"Hoy estamos aquí, en donde pasaron estos hechos dolorosos que quitaron la sonrisa de estas madres, de estas hermanas, que luchamos por limpiar el buen nombre de nuestros seres queridos. Invito a mis compañeras, que luchamos para demostrar que no fueron guerrilleros, y que tampoco murieron en combate".
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Las palabras de Cecilia Arenas fueron sucedidas por un desfile de 13 mujeres que sostenían en las manos las fotos de sus muchachos. De sus hijos. De sus hermanos. De esos que fueron asesinados por miembros del Ejército. Por soldados que armaron un entramado criminal para matar inocentes y presentarlos como guerrilleros muertos en combate, engordar sus cifras de "éxito militar" y recibir incentivos.
Esas mismas mujeres que llevan 14 años exigiendo justicia por esas ejecuciones extrajudiciales —conocidas en Colombia como 'falsos positivos'— llegaron a Soacha, el pueblo desde donde se llevaron a sus muchachos hasta el Catatumbo (Norte de Santander) para matarlos.
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Las madres de Soacha con los rostros de sus familiares asesinados por el Ejército y presentados falsamente como bajas en combate.
César Melgarejo. EL TIEMPO
Esas mismas mujeres que tanto han exigido justicia, se pararon este martes, lado a lado, con algunos de los responsables de asesinar a sus muchachos. Invitaron a los militares a subir al escenario, adornado con un fondo que decía "Reconocer para no repetir", eso que tanto falta en Colombia.
"Estamos aquí con el compromiso que quisimos, con la única finalidad de que llegara este momento para dignificar el buen nombre de estos jóvenes que fueron asesinados a manos de la extinta Brigada Móvil 15, y del Batallón Santander", dijo el teniente coronel Gabriel de Jesús Rincón Amado, quien sostenía una plata en su mano izquierda.
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"Con estas flores, queremos decirles que así como esta planta surge frente a los embates del clima, la misma humanidad y el mismo desarrollo para mostrarse ante el mundo con unos ojos bonitos, así han sido cada una de ustedes frente a la lucha que ustedes han tenido estos 14 años para demostrar que sus hijos y sus familiares no eran, ni fueron, ni pertenecieron a ningún grupo criminal", agregó Rincón.
El encuentro fue organizado por la Comisión de la Verdad, que incluirá en su informe final los principales hallazgos de la investigación sobre los 'falsos positivos'.
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Yo quería matarlos. Quería matarlos porque e habían quitado a uno de mis seres queridos, a mi hijo adorado. Hoy no, hoy puedo hablar con ellos
"Para el desarrollo de la investigación, la Comisión recopiló 1.042 entrevistas a víctimas, 178 entrevistas a comparecientes y 402 entrevistas a expertos, testigos y otros actores", contó el comisionado Alejandro Valencia en el evento, y añadió que la entidad recibió más de 300 informes sobre estas ejecuciones de parte de la sociedad civil.
El encuentro de las víctimas con los responsablesEl reconocimiento de verdad y responsabilidad por parte de los militares se dio después de un proceso extenso de preparación y acercamiento entre las víctimas y los responsables de los crímenes, muchos de los cuales también hablaron hace apenas dos semanas en la ciudad de Ocaña, Norte de Santander, en la primera audiencia pública de reconocimiento de responsabilidades de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un paso clave para que el tribunal imponga las primeras condenas.

Carmenza Gómez es una de las madres de Soacha.
Comisión de la Verdad
"Yo, la primera vez que fui a una audiencia, yo quería matarlos. Quería matarlos porque e habían quitado a uno de mis seres queridos, a mi hijo adorado. Hoy no, hoy puedo hablar con ellos. Pude hablar con uno de los reclutadores. Es un proceso largo que se ha hecho", dijo este martes Carmenza Gómez, vestida -como sus compañeras- con una camiseta blanca con el mensaje 'Dime la verdá' estampado.
El general (r) del Ejército Nacional Paulino Coronado —quien es el oficial de mayor rango imputado por la JEP hasta ahora—, pidió perdón por su responsabilidad por omisión en los crímenes e hizo una invitación para que los demás involucrados digan la verdad.
“Aquí perdió Colombia entera, perdió la confianza en el Ejército. Tenemos que admitir que esto ocurrió, así algunos quieran enmascarar la verdad, pero esa verdad es necesaria para corregir el rumbo. Debemos admitir que nos equivocamos como institución. No debemos callarnos y debe primar la vida”, dijo Coronado.
Los militares también reafirmaron lo que las víctimas han dicho por más de una década: que sus hijos no eran ningunos delincuentes, que eran personas humildes y honradas.
Agradecemos la labor tan corajuda de la madres de Soacha. Les pido que no paren esta lucha, este dolor de ustedes tiene que sentirlo toda la institución del Ejército
“Quiero decirle al país que estos asesinatos sí ocurrieron y a personas inocentes les apagamos la ilusión”, dijo Sandro Pérez, sargento (r) del Ejército Nacional.
¿Y cuáles fueron las razones para esos asesinatos de inocentes? El coronel Gabriel de Jesús Rincón dijo en su intervención que todo fue "con el fin de contemplar unas estadísticas para brindar una falsa sensación de seguridad” en el país.
El encuentro también fue la oportunidad para que las víctimas contaran sus historias, los giros en sus vidas tras las muertes de sus seres queridos, las heridas que aún tienen abiertas.
Varias de ellas contaron cómo se ha transformado su dolor en los últimos años, y algunas, incluso, les agradecieron a los uniformados por tener "la valentía" de reconocer el daño que causaron y pedir perdón.
Como dijo Cecilia Arenas, hermana de uno de los jóvenes asesinados: “La verdad puede movilizar a dos personas buscando el camino del perdón. Hoy, en Colombia, estamos entendiendo que con la verdad avanzamos hacia la reconciliación verdadera”.
El padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, reconoció la asistencia de los militares y sentó su visión sobre los asesinatos: “Este fue crimen espantoso. Ha habido mucho horror en esta guerra, pero nada más grave y más devastador que los hombres del Ejército asesinando a los hijos de ustedes”.
El sacerdote también le envió un mensaje a las víctimas: "Agradecemos la labor tan corajuda de la madres de Soacha. Hemos visto cómo han tomado la palabra. Les pido que no paren esta lucha, este dolor de ustedes tiene que sentirlo toda la institución del Ejército”.