Después de cinco años y medio de la firma del acuerdo de paz con las Farc, y tras pasos relevantes en su proceso de sometimiento a la justicia, los siete máximos jefes de la desaparecida guerrilla reconocerán esta semana su responsabilidad en crímenes de guerra y lesa humanidad perpetrados en los más de 21.000 secuestros que cometió el grupo en tiempos de guerra.
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Este martes comenzó la primera jornada de la audiencia pública, ante las víctimas, la sociedad colombiana y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que en enero de 2021 imputó a los excomandantes en el marco del macrocaso 01, que investiga el secuestro.
Se trata de una audiencia clave en el proceso de reconciliación del país, pero también en la búsqueda de justicia. Si los ex-Farc reconocen los cargos imputados y cumplen con los estándares, la JEP formulará en los próximos tres meses una resolución de conclusiones, paso previo a la expedición de las primeras condenas contra los exguerrilleros.
Este martes, el primero de tres días de audiencia, se abordó el patrón de privaciones de la libertad para forzar intercambios por gurrilleros presos.
El primer ex-jefe de las Farc en intervenir en la diligencia fue Rodrigo Londoño, conocido en el conflicto como 'Timochenko', quien ingresó a la extinta guerrilla en 1976, a los 16 años, y fue su último comandante, tras asumir el mando del Estado Mayor Central en el 2011.

Rodrigo Londoño, conocido como 'Timochenko', reconoció su rol en los secuestros.
César Melgarejo. EL TIEMPO
"Vengo acá en calidad de último comandante a reconocer la adopción y ejecución de la política de secuestro dentro de las desaparecidas Farc. Hemos venido a asumir nuestra responsabilidad frente a uno de los más abominables crímenes, yendo en contravía de los valores y principios que pregonaba nuestra lucha", dijo Londoño.
El ex-Farc admitió que en los secuestros se dieron hechos como tratos crueles y violencia sexual, y les pidió a los demás antiguos miembros de su organización contribuir en el esclarecimiento de los hechos.
Hemos venido a asumir nuestra responsabilidad frente a uno de los más abominables crímenes, yendo en contravía de los valores y principios que pregonaba nuestra lucha: Rodrigo Londoño
A su turno, el otrora comandante Pablo Catatumbo les dijo a las víctimas: "Nunca imaginé lo duro que sería sentarme frente a ustedes a escuchar lo terrible del daño que les causamos (...) No encuentra uno en el diccionario palabras que puedan transmitir lo que sentimos por ese daño. Colombia tiene que encontrar algún día la reconciliación y transitar hacia caminos de paz".
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Julián Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada, reiteró igualmente el compromiso de no repetición de los firmantes de paz.
El excongresista Óscar Tulio Lizcano, quien estuvo en cautiverio durante más de ocho años y sufrió, además, el secuestro de uno de sus hijos, habló de la importancia del perdón y de conocer la verdad.
"Las víctimas están deseosas de saber qué pasó con sus familiares. Les pido que nos digan, hay que ir hasta el fondo. Hemos visto cómo niños que ustedes se llevaron a la guerra fueron asesinados. También queremos saber qué pasó con ellos", dijo Lizcano.
El exrepresentante a la Cámara Orlando Beltrán, quien estuvo en poder de las Farc durante seis años, como parte de la política de intercambio humanitario, cuestionó a las Farc, y dijo que el rótulo de organización política "no era cierto", sino que se desempeñaban como una "empresa criminal" movida por el narcotráfico.
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“Ustedes son una manada de asesinos y criminales que merecen el repudio de la sociedad colombiana”, les dijo Beltrán a los siete ex-Farc que fueron imputados por la JEP. “Esta página de dolor hay que pasarla. Es mejor la paz que la guerra prolongada”, agregó.

Orlando Beltrán, Gloria Narváez y Óscar Lizcano, víctimas de secuestro, le pidieron a los ex-Farc comprometerse con la verdad y la reparación
César Melgarejo. EL TIEMPO
Esta página de dolor hay que pasarla. Es mejor la paz que la guerra prolongada:
Orlando Beltrán
Beltrán llamó a los ex-Farc a aportar más verdad. "Quiero que en esta aceptación del reconocimiento que hacen ustedes, sea primero condicionado a la verdad. No hay nada más reconfortante para una víctima que se le diga la verdad. Ustedes deben no simplemente quedarse en el simpke reconocimiento de que fueron responsables, sino contribuir a que la verdad se conozca plena: ¿quiénes estuvieron detrás del secuestro y las desapariciones?", dijo Beltrán.
