Este jueves es el tercer y último día de la audiencia de reconocimiento de siete exintegrantes del secretariado de la exguerrilla de las Farc por los secuestros en el conflicto armado. Entre los graves hechos que han salido a la luz durante la diligencia está la aceptación de que durante el cautiverio hubo violencia sexual y tratos crueles y degradantes.
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En los días anteriores los comparecientes ante la JEP reconocieron su responsabilidad por los secuestros cometidos para buscar liberaciones de guerrilleros presos y por los plagios para financiar la organización -secuestros extorsivos-, y este jueves hablan sobre los secuestros cometidos con fines de control territorial.
De acuerdo con Jairo Ignacio Acosta Aristizábal, procurador delegado ante la JEP, llegó el punto en que estas retenciones por control territorial fueron normalizados por la ciudadanía, lo que ensombreció el fenómeno.
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Varias víctimas asistieron a la audiencia de reconocimiento, y tuvieron la oportunidad de cuestionar a los ex-Farc imputados.
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"Charlas guerrilleras, retenes en las carreteras, registros de ingreso en los municipios, sanciones por el incumplimiento de normas sociales o verificaciones de identidad fueron parte de las prácticas que se incorporaron en el diario vivir de muchas personas que habitaron o circularon por zonas donde el estado carecía de presencia", explicó el delegado del órgano de control, quien explicó que esas situaciones derivaron en delitos como amenazas, homicidios, desapariciones forzadas, trabajos forzados, entre otros.
De hecho, La JEP halló que las víctimas quedaban a merced de las unidades de las Farc que tenían como orden establecer su autoridad en un territorio dado y controlarlo, sin que se examinaran los medios con los que se establecía esta autoridad.
Durante el inicio de la audiencia, la jurisdicción presentó el testimonio de dos víctimas, una de violencia sexual y una de trabajos forzados.
El exjefe guerrillero Pastor Alape fue el primer compareciente en hablar en la diligencia.
“Con dolor cargamos todas las humillaciones a las que sometimos a colombianos, personas humildes, por las que nos levantamos y nos comprometimos a luchar”, empezó diciendo. Y agregó que lo que están haciendo "es enfrentarnos a nuestro propio dolor. Ese que se produce cuando uno cree que estaba haciendo las cosas bien y descubre que estaba cometiendo horrores. No errores, ¡horrores! ¡Graves crímenes!”.
Luego, el último comandante de las Farc, Rodrigo Londoño, señaló que el conflicto "los llevó a ver enemigos donde no había. A desconfiar de personas que no debíamos haber desconfiado. A ver peligros donde no había".
“Hoy es claro que las condiciones de vida en medio de la selva fueron de sufrimientos, afectaciones a la salud física y mental. Los humillamos al obligarlos a realizar actividades que considerábamos parte de la vida guerrillera y que no debían cumplir. Comprendemos ese dolor que infligimos. Llegamos a la conclusión que sancionar a personas con trabajos contrario a su voluntad no es válido ni es ético, sé y reconozco que con estas prácticas generamos estigmatización en víctimas y territorios”, dijo Londoño.
Durante su reconocimiento, el excomandante también aceptó los hechos de violencia sexual de los que fueron víctimas algunos secuestrados.
"No fue una política de la organización (…) pero hubo hechos de violencia sexual en ejercicio de control del territorio", dijo Londoño, y expresó que resulta inaceptable haber incurrido en "prácticas que llegamos a considerar necesarias como el uso de cadenas y largas caminatas".

Durante la audiencia de reconocimiento por secuestro, las víctimas les pidieron a los ex-Farc más información sobre las personas que continúan desaparecidas.
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Uno de los temas más sensibles que han expuesto las víctimas participantes en la audiencia es el de la desaparición de sus familiares, que fueron secuestrados por las Farc y nunca regresaron.
“Sin duda, una de las cargas más pesadas que hoy llevamos sobre nuestros hombros es el sufrimiento continuado de quienes desconocen el paradero de sus seres queridos, debido a que se encuentran desaparecidos”, les dijo Rodrigo Londoño a las víctimas.
El excomandante agregó que es un dolor incalculable porque la incertidumbre, la angustia y el desasosiego terminan siendo parte de la cotidianidad de la víctima, atentando contra su salud emocional, y señaló: “Es una tragedia que nunca debió ocurrir y de la que nos sentimos profundamente avergonzados”.
Cuando intervino el excomandante de las Farc Julián Gallo, conocido como 'Carlos Antonio Lozada', explicó cómo se daba el control territorial de las Farc, que era un principio clave en la guerra y era desarrollado por las unidades móviles (columnas) y los bloques.
Para ilustrar cómo se les salió de las manos el poder sobre los mandos medios, Gallo relató el caso de un comandante al que decidieron fusilar luego de que este llegó a una alianza con otros subalternos para secuestrar a dos comerciantes, asesinarlos y desaparecerlos para robarles un dinero.
"Logramos determinar que estas dos personas que estaban desaparecidas venían del departamento del Chocó a comprar pasa base de coca, y traían un dinero para hacer esa compra. En un acuerdo entre dos comandantes y dos guerrilleros, tomaron la decisión de secuestrarlos, asesinarlos y desaparecerlos para quedarse con ese dinero", detalló Gallo.
Según dijo, tras conocer los hechos, y siguiendo la normatividad de las Farc, se tomó una decisión. "Este caso lo conocemos todos los que estamos aquí sentados porque en ese entonces ya eramos el último secretariado de las Farc. La decisión fue convocar a un consejo revolucionario de guerra y fusilar al comandante que había dado esa orden", dijo Gallo, y explicó que contaba el caso para ejemplificar las acciones en las que perdieron el control de los mandos.
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