Este martes, durante el conversatorio de EL TIEMPO 'Garantías Electorales 2022', el registrador nacional Alexánder Vega Rocha explicó las medidas que ha adoptado la Registraduría para evitar algo que pasaba en otras elecciones: personas que ya habían fallecido y que luego aparecían 'votando'.
El registrador explicó que lo que pasaba antes es que el registro de defunción de una persona estaba a cargo de sus familiares, "antes del 2014 la defunción se tenía que registrar por parte de los familiares, eso ocasionó que la gente no registraba sus muertes y seguían en los censos. No era una omisión de la Registraduría, el familiar no registraba eso", indicó.
Como no se registraba el fallecimiento de estas personas, no eran excluidas del censo electoral. Sin embargo, para evitar que esto siguiera pasando, la Registraduría nombró un equipo que, junto con el Dane, hizo un intenso trabajo para depurar los registros.
"Nombramos un equipo de la Registraduría, en coordinación con el Dane, y logramos sacar 336.000 registros y hemos seguido depurando", indicó Vega.
En este momento ese trabajo continúa, y el equipo de la Registraduría sigue yendo a funerarias y notarías para seguir depurando las listas y sacar las cédulas de las personas que ya fallecieron pero que no se registraron.
Frente a la pregunta de por qué aparecían 'muertos' dando su voto en las elecciones, Vega aclaró: "No es que los muertos hayan votdo, es que la gente que mantenía la cédula de su fallecido la vendía".
Agregó que desde la analítica que tiene la Registraduría han detectado entre 300 y 400 casos de ese tipo de suplantación de personas en elecciones, pero que en estas votaciones que se aproximan eso se solucionará gracias a las medidas como la huella y firma del votante, así como una verificación biométrica de la personas que va a votar.