A pesar de que ‘Otoniel’ ha anunciado la intención de ‘acogerse’ a la justicia, lo cierto es que la banda criminal no ha dejado de mover ninguno de sus negocios ilícitos.
En Nariño y Guaviare, dos de las zonas más convulsionadas en este momento por los avances de los planes contra la coca, el ‘clan Úsuga’ está apostándole fuerte a financiar a las disidencias de las Farc para que continúen asegurando el flujo de cocaína en esas regiones.
Informes de inteligencia conocidos por este diario señalan, en efecto, que a instancias de la banda han llegado a Nariño y Guaviare representantes permanentes del cartel de Sinaloa, el principal comprador de cocaína colombiana. Esa presencia directa busca que el cartel financie el fortalecimiento de los grupos ilegales que pretenden copar las zonas abandonadas por los frentes de las Farc.
Pero la movida más evidente ha sido el desplazamiento de ‘Inglaterra’, el tercero de ‘Otoniel’, hacia Norte de Santander.
Luis Orlando Padierna, el verdadero nombre de ‘Inglaterra’, fue comisionado personalmente por Dairo Antonio Úsuga para encabezar una avanzada en esa región del país. El objetivo es entrar en disputa con ‘los Pelusos’ por el control de los cultivos y laboratorios para el procesamiento de coca. En esta zona del país se detectaron 24.831 hectáreas de narcocultivos, según el informe Simci de Naciones Unidas del 2016.
Aunque inicialmente ‘Mauricio Pácora’, jefe de ‘los Pelusos’ (la antigua disidencia del Epl), había hecho una alianza con el clan, la situación de la frontera los dividió.
‘Inglaterra’ busca lograr el control de la coca del Catatumbo y acceso a las pistas clandestinas en los estados de Zulia y Apure.
En septiembre, la Policía logró ubicarlo en la vereda San Faustino, pero escapó a último momento. La operación en su contra dejó como resultado la muerte de cinco de sus lugartenientes y la captura de 11 más. Hay 500 millones por su cabeza.
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