientras sus inversiones sociales aumentaron 24% en el mismo año. La inversión de estas empresas en municipios afectados por el conflicto fue de $449 mil millones de pesos. Esto quiere decir que existen recursos y un enorme potencial de co-invertir con el sector privado en temas sociales que a su vez sean importantes para los negocios. Así, trabajar por la reconciliación de Colombia es uno de estos temas en los que se puede seguir trabajando colaborativamente.
+CONTENIDO. Un proyecto de Contenidos Editoriales de El Tiempo con el auspicio de USAID.
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