La Contraloría General detectó que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) no está cumpliendo con un debido seguimiento a las licencias ambientales que le ha entregado a grandes obras de infraestructura en el país, como la construcción de la Ruta del Sol, la ampliación de la segunda pista del aeropuerto El Dorado y la planta de tratamiento de aguas Salitre.
Según la Contraloría, el caso más grave es precisamente el de la licencia entregada al consorcio que está construyendo la Ruta del Sol II, y del que hace parte la firma Odebrecht, vinculada a un escándalo de corrupción. Según el ente de control, se encontraron 442 hallazgos por incumplimientos de la licencia en un solo año, en tres tramos distintos.
Aunque las irregularidades son reiterativas, la Contraloría rechazó que la ANLA no haya adelantado sanciones contra Odebrecht por los incumplimientos, ni tampoco impuso multas por el daño ambiental causado por el consorcio.
"Pese a que la ANLA identifica incumplimientos a lo establecido en la licencia ambiental otorgada para la Ruta del Sol II, la entidad no realiza la gestión para sancionar dichas situaciones, ya sea porque no sanciona o, si sanciona, la sanción resulta muy débil o la impone muy tarde en el tiempo, dando como resultado que el beneficiario de la licencia incumpla en forma reiterada la licencia, con el consecuente deterioro ambiental”, asegura la auditoría del organismo de control.
El ente de control asegura que una de las pruebas es que en el Tramo 1 se tiene la licencia ambiental desde el 2011, y en el 2016 la ANLA encontró 85 irregularidades que implicaban hacer un requerimiento inmediato a la firma constructora. Esto, pese a que no debió encontrar ningún requerimiento, ya que el Consorcio supuestamente tenía experiencia en el manejo de licencias ambientales.
“Por tanto, 442 incumplimientos solo en el año 2016 resultan inadmisibles en un proyecto licenciado que lleva más de seis años trabajando bajo una licencia ambiental”, dice la auditoría.
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