Aunque en febrero del 2016 la Fiscalía declaró como crimen de lesa humanidad el secuestro del exministro Argelino Durán Quintero, que terminó en su muerte en cautiverio, la investigación por el crimen, que rompió en 1992 los diálogos de Tlaxcala, sigue estancada.
Veinticinco años después, la familia de Durán sigue exigiendo que tanto los autores materiales como los cerebros del secuestro lleguen finalmente ante la justicia. El delito lo cometió la disidencia del Ejército Popular de Liberación en Ocaña, Norte de Santander, el 26 de enero de 1992.
El único frente en el que se ha avanzado es en determinar que se trató de un encargo para políticos de la región que consideraban a Durán Quintero una amenaza a
Durán, quien fue ministro de Obras Públicas del gobierno de Misael Pastrana, murió durante su cautiverio a consecuencia de las largas caminatas y las difíciles condiciones a las que fue sometido por sus captores. Y a pesar de ese fatal desenlace, el Epl mantuvo engañados a la familia y al país, y exigía un millón de dólares por la liberación del dirigente.
Aunque en un principio se compulsaron copias para que se investigara a políticos de la región como supuestos partícipes del plan criminal, en marzo del 2005 fue archivado el proceso.
Sin embargo, tras la declaración en Justicia y Paz del guerrillero Félix María Quintero, alias Roldán, el caso fue reabierto y asignado a la Fiscalía novena especializada ante los juzgados de Cúcuta. El ex-Epl reconoció que participó en el secuestro de Durán Quintero y dijo que en el crimen habían sido claves varios dirigentes de Ocaña.
Aunque en un principio se compulsaron copias para que se investigara a políticos de la región como supuestos partícipes del plan criminal
“El señor Luis Jesús Botello Gómez le entregó a Jesús Fuentes Niño, ‘Abel’, comandante del frente ‘Libardo Mora’, la información de que el señor Argelino iba a estar en Ocaña, en la casa de Iván Cabrales, un amigo de él. Informó día, hora y sitio en donde iba a estar el ministro, y la facilidad para llegar a él”, dijo alias Roldán. Botello Gómez fue congresista, y su padrino político fue, precisamente, Durán Quintero.
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Fuentes de la Fiscalía señalaron que el proceso sigue abierto y que el sustento de la declaratoria de lesa humanidad es que la violencia ejercida por esa disidencia en Norte de Santander fue sistemática. No solo se reflejó en casos como el de Durán, sino en actos de intimidación contra la población civil con asesinatos y secuestros, y también por medio de atentados terroristas contra la infraestructura energética.
Según la Fiscalía, el secuestro del exministro formó parte “de un plan trazado para desestabilizar la institucionalidad regional” mediante la violencia contra “personas representativas de esa sociedad que aquellos consideraban no seguían sus directrices”.
En el expediente judicial, además del testimonio de ‘Roldán’, están las versiones entregadas por los familiares del exministro y hasta un diario que llevaron sus hijos sobre el cautiverio.
En esos relatos, los familiares de Durán Quintero señalan que quien le insistió al exministro que volviera a la región para participar en política fue Luis Jesús Botello Gómez, y que del mismo teléfono por el cual llamaba el jefe del Epl que lo tenía secuestrado para hacer sus exigencias también se comunicaba Botello Gómez.
“Fue convencido por varios allegados suyos para que regresara a Ocaña, para inaugurar algunas obras que ayudó a gestionar. Tan solo un día después de haber llegado al municipio, y con información detallada de su visita, fue secuestrado por el grupo guerrillero en la casa de un amigo”, indicaron allegados al exministro Durán.
Las llamadas salían de un hotel en Chinácota, Norte de Santander. Desde allí llamó ‘Abel’ para exigir el rescate. Según la familia, poco después llamó del mismo número Botello Gómez a hacer preguntas sobre cómo iban las negociaciones para la liberación. Sin haber vinculado a nadie en concreto, la Fiscalía investiga si “se trató de un secuestro político” en el que la víctima fue entregada por un dirigente de la región.
“Queremos que haya justicia y verdad, que la Fiscalía llegue a quienes estuvieron detrás del secuestro, a los verdaderos responsables de este crimen, que hasta ahora no han sido llamados a responder por el crimen”, señalaron familiares consultados por EL TIEMPO.
El excongresista Botello Gómez ha manifestado que no tiene nada que ver con los hechos. Dice que hay una persecución en su contra porque en varios momentos de la historia se atrevió a denunciar hechos de corrupción en la región.
JUSTICIAjusticia@eltiempo.com
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