Llegar a los extremos. En esa categoría puso este miércoles el excomandante del bloque Sur de las Farc Milton Toncel, conocido como ‘Joaquín Gómez’, varios de los crímenes cometidos durante los secuestros que perpetró la desaparecida guerrilla.
Lo hizo en referencia a la retención de niños y ancianos, pero su testimonio también puso al descubierto otras prácticas aberrantes que dejaron heridas imborrables en las víctimas y sus familias.
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“A veces, la persona moría en cautiverio y pese a ello hubo muchos casos en los que a los familiares no se les decía nada, sino que se les seguía cobrando pese a que la actitud humana era comunicarle a la familia y recuperar el cadáver”, contó Toncel.
Su testimonio se escuchó ayer, durante la segunda jornada de la audiencia de reconocimiento de los exjefes de las Farc procesados por secuestro por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Los exjefes guerrilleros señalaron que sienten vergüenza por los secuestros y pidieron perdón.
JEP
Luego de abordar, el martes, las retenciones de personas con fines de intercambio por exguerrilleros presos, ayer se indagó en las privaciones de la libertad con fines de financiación, que afectaron a comerciantes, ganaderos, y empresarios de todas las escalas.
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Diva Cristina Díaz, hija del reconocido comerciante huilense Juan Antonio Díaz –muerto en cautiverio–, resaltó que no solo les mintieron a los familiares, sino también a los secuestrados: “A mi papá le vendieron la idea de que sus hijos no querían verlo en casa y que no queríamos pagar por él. Nosotros no dimos un peso en ese momento porque no teníamos. En esos 16 meses de ausencia de mi padre pasaron muchísimas cosas, entre esas la disolución de la familia. La familia se quebró en su totalidad”, dijo.
A mi papá le vendieron la idea de que sus hijos no querían verlo en casa y que no queríamos pagar por él.
Otro de los casos que se tocaron fue el de Carmen Rosa Castañeda y Gerardo Angulo, la pareja de adultos mayores secuestrados hace 22 años en La Calera y muertos en poder de la guerrilla.
“En octubre (de 2021) encontramos los restos de mi madre. No ha sido nada fácil. Ustedes acabaron con la familia, acabaron con la esperanza de una familia, completamente”, les dijo Héctor Angulo, el hijo mayor del matrimonio, a los ex-Farc, y les exigió aportar más información para hallar a su padre.
El excomandante Jaime Alberto Parra (el ‘Médico’) reconoció que en municipios cerca a Bogotá fueron raptadas varias personas para cobrar dineros, y aceptó que se hicieron alianzas con bandas ajenas a las Farc para cometer los secuestros.
“A cambio les entregábamos (a las bandas) un porcentaje de lo que esperábamos que la familia pagara por su liberación. En el caso de los esposos Angulo Castañeda, la familia no tenía los recursos que se pensó en el momento de secuestrarlos”, dijo Parra.

Gerardo Angulo (izquierda) y Carmen Rosa Castañeda tenían 68 años cuando fueron secuestrados.
Archivo familiar
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El pequeño comerciante Héctor Horacio Mahecha, quien fue retenido mientras llevaba el pago por el rescate de su padre, que había estado secuestrado seis meses, contó que cuando por fin fueron liberados tampoco acabó su drama. Los exguerrilleros seguían exigiendo pagos extorsivos, e incluso les pusieron bombas en su empresa y cerca de su hogar para presionar pagos. Al final tuvieron que desplazarse forzosamente.
Tras escuchar su testimonio, Rodrigo Granda respondió: “No hay palabras para calificar lo desalmados que fuimos en el tratamiento. ¿A quién se le ocurre colocar tres bombas? Es una cosa demencial. De locos. Eso no tiene nada que ver con una organización que quiere transformar una sociedad. Reconocemos ese daño ocasionado, esto jamás debió haber ocurrido”, dijo el exguerrillero, y les pidió perdón a Mahecha y su familia.
En una de sus intervenciones, el último máximo jefe del secretariado de las Farc, Rodrigo Londoño, envió un mensaje a los guerrilleros que se apartaron del proceso de paz y continuaron delinquiendo en disidencias y otros grupos. El llamado de Londoño –conocido antes como ‘Timochenko’– se dio luego de que Milton de Jesús Toncel invitó a los mandos medios del extinto grupo rebelde a aportar información para esclarecer verdades del conflicto y el paradero de los desaparecidos.
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“No hay estudiantes malos, sino profesores malos. Y aquí no hay guerrilleros malos, sino malos comandantes. Nosotros fallamos en eso, y me acojo al mensaje que le envía Joaquín a la guerrillerada”, dijo Londoño.
Y continuó: “Yo sé que en algún lado nos pueden estar escuchando los que se abrieron de este proceso. Si están escuchando estos testimonios, creo que son un estímulo para que retomen el camino”.
Luego, Londoño acotó más su mensaje a los disidentes: “Espero que los testimonios de las víctimas estimulen a quienes abandonaron el proceso de paz y lo retomen”.
La audiencia continuará este jueves, y los magistrados, víctimas y responsables abordarán el control territorial que se logró bajo el uso de los secuestros.
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