Hace una semana, Luiz Antonio Bueno, una de las cabezas de Odebrecht en Colombia, le hizo llegar a la Fiscalía uno de los contratos que, según él, fue usado para pagar el soborno de 6,5 millones de dólares al exviceministro de Transporte Gabriel García Morales para la adjudicación de la Ruta del Sol II, entre 2009 y 2010.
Ese documento fue una de las pruebas exhibidas el lunes por el ente acusador en la audiencia de imputación de cargos contra el expresidente de Corficolombiana José Elías Melo Acosta, como supuesto corresponsable en la red de corrupción desplegada por la multinacional para conseguir millonarios contratos en el país.
Lo que sostiene la investigación es que de uno de los contratos celebrados por la Constructora Norberto Odebrecht terminó saliendo, con pleno conocimiento de Melo Acosta, el dinero de la coima al exfuncionario. La ruta de la plata ya fue reconstruida en la investigación, y termina en la famosa Banca Privada de Andorra.
Melo no aceptó los cargos por cohecho e interés indebido en la celebración de contratos, y este jueves se espera que su defensa despliegue su estrategia para rebatir los señalamientos de la fiscal del caso, quien pidió al juez que enviara al ejecutivo a una cárcel.
Durante la diligencia, la Fiscalía presentó la declaración de Mauricio Millán, quien es un alto funcionario de Episol, la filial de Corficolombiana que hizo parte del Consorcio de la Ruta del Sol II.
En enero pasado, después de que se conocieron los señalamientos en todo el mundo contra Odebrecht, el Grupo Aval (del que forma parte Corficolombiana) ordenó una auditoría interna cuyos resultados fueron entregados a la Fiscalía.
En esa investigación interna, Millán manifestó que detectó en el 2010 pagos de entre 16.000 y 17.000 millones de pesos que le llamaron la atención “por ser de un alto valor, (y) a unos asesores que no había visto que hubieran participado en la estructuración del contrato”.
Millán, según reseñó la Fiscalía, le comunicó esa situación a Melo Acosta, y la respuesta del exdirectivo fue, primero, que iba a consultar con Odebrecht y, después, la orden de que procediera con los giros “porque la responsabilidad era del socio mayoritario”. La Fiscalía dice que Millán declaró que otros pagos en 2013 también le parecieron sospechosos porque no estaban bien soportados, y que en esa oportunidad también se lo contó a Melo.
En la audiencia, la fiscal reveló apartes del testimonio de Luiz Bueno en los que él asegura que Melo “estuvo al tanto” del pago del soborno y decidió contribuir “de forma activa con el pago ilegal de 6,5 millones de dólares”.
El brasileño dijo que tuvo “gran cantidad de reuniones” con Melo y que le informó de la exigencia de plata del exviceministro Gabriel García Morales, y que él estuvo de acuerdo con seguir adelante con el soborno.
Bueno aseguró que Melo le manifestó que “tenía una dificultad con el tema de ética corporativa”. Para eludir esas políticas, agregó, “nos pusimos de acuerdo en que Odebrecht haría los pagos a Gabriel García y posteriormente, en desarrollo del proyecto, íbamos a dividir (proporcionalmente) los costos de los 6,5 millones de dólares”. “Para este asunto llegué a reunirme con Melo hasta tres veces en el día; las citas las concertaba mi secretaria”, dijo el testigo.
El exviceministro García Morales sostuvo que conoció a Melo como directivo de Corficolombiana y que Bueno le decía que todo lo que hablaban era “consultado” con él.
REDACCIÓN JUSTICIA
