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JEP Colombia

'No hay que poner más trabas': el duro mensaje del presidente de JEP

Eduardo Cifuentes asumió la presidencia de la Jurisdicción Especial para la Paz en 2020.

Eduardo Cifuentes asumió la presidencia de la Jurisdicción Especial para la Paz en 2020.

Foto:JEP

Entrevista: el magistrado Eduardo Cifuentes hizo un balance de 2020 y habló de lo que viene en 2021.

Luego de tres años con las riendas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en noviembre de 2020 la magistrada Patricia Linares terminó su periodo en la presidencia de la jurisdicción , y el cargo fue asumido por el togado Eduardo Cifuentes, un experimentado abogado payanés.
A pesar de las duras críticas de algunos partidos políticos, que incluso plantearon la posibilidad de un referendo para derogar este mecanismo, la JEP cerró el año pasado con más de 36.000 decisiones adoptadas, 308.000 víctimas acreditadas en los siete macrocasos y un terreno abonado para las primeras decisiones de fondo y condenas contra los máximos responsables de los crímenes ocurridos en el conflicto armado.
En entrevista con EL TIEMPO, el magistrado Cifuentes habla de los avances que logró la jurisdicción en 2020 y lo que espera alcanzar este 2021. El togado, además, explica por qué la JEP no puede considerarse como un mecanismo lento, el blindaje que tiene, y le envía un mensaje a sus críticos: "Hay que dejar trabajar y no sabotear al Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición".

El 2020 fue el primer cambio de Presidencia en la JEP. ¿Con qué se encontró al asumir el cargo?

Una jurisdicción consolidada gracias a la presidencia de la magistrada Patricia Linares, no obstante los ataques injustos recibidos en estos primeros años. La JEP ha abierto siete macrocasos, a ella se han sometido más de 12.600 personas de las antiguas Farc y de la fuerza pública y ya ha producido más de 35.000 decisiones.
El principal reto consiste en ejercer a plenitud la competencia de la JEP, sancionando a los máximos responsables de los delitos cometidos en el conflicto y canalizando una activa y ordenada participación de las víctimas. La JEP es un poderoso instrumento contra la impunidad y también en favor de la reconciliación.

La pandemia aceleró el ritmo de la JEP, al menos en cuanto a la realización de audiencias. ¿Qué fue lo bueno y lo malo que dejó la contingencia por el covid?

La JEP es la jurisdicción en la que más se ha adelantado la digitalización de procedimientos y audiencias. Desde el inicio del confinamiento, y hasta el 30 de diciembre hicimos 373 diligencias virtuales, la mayor parte de ellas fueron versiones de comparecientes.
En todo caso, esto es una ayuda enorme, pero persistimos en tener una relación presencial y directa, tanto con los comparecientes como con las víctimas, pues su dignidad así lo exige y, de otro lado, las más graves afectaciones a los derechos humanos igualmente se cometieron en zonas apartadas del país.
Lo más malo de la pandemia está referido al hecho de que además de que la pobreza ha acompañado siempre a las víctimas, aquella las ha doblegado aún más: ahora luchan por la justicia y contra la pobreza más aguda. Durante la pandemia los asesinatos de defensores y lideres de derechos humanos y de la población desmovilizada, no cesaron. Esto sí pone en peligro el proceso de paz.

Trabajamos sin pausa, pero sin prisa. La JEP no administra una justicia 'express'

A pesar de esos resultados, hay quienes insisten en que la JEP es lenta. ¿Qué le responde a estos críticos?

Una cosa es juzgar casos puramente individuales y otra cosa es juzgar delitos de sistema, que involucran patrones complejos de macrocriminalidad y macrovictimización. La JEP se ocupa de esto último.
Se ha avanzado tanto, que ya este año se comienzan a identificar máximos responsables y conductas, a través de autos de determinación de hechos y conductas. Los máximos responsables estarán sujetos a penas de hasta 20 años de prisión, salvo que decidan aportar verdad exhaustiva y asumir plenamente su responsabilidad.
Para este efecto, expedidos estos autos se iniciarán este año las versiones de los presuntos responsables, las que deberán ser debidamente contrastadas por la JEP y con participación de las víctimas. Este resultado no la ha tenido, en tan corto tiempo, ninguna otra jurisdicción.
Entendemos plenamente el afán de las víctimas y de la sociedad porque se aplique justicia y se le ponga fin a tantas décadas de impunidad. Pero nosotros, como jueces, tenemos que respetar el debido proceso y las garantías de los comparecientes. Trabajamos sin pausa, pero sin prisa. La JEP no administra una justicia “express”.

