Cada uno de los 117 supuestos milicianos de las Farc que el pasado lunes se entregaron al Ejército en Tumaco, el municipio con más coca en todo el país (más de 16.000 hectáreas), pasará por los controles de Inteligencia militar y verificación de identidad y antecedentes penales, para determinar cuál es su verdadera relación con esa guerrilla.
“En esas estamos y de eso va a depender el camino jurídico que esas personas tomen”, dijo el martes el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, al advertir que se aplicarán todos los controles para evitar colados que busquen los beneficios del proceso de paz.
Un día después de ese sometimiento, que empezó a cocinarse desde enero pasado a través de contactos con autoridades locales y que supuestamente tendrá un segundo capítulo con la entrega de otros 200 hombres, no existe plena claridad sobre la condición del grupo.
Sus líderes, entre ellos uno conocido como ‘Pollo’, afirman que se trata de “300 jóvenes milicianos vulnerables, con muchas necesidades en la familia y con peligro de perder la vida o de volver a cometer actos ilícitos” que supuestamente acataron la orden de las Farc de preconcentrarse en una zona conocida como El Playón y que después decidieron salir de la zona por supuesto temor al incumplimiento de los acuerdos.
(Además: Guerrilleros del Eln y ‘paras’ buscan acogerse a beneficios de paz)
Ese temor, dicen ahora, no existe y por eso están pidiendo pista en el proceso de desmovilización. Además, aseguran no tener relación con una nueva banda que apareció en la zona (la ‘Gente del Orden’) y que intenta controlar las redes criminales que antes manejaron las Farc.
El 31 de enero se realizó en Tumaco un consejo de seguridad al que asistió Édgar López o ‘Pacho Chino’, jefe del comando Occidental de las Farc, quien de plano afirmó que desconocía a estos 300 jóvenes como integrantes de la guerrilla.
Lo que ha podido establecer la Inteligencia militar es que entre las cabezas del grupo hay dos hermanos de Yeison Segura Mina, ‘Don Y’ –jefe de milicias de las Farc que montó disidencia del proceso de paz y que murió a manos de esa guerrilla en octubre del año pasado–.
Lo que intentarán establecer las autoridades, con ayuda de las Farc, será determinar si en efecto se trata de milicianos que aunque no se concentraron no volvieron a delinquir –caso en el cual podría contemplarse algún beneficio penal–, si se trata de desertores o, simplemente, de delincuentes comunes, entre ellos ‘narcos purasangre’, que pretenden repetir la historia de los capos que se colaron y recibieron beneficios de paz en el proceso entre las Auc y el gobierno de Álvaro Uribe hace una década.
Entregaron un fusil AK-47, un R-15, un M-1, una subametralladora, 13 pistolas de diferentes calibres y siete revólveres, armamento que quedó bajo custodia del Ejército
Altas fuentes de la Fiscalía señalaron que los milicianos se entregaron al Ejército y no tienen detalles en qué condición lo hicieron con lo que podrían establecer qué tipo de beneficios podrían recibir. En el ente acusador están a la espera del reporte oficial para establecer si ellos van a la justicia ordinaria.
El grupo llegó el lunes al sector de La Comba, en Tumaco, donde eran esperados por una delegación de las autoridades locales, Naciones Unidas y la Fuerza de Tarea Pegaso, comandada por el general Sergio Alberto Tafur.
Entregaron un fusil AK-47, un R-15, un M-1, una subametralladora, 13 pistolas de diferentes calibres y siete revólveres, armamento que quedó bajo custodia del Ejército.
“Se está verificando si dos hermanos de ‘Don Y’ se desmovilizaron o se quedaron por fuera de este último proceso. Eso hace parte de la comprobación de las identidades que se viene adelantando. Los 17 menores de edad, entre ellos una mujer, ya están bajo custodia del Bienestar Familiar”, dijo Harold Ruiz, gestor de paz de Nariño.
Los 17 menores del grupo tienen entre 15 y 17 años; entre ellos hay una niña. El martes fueron dejados a disposición del ICBF
Las milicias en las que creció ‘Don Y’ se encargaban, según un vocero de la Iglesia en el departamento, de “apoyos logísticos, comprarles víveres, llevarles medicinas y hasta precursores químicos a los laboratorios” a los guerrilleros de la columna ‘Daniel Aldana’ de las Farc, que operaba en la zona. Pero en los últimos años empezaron a ocuparse también de microtráfico y de extorsiones, por lo que se convirtieron en un azote para el puerto.
“Por eso –dice Ruiz–, cuando este año hicieron llegar una carta donde anunciaban que se querían desmovilizar, la comunidad se unió para atenderlos y apoyarlos”. En Tumaco la tasa de homicidios es de 70 por cada cien mil habitantes (la nacional es 25 por cada cien mil).
El vicario general de la Diócesis de Tumaco, padre Arnulfo Mina, señaló que la entrega abre esperanzas para la verdadera paz del municipio. “Si sale exitosa, yo creo que van a venir más; hay más jóvenes que quieren venir”, afirmó.
Los 17 menores del grupo tienen entre 15 y 17 años; entre ellos hay una niña. El martes fueron dejados a disposición del ICBF.
Para el padre Mina, el mayor mérito en la entrega lo tienen los líderes comunitarios, especialmente los presidentes de Juntas de Acción Comunal.
“Ellos fueron los primeros en hacer el contacto con esos muchachos en reuniones que sostuvieron en donde les expresaron que querían desmovilizarse”, dijo.
Carlos Carvajal Torres, ‘Alexander Mojoso’, se presentó ante el Ejército con 20 de sus hombres hace 10 días en Cartagena del Chairá, Caquetá. ‘Mojoso’, quien llegó a ser comandante del frente 14 de las Farc, se declaró en disidencia en diciembre del año pasado.
Hombres de las Farc ubicaron su campamento en enero y lo atacaron, esto dejó como saldo la muerte de su compañera sentimental. “Se entregó aludiendo que lo iban a matar”, dijo una fuente militar en su momento.
De otro lado, la disidencia del primer frente, bajo el mando de ‘Gentil Duarte’ y ‘Jhon 40’, se estableció en el Guaviare. Allí siguen con el narcotráfico en alianza con dos enviados del ‘clan Úsuga’ – ‘Sebastián’ y ‘Costeño’– y se sabe que impartieron la orden a los campesinos de no erradicar y que están reclutando a los menores de los internados, según denuncias de la Iglesia.
Esta disidencia ya fue atacada por la Fuerza Pública. Un campamento de ‘Iván Mordisco’ fue bombardeado el 10 de marzo en zona rural de Miraflores. En el lugar se incautaron varios computadores que están siendo analizados por inteligencia militar y se desmanteló una fábrica de explosivos.
JUSTICIA*
*Con reportería de Pasto.
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