Una de las lecciones más importantes que nos deja esta situación es la imperiosa necesidad de trabajar en equipo en el futuro. Es evidente que las ferias de arte y, en general, el ejercicio de internacionalización de los programas va a tener que repensarse bajo otros caminos, en los cuales las alianzas con galerías extranjeras y locales y el trabajo asociativo van a jugar un rol fundamental. Esta será una gran oportunidad para democratizar el acceso, para entender que muchas veces nuestras acciones en el medio estaban centradas en un nicho específico y que ha llegado el momento de pensar en otros públicos y otros canales de difusión.
La virtualidad tendrá un rol más relevante, pero evidentemente será complementario y no una única vía de comunicación: la experiencia de acercarse a las artes es muy personal y no es estandarizable, y es justamente por ello que los ‘viewing rooms’, famosos por estos días, han resultado muy exitosos en tráfico de visitas, pero muy pobres en términos de ventas. Aquí vendrá un reto muy importante y será el de entender que virtualidad no es sinónimo de catálogo digital de obras y que muchas de las experiencias procesuales y de articulación curatorial deben vincularse para potenciar una lectura y una experiencia personal en el espectador.
La virtualidad tendrá un rol más relevante, pero evidentemente será complementario y no una única vía de comunicación
Es cierto que aunque vienen tiempos turbulentos, que harán que todo tarde mucho en regularse, estamos confiados en que las artes en general van a salir muy fortalecidas de este proceso. Esto, debido a que este periodo de confinamiento ha llevado a una necesaria reflexión sobre lo vital y lo necesario, ponderando las cosas que realmente nos permiten cultivarnos y crecer como personas. Y por supuesto el arte es una de ellas.
CARLOS HURTADO Director de la Galería Nueveochenta
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