¿En 2021 el país puede esperar resoluciones de conclusiones, proceso que abre la puerta a las sanciones?

En el 2021 se dictarán los autos de determinación de hechos y conductas correspondientes a los primeros siete macrocasos y, luego de recibidas y contrastadas las versiones, se iniciará la expedición de las respectivas resoluciones de conclusiones. Esperamos que esto ocurra con los casos de secuestro y de “falsos positivos”.

Organizaciones de víctimas han pedido que se abran nuevos macrocasos. ¿Cuánto falta para eso y qué situaciones o hechos se priorizarán?

Los siete primeros macrocasos han permitido a la JEP acumular una información muy valiosa, que va a permitir expandir y profundizar todas las restantes líneas de investigación, lo cual agilizará tanto las versiones de los presuntos máximos responsables como de las víctimas.
En un término razonable, nos proponemos avanzar en la fase en la que el presunto responsable puede todavía aportar toda la verdad y asumir su responsabilidad, de suerte que agotado este presupuesto quienes no lo hagan se expongan a sanciones de prisión hasta por 20 años.

Ya se conoció la renuncia del primer togado, Iván González. ¿En qué medida su partida afecta el desarrollo de actividades en la JEP? ¿Ya se sabe quién lo reemplazará?

El magistrado Iván Gonzalez Amado tuvo un desempeño brillante en esta Jurisdicción y será muy prontamente remplazado conforme a las normas internas del Reglamento General de la JEP.

¿Qué viene en el caso de Álvaro Gómez Hurtado en 2021 y cómo garantizar verdad plena sobre el magnicidio?

La JEP ya empezó a recibir el testimonio de Julián Gallo y espera el de Rodrigo Londoño. La Sala de Reconocimiento deberá definir cuál es la ruta a seguir, una vez escuche a estos dos comparecientes que hicieron parte del Secretariado de las Farc, que se atribuyó ese crimen y otros cinco.
En todos los trámites y procedimientos ante la JEP los aportes de quienes rinden versiones ante ella son objeto del máximo escrutinio y contrastación. Se trata de una entidad donde lo que cuentan son las pruebas y su valoración conforme a derecho.

Que la JEP no sea derogable no quiere decir que el proceso de paz como un todo no sea frágil.

¿Cuáles son esos hechos que esperan mostrarle al país en la rendición de cuentas o balance del 2021?

La determinación de hechos y conductas en el marco de los siete macrocasos abiertos y la expedición de las primeras resoluciones de conclusiones, aparte de la expansión y profundización de todas las restantes líneas de investigación.

Usted ha dicho que la JEP es inderogable, en respuesta a lo que ha propuesto el expresidente Álvaro Uribe. ¿Qué blinda a la jurisdicción?

La JEP como institución de justicia derivada del acuerdo de paz, incorporada en la Constitución y proyectada internacionalmente como respuesta jurídica válida del Estado colombiano ante las atrocidades perpetradas en el conflicto interno, es el presupuesto y garantía cuya exigibilidad se impone como perentoria e ineludible obligación de derecho público interno e internacional.
Que la JEP no sea derogable no quiere decir que el proceso de paz como un todo no sea frágil. Cada asesinato de un desmovilizado o de un defensor o defensora de derechos humanos lo afecta y en grado sumo.

El padre de Roux le pidió al Gobierno “asumir la totalidad de la paz” ¿Cuál es su mensaje para el 2021?

El cumplimiento integral del Acuerdo de Paz es la máxima responsabilidad del Jefe de Estado. La JEP responde por el componente de justicia. Eso lo tenemos claro. No hay que ponerle más trabas al Acuerdo Final de Paz. Los colombianos sensatos no podemos caer en la trampa de volver a la guerra. El sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición está dando frutos. Hay que dejarlo trabajar y no sabotearlo. Como colombianos tenemos que defender la paz y trabajar duro para construirla.
JUSTICIA
justicia@eltiempo.com
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