El exjefe del Bloque Resistencia Tayrona de las Autodefensas Unidas de Colombia, Hernán Giraldo Serna, alias el Patrón o el Taladro, ya está en suelo colombiano.
Tras ser deportado desde Estados Unidos, donde pagó una condena de más de 12 años por narcotráfico, Giraldo –señalado de ser el mayor abusador sexual de niñas del paramilitarismo– llegó al país en la tarde de este lunes 25 de enero.
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Aunque todavía es incierto su futuro judicial en Colombia, el 'expara' fue condenado en 2019, 13 años después de su sometimiento al sistema de Justicia y Paz, por cientos de crímenes.
Además de los homicidios, desapariciones forzadas, torturas, secuestros y desplazamientos, la sentencia contra Giraldo –que reúne 706 hechos criminales de todo tipo– recuerda por qué fue uno de los paramilitares que más se ensañó contra las niñas y las mujeres.
De hecho, su seudónimo de 'El Taladro' disfraza una barbarie doble: usaba ese aparato para torturar a sus víctimas, pero también lo llamaban así porque era un depredador sexual de menores de edad.
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Aparte de dos circulares rojas de Interpol, en Colombia Giraldo Serna tiene órdenes de captura vigentes, que fueron reactivadas por el Juzgado Penal del Circuito con Función de Ejecución de Sentencias para las Salas de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Barranquilla.

Giraldo tiene circular roja de Interpol por los delitos de homicidio en persona protegida, desplazamiento forzado, desaparición forzada y acceso carnal violento en persona protegida.
Interpol
Así las cosas, se espera que, tras haber llegado a Colombia y cumplir con los requisitos de ingreso al país, las autoridades nacionales lo capturen.
"Luego de haber cumplido su condena ante la justicia norteamericana, debe responder en nuestro país (...) El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) debe definir el sitio de reclusión del señor Hernán Giraldo, donde se le darán todas las medidas de seguridad para que comparezca ante la justicia colombiana", dijo el Ministro de Justicia, Wilson Ruíz.
En el fallo condenatorio expedido por Justicia y Paz en 2019 figuran violaciones, abortos y embarazos forzados, prostitución forzada, esclavitud sexual, entre otros delitos.
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A pesar de ese pasado criminal, Giraldo no pagaría los 40 años de pena que tendría, como mínimo, si su caso hubiera sigo juzgado en la justicia ordinaria, dado que el sistema de Justicia y Paz, bajo el cual se desmovilizó este hombre, contemplaba penas máximas de ocho años de prisión.
De hecho, algunos exparamilitares que ya han regresado extraditados o deportados de Estados Unidos han señalado que, como sus sentencias en ese país fueron superiores a ocho años deben convalidarse, para que no paguen más cárcel en Colombia. No obstante, aún no hay ninguna decisión en firme sobre Giraldo
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Hernán Giraldo fue uno de los grandes artífices de la violencia en la Sierra Nevada de Santa Marta.
ARCHIVO EL TIEMPO
"No borraré de mi memoria esa niña de doce años, llevada a empujones, llorando por todo el camino, que subió a pie la Sierra hasta la finca donde su padre negociaba con 'El Patrón', su victimario, su virginidad, por 5 millones de pesos. Cuando llegó, la encerraron durante 15 días, rodeada de armados. Fue una cruel tortura. Daba gritos y alaridos de dolor cuando él se le acercaba a besarla, cuando tocaba su cuerpo con sus manos asesinas".
El anterior testimonio es de una maestra y está consignado en el informe ¡Basta ya!, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Relata solo uno de decenas de violaciones a manos del exparamilitar Hernán Giraldo Serna, quien fuera jefe del Bloque Resistencia Tayrona (BRT) de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).
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Esta es una de las primeras imágenes que se conocen tras el aterrizaje del exparamilitar Hernán Giraldo en Colombia.
Migración Colombia
En la sentencia de Justicia y Paz contra este 'expara' en 2019 fueron documentados 38 casos de violencia basada en género. No obstante, la Fiscalía ha dicho que los delitos de este tipo cometidos por el grupo de Giraldo ascenderían a 200.
En 1982 ocurrió uno de esos hechos, cuando este paramilitar, “aprovechando su superioridad en edad y poder”, presionó a una niña de 12 años a la que convirtió en su pareja, dice la decisión judicial. En julio de ese año se dio el primer hecho de violencia sexual.
Según contó la víctima: “Siempre estaba armado, ponía su arma en la mesita de noche, nunca había un preámbulo, pues él solo se satisfacía sexualmente. Luego se quedaba dormido. Así una y otra vez”.
Además, aseguró que las violaciones se extendieron hasta 1983, cuando quedó en embarazo. Cuando la niña tenía seis meses de gestación, Giraldo “terminó la relación”. A sus 14 años, la niña dio a luz y nunca volvió a saber del exjefe paramilitar.
La Sala de Justicia y Paz destacó que en este y los demás casos se trató de menores de edad, quienes, por el poder que representaba Giraldo, estaban en incapacidad de resistir, lo que “excluye de plano cualquier consentimiento”.
