Desde Cartagena, en donde instaló la Trigésima Asamblea de la Cumbre de Contralorías y Tribunales de Cuentas de Latinoamérica y el Caribe, el contralor general Carlos Felipe Córdoba reveló un balance positivo de los últimos 16 meses gracias a la aplicación del control preventivo y concomitante del órgano de control, que le permite hacer alertas a entidades territoriales antes de que se produzcan daños fiscales.
En el evento, Córdoba también abogó por preservar la independencia de las entidades fiscalizadoras superiores y dijo que Contraloría en Colombia afronta presiones de grupos de poder afectados por decisiones.
“Aquí, como en todo el mundo, hay gentes que piensan que el país es de ellos y los demás vivimos en arriendo. Pero, así como ellos son ciudadanos colombianos, yo también lo soy”, afirmó Córdoba, y advirtió sobre amenazas permanentes y sistemáticas para tratar de acabar con las entidades fiscalizadoras superiores que suceden en varios países de América Latina y el Caribe.
“Sabemos que nuestra función no es del agrado de quienes actúan trasgrediendo las leyes con el objetivo de apropiarse de los recursos de los colombianos, sin embargo, no nos preocupa, porque la Contraloría General de la República de Colombia no es Felipe Córdoba, es una entidad con una tradición de casi 100 años, técnica y con funcionarios de gran experiencia e idoneidad”, anotó en el evento de inicia de la Trigésima Asamblea de la OLACEFS.
Así mismo, el jefe del órgano de control destacó varios beneficios del control preventivo y concomitante que ejerce la Contraloría, con la adopción de las nuevas tecnologías de la información para realizar vigilancia permanente y en tiempo real desde la fuente y uso de recursos.
Precisamente indicó que en los 16 meses que lleva la Contraloría con esa función se han podido ahorrar 5.500 millones de dólares, mientras que con el modelo de control fiscal anterior solamente recuperaba $750 mil millones al año, recordó.