Juan Carlos Restrepo, el consejero presidencial para la Seguridad y la Convivencia, anuncia que en la primera década del posconflicto, lejos de disminuir, el pie de fuerza de la Policía crecerá en al menos 50.000 efectivos. Restrepo da algunas claves de la reforma de esa institución presentada este martes por el presidente Juan Manuel Santos y que recoge varias de las sugerencias de la comisión creada hace un año para ‘repensar’ la institución.
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¿Por qué se necesita hacerle reingeniería a la Policía?
La Policía está viviendo uno de los momentos más trascendentales en su historia. Al mismo tiempo están ocurriendo un par de fenómenos que afectan su misionalidad: el posconflicto y la vigencia del nuevo Código de Policía y Convivencia Ciudadana. Esos dos cambios estructurales generan la necesidad de pensar en una Policía más ajustada a las condiciones actuales del país, de revisar la misionalidad de la institución.
¿En ese nuevo escenario de posconflicto se contempla disminuir el número de efectivos de la Fuerza Pública, de la Policía en particular?
Hay que tener en cuenta que la Policía debe mantener la seguridad en las ciudades, como hoy lo hace, y llegar a los territorios y a los sitios donde no solo no había presencia de la Policía, sino del Estado en general. La institución tiene unos planes de crecimiento que están dentro de su planeación ordinaria; y además, como lo anunció el Presidente, habrá un incremento en incorporaciones para el 2017 y el 2018. Y durante los siguiente 10 años se van a incorporar aproximadamente 5.000 policías al año, para poder garantizar esa presencia en todo el territorio nacional. Además del crecimiento orgánico, también hay unas optimizaciones importantes: se va a hacer más eficiente el servicio de seguridad ciudadana, poniendo más personal más en la calle y menos en las oficinas. Esa es una de las recomendaciones que hizo la comisión especial: incorporar civiles a las labores administrativas y recuperar al personal de la Policía en las labores de seguridad ciudadana.
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¿En cuánto tiempo el colombiano del común va a ver estos cambios?
Ya están ocurriendo. Permanentemente ha habido el proceso de crecimiento del pie de fuerza: la principal demanda de los alcaldes y gobernadores normalmente es tener más policías en sus calles.
La Policía terminó cumpliendo funciones que son de naturaleza militar (..) y los militares terminaron cumpliendo funciones de la Policía:
¿Por qué es importante que la Policía recupere el espíritu civil que dejó de tener en el país desde la época de la Violencia?
En la parte más fuerte del conflicto que vivió el país era tan apremiante la necesidad responder a las amenazas que la Policía terminó cumpliendo funciones que son de naturaleza militar: haciendo trabajo contrainsurgente, haciendo inteligencia en la lucha contra la guerrilla... Y los militares terminaron cumpliendo funciones de la Policía: cuidando instalaciones, embajadas; hasta escoltando mandatarios. Esta es la oportunidad propicia para reencauzar la misionalidad de unos y otros: que la Policía vuelva a cumplir funciones de seguridad ciudadana, de naturaleza civil, y que las Fuerzas Militares cumplan funciones exclusivamente atinentes a la seguridad nacional. Esto, sin embargo, no implica desconocer los retos que, pese a haberse firmado un acuerdo de paz con el grupo insurgente más grande, hay hacia el futuro. Esos retos demandan una perfecta planeación y una perfecta coordinación interinstitucional entre las Fuerzas Militares, la Policía y las demás entidades del Estado, como la Fiscalía y los mismos jueces.
¿Cómo empata la intención de desmilitarizar la Policía con seguirla manteniendo bajo la tutela del Ministerio de Defensa?
La comisión especial abordó este tema y concluyó que si bien es importante que la Policía recupere su naturaleza civil, la tutela del ministerio de Defensa ha sido un factor importante en los procesos de depuración, de especialización, que hay que decir que tiene todos los aspectos positivos del mundo. Dados los retos actuales que todavía tiene el país, la comisión recomendó que en el futuro inmediato, por lo menos hasta el 2025, la Policía se mantenga en el Ministerio de Defensa.
¿Esto implica que el famoso Ministerio de Seguridad no está ni en planes?
La comisión también abordó ese tema y consideró que es importante pensar hacia el futuro en tener un Ministerio de Seguridad. Son cosas que vamos a poder evaluar con una óptica más sosegada ahora que no todas las fuerzas y no todos los organismos del Estado tienen que estar preocupados por el conflicto. Desde la Presidencia de la República hay conciencia de que habrá oportunidad para revisar las políticas de seguridad ciudadana y alinear todas estas entidades de carácter civil, como la Policía Nacional, la Superintendencia de Vigilancia, el Departamento de Control de Comercio de Armas, la Defensa Civil; todas, entidades que tienen que ver con la función de seguridad ciudadana.
¿Es compatible la idea de mejorar la seguridad en las calles con los proyectos que pueden llevar a excarcelaciones masivas?
Sí lo es. En primer lugar, porque hay que revisar la política criminal en su conjunto: hay que entender que el sistema penal carcelario ha fracasado, como lo ha dicho la Corte Constitucional cuando declaró el estado de cosas inconstitucionales en relación con el sistema penitenciario. Se fracasó en la intención de resocializar a los presos y en la de garantizarles los derechos humanos. Lo que buscamos aquí no es disonante. Lo que busca el Estado es normalizar el sistema penitenciario, sí construyendo más cupos carcelarios, pero también racionalizando el uso de la pena: implementando medidas de política criminal que permitan liberar a personas a las que no se les resuelve su situación oportunamente o a personas que han cumplido una parte sustancial de la pena. También, a quienes no representan peligro para la sociedad. No es un mensaje de que el crimen paga: es un mensaje acorde con las tendencias actuales. Hay otras formas de castigo que les sirven más a la sociedad que tener a las personas en los campos de concentración que hoy en día vemos.
¿Por qué la comisión no se pronunció sobre las denuncias de supuesta corrupción que sacudieron la institución el año pasado?
No lo hizo porque desde el principio quedó claro que esa no era su misión. Esos casos están en manos de los organismos de control respectivos, que están adelantando las investigaciones respectivas.
Entre el 1.° de enero y el 5 de marzo de este año se reportaron en el país 1.916 homicidios.
Una reducción del 13 por ciento si se compara con el mismo periodo del 2016, cuando hubo 2.194.
La tasa de homicidios en los últimos 12 meses se ubica en 24,9 por cada 100.000 habitantes, siendo la más baja desde 1974.
En todo el 2016 se registraron 12.200 homicidios, según balance entregado por el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
Los indicadores de seguridad también muestran una reducción del 50 por ciento en secuestros, con 10 casos; y de un 69 por ciento en extorsión. Hasta la fecha han sido denunciados 439 casos de extorsión, mientras que para el año pasado sumaban 1.420.
También hay un balance positivo en la reducción de hurtos en todas sus modalidades.
La mayor diferencia se dio en hurto a entidades financieras: en el 2016 se registraron 27 casos, mientras que este año van 16.
Le sigue el hurto de vehículos con una diferencia del 25 por ciento. Para el periodo señalado se habían reportado 5.097 casos.
Sin embargo, las cifras más altas se dan por hurto común (23.048) y hurto a personas (17.182).
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