La mayoría de delitos de violencia sexual del bloque Resistencia Tayrona, que se desmovilizó con 1.107 integrantes, habrían sido ejecutados por su propio jefe, Hernán Giraldo, quien se convirtió en el terror de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Mientras él no estaba, yo jugaba con los otros niños de la vereda, pero cuando él regresaba sabía que debía permitir que él me accediera carnalmente
En el informe 'La guerra inscrita en el cuerpo', el CNMH y la Corporación Humanas también documento la violencia sexual ejercida sobre las niñas y adolescentes por parte del Bloque Norte de las AUC, en particular por parte de Hernán Giraldo,
comandante del Frente Tayrona, y por parte de Rodrigo Tovar Pupo alias Jorge 40, responsables.
"Humanas documenta que, específicamente, la violación anal fue usada como mecanismo para infligir particular dolor a las víctimas, someterlas a humillación y vergüenza", se lee en el informe.
De hecho, en el fallo de Justicia y Paz hay más historias que demuestran el horror al que Giraldo sometió a sus víctimas
Por ejemplo, la de una niña de 13 años que vivía con sus padres en el corregimiento de Buritaca, Santa Marta. En diciembre del 2004, Giraldo le mandó a decir que quería tener una “relación sentimental con ella”. Aunque la niña y la familia se opusieron, días después Giraldo envió a sus hombres armados para buscarla, quienes “le advirtieron que recogiera todas sus cosas porque se iba a vivir con el comandante”.
El 25 de diciembre, en una de las fincas de Giraldo, el exjefe paramilitar violó a la menor. Aunque la niña volvió a su casa, ante la presión del ‘expara’ tuvo que irse a vivir con él, quien le advirtió a su familia que si se oponían podía matarlos. La niña vivió un año y cinco meses con él y solo pudo volver con sus padres hasta el 2006, cuando el grupo paramilitar se desmovilizó.
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“Mientras él no estaba, yo jugaba con los otros niños de la vereda, pero cuando él regresaba sabía que debía permitir que él me accediera carnalmente. Esto se repitió muchas veces. Desde entonces, no he podido rehacer mi vida”, le contó la víctima a la justicia.
Por este y los demás casos, la Sala de Justicia y Paz destacó “la condición de depredador sexual del postulado Hernán Giraldo Serna”, situación que, asegura, ha sido reconocida por los que estuvieron bajo su mando, “quienes obedecían sus órdenes cuando iban encaminadas a llevarle niñas para satisfacer sus deseos”.

Un porcentaje considerable de paramilitares se desmovilizaron en el 2006.
Archivo EL TIEMPO
En junio del 2004, cuando tenía 13 años, una joven invitó a una menor a una fiesta del exparamilitar, contándole que el hombre pagaba 600.000 pesos a las niñas que “accedieran a sostener relaciones sexuales”.
La niña, cuya familia había sido desplazada por el grupo de Giraldo, y quien había quedado huérfana meses atrás, decidió ir hasta la finca del ‘expara’, en la vereda Guachaca, en donde había muchas más jóvenes como ella que no superaban los 25 años. Tras llegar a la finca, el capo se fue con la niña y su amiga para otro lugar, en donde les dio licor y drogas. Luego la violó.
La menor asegura que siguió viéndose con Giraldo por un año, quien a veces le daba dinero, celulares y ropa. También dijo que comenzó a consumir drogas y a tener sexo con otros hombres por dinero.
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Es por esto que Justicia y Paz lo condenó por inducción a la prostitución, acceso carnal abusivo con menor de 14 años y explotación sexual comercial. “Este hecho resulta ser emblemático de cara a la innegable calificación de Hernán Giraldo como un depredador sexual de menores”, dice la sentencia.
Sus crímenes, dice el fallo, eran “emulados por sus subalternos”, quienes entendieron que la violencia sexual era “permitida, tolerada y estimulada desde la dirección de Giraldo como una política de grupo”.
La encerraron durante 15 días, rodeada de armados. Fue una cruel tortura. Daba gritos y alaridos de dolor cuando él se le acercaba a besarla
Por eso, la justicia también lo condenó por hechos cometidos por sus hombres, como los delitos de ‘Caliche’, quien secuestró a una niña en un hotel de Santa Marta, donde la violó. La menor logró escaparse, pero, producto de las violaciones, había quedado en embarazo. Cuando ‘Caliche’ la encontró, la golpeó hasta que le produjo un aborto.
La Sala también condenó al exparamilitar por los feminicidios de dos mujeres, a quienes hombres de su grupo obligaron a cavar su propia tumba. Tras decirles que “eso les pasaba por perras”, les dispararon 15 veces, “y las despojaron de sus prendas para cortar sus cuerpos”.
Aunque en sus declaraciones excomandantes de las Auc afirmaron que en ese grupo armado la “violencia sexual estaba proscrita”, para la justicia no cabe duda de que estas dolorosas historias demuestran todo lo contrario.
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Por eso, el magistrado del tribunal que condenó a Giraldo, José Haxel de la Pava, aseguró que el exjefe paramilitar usó la violencia sexual para castigar a la población, o como un “ejercicio de poder que le permitía ejercer el dominio sobre los cuerpos de las niñas y las mujeres, vulnerando sus derechos y libertades sexuales”.
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