El exrepresentante le pidió a la JEP que garantice que la comparecencia de los exguerrilleros sea completa
y se establezca con claridad cómo van a ser reparadas las víctimas del conflicto.
De otro lado, Sigifredo López, el único de los 12 diputados del Valle secuestrados que sobrevivió al cautiverio, señaló que "esta audiencia es supremamente importante para la sociedad colombiana y la puesta en marcha del acuerdo".
Sin embargo, hizo fuertes críticas a la falta de reparación. "De dónde acá, de un solo brochazo, se borra la reparación económica de las víctimas. No hemos hecho nada por la reparación (...) en el acuerdo de paz no quedó ese tema. Estamos hablando del perdón y les habla alguien que ha perdonado, pero que no puede soslayar las demandas de justicia y de reparación que están haciendo las víctimas", indicó López, y añadió que los ex-Farc no pueden "pasar de agache" en su responsabilidad de reparar.
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Gloria, Narváez, hermana de Juan Carlos Narváez, uno de los diputados del Valle, dijo: “El sentir de las familias es que se conocen las verdades a medias (…). ¿Quién fue el que le disparó? ¿Cómo fueron sus últimos días? ¿Él quería seguir escribiendo sobre temas de la paz?".
Luego de que las víctimas hablaron, los ex-Farc volvieron a tomar la palabra para responderles.
El otrora jefe guerrillero Pastor Alape tomó la palabra para responderle a Lizcano. "No estoy aquí para que esto sea un acto de un show mediático, sino porque estoy convencido de que la paz se construye desde el corazón (...) Nuestra organización se volvió una fábrica de odios, de dolor", dijo Alape. Y reconoció que durante el cautiverio se usaron las cadenas y se cometieron tratos crueles contra los secuestrados
Milton de Jesús Toncel (conocido como Joaquín Gómez), quien según la magistratura fue uno de los exjefes guerrilleros que trató más de cerca a las víctimas de secuestro, aseguró que el cautiverio "deja unas huellas indelebles que pueden alcanzar varias generaciones y no es posible que eso se olvide tan fácil".
En medio de la audiencia, las magistradas de la JEP Julieta Lemaitre y Catalina Díaz le hicieron un duro llamado a Toncel para detallar los hechos de tortura que se dieron durante los secuestros.
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A su turno, Pablo Catatumbo explicó que las Farc tomaron la decisión —equivocada, calificó— de secuestrar personas para lograr intercambios de guerrilleros presos, y puntualizó que, según la información que tiene, fueron 'Alfonso Cano', alias J J y otro alto mando quienes planearon la estrategia.
El excomandante se refirió al caso de Sigifredo López (quien indicó que fue estigmatizado y señalado de haber tenido relación con los exguerrilleros en el secuestro de los diputados). Al respecto, Catatumbo aclaró, como un acto de dignificación, que López nunca tuvo nexos con la planeación y ejecución del secuestro, ni con ningún exguerrillero, y recalcó que solo fue una víctima más de estos hechos.
Sobre la demanda de las víctimas de conocer el paradero de las últimas pertenencias de los secuestrados, Catatumbo dijo que es un reclamo justo, pero que desafortunadamente, "en los avatares de la guerra", quedaron perdidas o enterradas.
Durante la segunda parte de la diligencia, sobre el secuestro de miembros de la Fuerza Pública, el sargento de la Policía César Lasso, quien estuvo secuestrado por más de 13 años, fue el primero en hablar.

El sargento César Augusto Lasso fue secuestrado en la toma de Mitú.
JEP
El oficial llevó al auditorio unas cadenas como las que por años usaron los exguerrilleros para retenerlo en cautiverio.
Queremos esas verdades para sanar las heridas, para liberar el corazón: sargento César Augusto Lasso
“Estas cadenas de la ignominia, de la degradación, espero que no se repitan en el país", dijo Lasso, quien criticó la falta de profundidad en el testimonio de los exguerrilleros.
