Para el fallecido comisionado de la Comisión de la Verdad, sociólogo y periodista, Alfredo Molano, el conflicto armado podía contarse desde 1953 a partir de los bombardeos del Ejército a campesinos de las guerrillas liberales en Villarica, Tolima.
Ese momento de confrontación partidista, que hace parte de lo que la historia llama La Violencia, da cuenta de uno de los inicios de una realidad que para la ruralidad colombiana no ha cesado: la confrontación violenta en la que los campesinos han sido víctimas y actores del conflicto.
Pasaron aquellos bombardeos y nacieron las Farc y otras guerrillas que, con pocas excepciones, fueron de ascendencia campesina. Y aun las más urbanas, como el M-19 y el Eln en algunas de sus expresiones, incorporaron e incorporan campesinos en sus filas.
Luego aparecieron los paramilitares, que también libraron una guerra atada a lo rural, y en muchos casos, como han demostrado numerosas sentencias judiciales, como parte de una estrategia política y económica de despojo de tierras. Y ha estado el Ejército, conformado también por soldados que en alta proporción nacieron y crecieron en el campo.
Después de 60 años de conflicto –la Comisión decidió que su mandato de esclarecimiento se hará desde 1958–, cerca de 6 millones de personas, entre las 8,6 millones reconocidas como víctimas de desplazamiento forzado, son campesinas.
El campo ha sido el escenario más fatídico de la guerra. Por eso, este jueves y viernes, en el municipio de Cabrera, Cundinamarca, la Comisión de la Verdad realizará su cuarto Encuentro por la Verdad, sobre los impactos y las resistencias de las poblaciones campesinas en el conflicto armado. La verdad del conflicto pasa, necesariamente, por el campo.
La comisionada Marta Ruiz explica que el encuentro se realiza en Cabrera, Cundinamarca, porque hace parte de la provincia de Sumapaz, una región histórica y emblemática en las luchas campesinas y para el conflicto armado. Justamente por estas razones, su población campesina ha sufrido estigmatización por sus posturas políticas y por la presencia histórica de las Farc en la región.
“Con los campesinos tenemos una deuda porque no conocemos la importancia que tienen para nuestra vida y todo lo que somos”: @carlosvives
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Encuentro #ElCampoCuentaLaVerdad | Viernes 13 de diciembre | 9 a.m. Cabrera, #Cundinamarca | Siga la transmisión en https://t.co/8SaFUi9hWN pic.twitter.com/6gez9nCOc8
Sandra Sáenz Sotomonte, campesina de Barbosa, Santander, e integrante de la Plataforma de Incidencia Política de las Mujeres Rurales Colombianas, recuerda cómo su madre, Beatriz Sotomonte, les contaba a ella y sus hermanos que le tocaba vestirse de hombre en las noches para evitar ser violada en el campo. Muchas décadas después, en 1991, un hijo, hermano de Sandra, fue secuestrado y asesinado por las Farc.
Desde la organización que integra, están adelantando la campaña ‘Juntas somos victoria’, para pedir mayores medidas de protección que sean acordes con las necesidades de los campesinos, y no medidas como chalecos antibalas o celulares en zonas inaccesibles donde ni siquiera hay señal para comunicarse.
Cuenta que de las lideresas asesinadas tras la firma del acuerdo de Paz, en los últimos tres años, el 60 por ciento eran campesinas. “Estos encuentros nos ayudan a fortalecer nuestros liderazgos”, dice, sobre el evento del que participará en Cabrera, invitada por la Comisión de la Verdad.
En el encuentro se abordarán varios temas, entre ellos, la brecha de género que persiste en el campo y que ha llevado a las mujeres, como las principales sobrevivientes, a resistir al conflicto.
Colombia es un país rural, sin embargo el 70% de los colombianos hemos abandonado el campo, nuestra reconciliación empieza con nuestros campesinos #ElCampoCuentaLaVerdad 🌱 @ComisionVerdadC @carolannfiru pic.twitter.com/8GMQ14RPFW
— Natalia Reyes (@nataliareyesg) December 11, 2019
Hernán Bello es campesino del Sumapaz. Su padre, el líder agrario y diputado de la Asamblea de Cundinamarca Pedro Pablo Bello fue asesinado en 1978 en Bogotá, cuando el país estaba bajo el estatuto de seguridad del gobierno de Julio César Turbay Ayala. Hernán resalta que una de las características de los campesinos colombianos ha sido su organización.
En muchas ocasiones, dice, la presencia de insurgencias armadas reemplazó al Estado, ante su ausencia, y la “compatibilidad” entre las demandas de unos y otros llevó a la estigmatización del movimiento campesino. En la actualidad, esas demandas pasan por la defensa del territorio, de los páramos, en su caso, del agua y de la vida. Defiende que “el Sumapaz ha sido y es territorio de paz”.
En el encuentro de Cabrera también se reconocerán las identidades campesinas, de las que habló el comisionado Molano, cuya memoria será evocada. Por eso, entre la programación, habrá presentaciones de músicas campesinas como la llanera y obras de teatro sobre hechos emblemáticos de la victimización a los pobladores rurales en el conflicto armado.
Habrá representantes de regiones como Sucre y el Caribe, Guaviare, Cauca y los santanderes.
“Uno de los grandes problemas de #Colombia es la pésima distribución de la tierra y esto se refleja en una mala distribución del ingreso rural”: José Antonio Ocampo, exministro de Agricultura
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Encuentro #ElCampoCuentaLaVerdad | 13 de diciembre | 9 a.m. en https://t.co/8SaFUiqSOl pic.twitter.com/G1gsqWYEDh
Además, estarán la senadora del partido Farc y excombatiente Sandra Ramírez y el exjefe paramilitar Manuel de Jesús Pirabán, reconociendo las responsabilidades que corresponden a los grupos que integraron en el conflicto contra los campesinos.
Con este encuentro, el cuarto de este año, la Comisión de la Verdad cerrará sus actos públicos de este año. Será el cuarto, después realizado otros tres, en Cartagena, sobre víctimas de violencia sexual, en Pasto, sobre mujeres buscadoras de personas desaparecidas, y en Medellín, sobre los niños, niñas y adolescentes en el conflicto.
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