El director del Instituto de Medicina Legal , Carlos Eduardo Valdés, dio a conocer este viernes los resultados de la necropsia al cadáver de la joven María Andrea Cabrera Martínez, hija del general (r) del Ejército Fabricio Cabrera Ortiz.
Según Valdés, en el cuerpo de la joven no se halló rastros de ningún tipo de violencia de tipo sexual y su muerte se produjo por la ingesta de éxtasis.
“La muerte ocurrió como consecuencia de una intoxicación exógena por metanfetaminas, por extasis, asociado con el consumo moderado de alcohol (…) no presentaba ningún otro tipo de drogas, no consumía sustancias alucinógenas”, dijo Valdés.
Medicina legal no puede establecer cómo ocurrió esta ingesta de metanfetamina, hecho que será resuelto en el transcurso de la investigación por parte de las autoridades.
María Andrea, quien era periodista de la Universidad de la Sabana, murió el pasado domingo 4 de febrero después de asistir con un grupo de amigos a un bar ubicado en la calle 84 con carrera 13 de la localidad de Chapinero.
Desde el primer momento de conocerse los lamentables hechos, la Policía en Bogotá descartó que la muerte de la hija del general Cabrera tuviese alguna relación con un hurto. Esta hipótesis se fundamentó en las primeras indagaciones y en el testimonio de las personas que acompañaban a la periodista Cabrera Martínez.
Fueron estas personas quienes contaron que el grupo estuvo en principio en un restaurante de la calle 81 con carrera 13 y que la periodista estaba en compañía de tres amigas: María Carolina Daza, Johanna Cano y Lina María León y de cuatro hombres: Jaime Esparza, Luis Miguel Flórez y de otro amigo de apellido Ladino.
De este lugar decidieron irse, dijeron los testigos, hacia un amanecedero de la zona, un sitio en donde uno de los muchachos era conocido.
Hacia las 3:30 de la mañana Cabrera se desvaneció en pleno bar. Los jóvenes decidieron salir del sitio con dirección al apartamento de una de sus acompañantes en el sector de Usaquén. Durante el camino, María Andrea tuvo una hemorragia nasal que nunca pudieron detener.
Al llegar al sitio, la joven se desmayó de nuevo y fue entonces cuando María Carolina Daza, la dueña del apartamento, llamó a un amigo, que fue quien finalmente llevó a María Andrea hasta la Fundación Santa Fe de Bogotá. La joven, de 25 años, llegó sin signos vitales sobre las seis de la mañana del domingo.
Una de las claves en la resolución de este caso es el testimonio que pueda rendir el joven Ladino, quien estuvo con ella minutos antes de que se afectara la salud María Andrea.
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