"El reconocimiento ha sido vago, no he escuchado a ninguno decir que dio las órdenes. Queremos esas verdades para sanar las heridas, para liberar el corazón”, afirmó el sargento.
El también agente de la policía Olmes Johan Duque, quien fue víctima de secuestro y violencia sexual durante el cautiverio, habló de las huellas de estos hechos en su salud mental.
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El coronel activo del Ejército Raimundo Malagón, quien estuvo retenido por más de una década y fue liberado en la operación Jaque, habló de las torturas a las que fueron sometidos los secuestrados. En su caso, dijo, luego de un intento de fuga, estuvo aislado y amarrado a dos árboles durante 20 meses.
Catalina Díaz, magistrada se dirigió a las representantes de víctimas y les dijo: “nos sentimos honrados con su lucha, con su coraje por encontrar a sus familiares”.
Yoleni Peña Bonilla, hermana del comisario Luis Hernando Peña Bonilla, quien fue secuestrado el 01 de noviembre de 1998 en Mitú (Vaupés) y posteriormente dado por desaparecido. La mujer se refirió a las afectaciones a la salud física y mental que vivieron las personas en cautiverio y de las familias que no vieron regresar a sus seres queridos.
“Quiero traer a la memoria las 875 víctimas de secuestro y 1.776 víctimas de desaparición forzada, incluyendo a sus familias, de las cuales hoy continúan 114 personas desaparecidas y que hacen parte de la institución a la cual pertenece mi hermano. Esto, según el Registro Único de Víctimas, pero sabemos que hay muchas que no se han logrado declarar como tal”, señaló Peña Bonilla.

Yoleni Peña (izq.) y Anyela Sierra (der.) hablan en nombre de las familias de las víctimas de secuestro durante la audiencia de reconocimiento de ex-Farc en la JEP.
JEP
La hermana del comisario se dirigió a los comparecientes y les dijo que todavía los considera victimarios, por su “silencio y escaso aporte a la verdad que hasta hoy hemos vivido”. También recordó que solo hasta el año 2001 la familia pudo recibir pruebas de supervivencia de su hermano.
En 2008, después de la operación Jaque que dio con la libertad de algunos secuestrados, uno de los compañeros de su hermano, el intendente Armando Castellanos, le informó que este había sido asesinado. “Esas fueron las noticias que hasta después de casi ocho años supimos de él”, lamentó.
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Peña Bonilla también mencionó el daño psicológico que tiene la comunidad de Mitú, donde se realizó la toma guerrillera que segó la vida de muchos pobladores, afectó varios lugares y donde secuestraron a casi 60 uniformados de la Policía.
“Han transcurrido más de 23 años en los que la familia Peña Bonilla día a día enfrenta la desolación, la incertidumbre y el desconsuelo por la pérdida de un gran ser humano como lo fue Luis Hernando. Él era un hombre amoroso, alegre, optimista, inteligente, servicial, solidario”, recordó su hermana.
Luis Hernando tenía 26 años cuando “la guerra de este país quebrantó sus sueños”, dijo Yoleni, quien señaló que, en el cautiverio, su hermano atravesó por momentos de depresión, pero nunca perdió sus sueños de libertad. “Lo que más ansío es ser libre”, escribió el policía en su cuaderno durante su secuestro.
Igualmente, Peña Bonilla señaló que su hermano fue sometido a torturas y malos tratos, fue amenazado con arma de fuego y encadenado, que en su diario también señaló que eran visitados con frecuencia por comandantes como alias Mono Jojoy. “Esto significa que los comandantes sí tenían el control de lo que estaban pasando en ese campamento”.
Las familias también estuvimos sometidas a torturas psicológicas, al no saber de nuestros seres queridos: Edna Margarita Vivas
Yoleni lamentó que hasta el momento no se haya esclarecido el paradero de su hermano: “Nadie ha reconocido qué pasó con él, si lo mataron… Supuestamente, lo sacaron para darle un tratamiento psicológico”, dijo. Añadió que el secuestro afectaba directamente a las personas en cautiverio, pero
también a sus familias, “quienes aún conservan la esperanza de saber qué pasó, cómo desaparecieron a sus familiares”.
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Por último, la mujer se dirigió a la JEP indicando que la verdad que aporten los comparecientes sea “detallada, plena y exhaustiva como lo dice la ley”. A los comparecientes les preguntó por el paradero de su hermano, de quien se sabía que estaba incluido en un listado de uniformados secuestrados que serían liberados, pero luego de que lo trasladaron a otro lugar no se supo más de él.
De otro lado, Edna Margarita Rivas, hermana del capitán Elkin Rivas, quien fue privado de la libertad el 14 de octubre de 1998 por el frente 15 de las Farc (dirigido por alias ‘Joaquién Gómez’), cuando tenía 22 años. Fue asesinado 13 años después, el 26 de noviembre de 2011, a la edad de 35 años, en medio de la operación de rescate ‘Júpiter’ en Caquetá, “que no fue autorizada por la familia”, puntualizó.
“Las familias también estuvimos sometidas a torturas psicológicas, al no saber de nuestros seres queridos durante casi 14 años, donde solo recibimos seis pruebas de supervivencia”, lamentó Edna. Y añadió que sus vidas les cambió durante y después del secuestro de su hermano.
Durante la audiencia, la mujer se dirigió a Milton de Jesús Toncel Redondo, conocido como Joaquín Gómez, y le preguntó si sería capaz de pedirle perdón a sus padres por el daño que les hizo con el secuestro y asesinato de su hermano Elkin. “Las familias necesitamos saber la verdad sobre los policías y militares secuestrados y asesinados, porque es lo único que nos queda, por la dignidad que nos fue avasallada durante tantos años”, dijo Edna.
Al secretariado les preguntó, igualmente, si existía un listado de posibles secuestrados que serían liberados antes de la operación ‘Júpiter’. La mujer también cuestionó si había órdenes militares o políticas que avalaron la ejecución de esa operación militar.

En la audiencia de reconocimiento, Yoleni Peña le preguntó a los comparecientes por el paradero de su hermano Luis Hernando Peña Bonilla, policía secuestrado en Mitú en 1998.
Captura de pantalla. JEP
También habló Anyela Sierra, hija del agente de la Policía Víctor Julio Sierra, quien fue secuestrado por el frente 33 de las Farc el 12 de julio de 1999 en la toma de Cucutilla (Norte de Santander), y posteriormente fue dado por desaparecido. Ella habló ante la JEP en representación de todos los hijos que en el país siguen buscando a sus padres.
Hoy quiero enseñarle a mi hija que se vale perdonar; el legado que le quiero dejar es el perdón para sanar: Anyela Sierra, víctima
“Después de eso, empecé a ver el horror de la guerra, tuve que entenderlo con dolor, con lágrimas”, recordó y señaló las necesidades económicas que también pasaron las familias de los uniformados privados de la libertad.
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“Hoy no quiero mirar al pasado para condenar, para juzgar. Siento que hoy es un espacio que no solo les quita cargas a ustedes, a nosotros también”, dijo dirigiéndose a los comparecientes. Y añadió: “Hoy quiero enseñarle a mi hija que se vale perdonar; el legado que le quiero dejar es el perdón para sanar”.
Sierra le pidió a los comparecientes un compromiso real con la verdad. “Ya estoy cansada de ver a mi madre sufrir”, dijo y solicitó conocer el paradero de su padre para darle una cristiana sepultura y tener un lugar donde la familia pueda reunirse a orar por él. Añadió que, así como ella lo solicita, muchas familias tienen estas peticiones.
Tras la intervención de los uniformados y las familias de las víctimas, los exjefes guerrilleros dieron respuesta.
Ojalá la humanidad, la sociedad y en especial las víctimas, de verdad nos puedan perdonar. Sé que las heridas va a ser imposible repararlas, pero sí podemos buscar la sanación:
Rodrigo Londoño
Rodrigo Londoño ('Timochenko') dijo que, en sus primeros años, participó en retenciones de militares y policías, pero las reglas del trato eran claras. "No entiendo cómo eso se degradó hasta el punto que hemos visto", aseguró, e incluso señaló que se comunicó con los entonces máximos comandantes para expresar sus críticas al uso de cadenas.
"Ojalá la humanidad, la sociedad y en especial las víctimas, de verdad nos puedan perdonar. Sé que las heridas va a ser imposible repararlas, pero sí podemos buscar la sanación", dijo Londoño.
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Ante las demandas de las víctimas, Alape dijo: “Muchos de nosotros estábamos en territorios diferentes y no conocemos paso a paso los hechos. Pero estamos en ese proceso. Nuestro compromiso no es ocultar verdades, es develar el manto de oscuridad del conflicto para no se repita”.
Por su parte, Jaime Alberto Parra informó que avanzan en la búsqueda del comisario Peña en ‘Caño Machetes’, así como de otras personas. “Hemos entregado más de 600 casos”, aclaró. “Es un mandato que tenemos y estamos buscando activamente”.
Parra añadió que: "Reconocemos el daño que hemos causado y que hemos relatado (…), estamos convencidos de lo que estamos haciendo. Tratando con temas muy graves, temas que cometimos, que hoy han relatado y que estamos convencidos de que tenemos que sacarlo adelante".

Los comparecientes escucharon a las víctimas (de izq. a der.: Rodrigo Granda Escobar, Milton de Jesús Toncel, Pablo Catatumbo Torres, Jaime Alberto Parra).
JEP
Igualmente, Milton de Jesús Toncel reconoció su responsabilidad “como comandante del Bloque Sur en el secuestro del capitán Elkin Rivas y del capitán (Yesid) Duarte. Ellos estaban de civil (…), como jefe debí haberme apersonado y tenido control. Todo eso lo asumo con toda la responsabilidad del caso”, señaló.
Toncel se dirigió a Edna Margarita Rivas: "Reconozco ante usted, señora Edna, ante su martirizada familia, y ante las demás personas aquí presentes, que haber mantenido cautivo a Elkin por 13 años fue algo totalmente injustificado que, sin duda, atentó contra sus derechos humanos".
Después de pedirle perdón a los padres de Edna, también le dijo al exrepresentante a la Cámara Orlando Beltrán que “la mayoría de cuestionamientos que usted nos hace son incontrovertibles. Usted habla con rabia e indignación y eso es entendible”, manifestó Toncel.
Además, en la intervención de Rodrigo Londoño, el ex-Farc señaló que “esta guerra nos hizo perder el sentido común”. “Necesitamos que el Ejército nos dé las coordenadas del asalto helicoportado donde estaba el papá de Anyela Sierra cuando los hechos sucedieron”, le solicitó a la JEP para poder encontrar el cuerpo de su padre.
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La audiencia de reconocimiento se realizará desde este 21 hasta el 23 de junio en la biblioteca Virgilio Barco, en Bogotá, y en ella hablarán Rodrigo Londoño Echeverry, Pablo Catatumbo Torres Victoria, Pastor Lisandro Alape Lascarro, Milton de Jesús Toncel, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo Cubillos y Rodrigo Granda Escobar.

Los magistrados de la Sala de Reconocimiento presidieron la diligencia.
César Melgarejo. EL TIEMPO
En abril del 2021 los exjefes de la desmovilizada exguerrilla habían presentado un reconocimiento escrito sobre el tema, ahora deberán hacerlo en público.
De acuerdo con la investigación de la JEP, las órdenes de secuestro se orientaron de forma generalizada a personas de todos los estratos sociales y en la práctica no distinguieron territorios, condiciones de género, edad o vulnerabilidad especial.
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Así mismo, la Jurisdicción Especial para la Paz ha encontrado que el trato de los secuestrados quedaba a discreción de la guardia y el comandante de turno, y las víctimas han reportado casos graves de torturas, tratos crueles, violencia sexual y desplazamiento forzado durante el secuestro.
El hoy partido político Comunes se refirió el lunes a esta audiencia en sus redes sociales y en un trino dijeron: "En cumplimiento del compromiso con Colombia, desde mañana el último secretariado de las FARC-EP comparecerá ante la @JEP_Colombia ,como máximos responsables por política de secuestros. La paz es cambio, esta pasa por la verdad y reparación. Les invitamos a estar pendientes de este hecho".
justicia@eltiempo.com
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