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Justicia

No olvidar los terribles hechos de la guerra para que no se repitan

Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Foto:Comisión de la Verdad.

Detalles del histórico encuentro #VerdadesQueLiberen, propiciado por la Comisión de la Verdad.

No se puede tener un país en paz sin dialogar y perdonar. Pero ese perdón no significa olvidar, porque recordar el horror de la guerra que Colombia vivió durante 50 años hará que se trabaje por ofrecerle a la juventud un país mejor.
En esta reflexión coincidieron víctimas del secuestro y responsables, que se vieron cara a cara en el encuentro de 'Reconocimiento de responsabilidades sobre secuestro por parte de la antigua guerrilla Farc-Ep', #VerdadesQueLiberen, propiciado por la Comisión de la Verdad.
Para ninguno fue fácil hablar allí. Vivieron la guerra desde ángulos distintos durante muchos años y el 23 de junio pasado se juntaron en el mismo sitio, con el país de testigo, para "hacer una lectura crítica del pasado y sobre esa base mirar hacia adelante, convencidos de que las nuevas generaciones merecen un destino mejor que el que les hemos legado", expuso la comisionada Marta Ruiz, al abrir el espacio.
Con las voces entrecortadas, los ojos nublados por lágrimas y las respiraciones agitadas, víctimas de secuestro, sus familias y los parientes más cercanos de quienes murieron en cautiverio o de los que aún no se sabe dónde están, se vieron con los responsables de que sus vidas quedaran marcadas para siempre.
Este acercamiento es parte de un proceso que ha tenido varias etapas y, a pesar de que algunas víctimas habían tenido encuentros con excombatientes, lo vivido el pasado miércoles es un hecho histórico que, sin el Acuerdo de Paz, cuestionado por muchos en este escenario, no se hubiera podido lograr.
Durante cinco horas, en el Teatro Libre de Chapinero, en Bogotá, se escucharon reflexiones de quienes vivieron la guerra desde ángulos distintos. En el espacio se recordó cómo la radio fue la conexión de los secuestrados con sus familias y el exterior, se hizo un minuto de silencio por las personas secuestradas, muertas y desaparecidas, y se rindió homenaje al profesor Gustavo Moncayo, el caminante por la paz, quien anduvo más de mil kilómetros pidiendo un intercambio humanitario para que su hijo, el suboficial del ejército Pablo Emilio Moncayo, recobrara la libertad.
La primera voz que se escuchó fue la de Carlos Cortés, hijo de la Guillermo la 'Chiva' Cortés, secuestrado durante 205 días, en el 2000, a sus 75 años.
Nervioso, conteniendo las lágrimas, agarrándose al atril para sostenerse, recordó su padecimiento: "El secuestro, uno de los delitos más execrables y cobardes que se hayan dado, llevó al conflicto a límites inimaginables de barbarie, de degradación". Y fue más allá al señalar la responsabilidad del Estado, que no entendió que el sentido de humanidad para regresar a la libertad a los secuestrados era lo primordial. Invitó a reflexionar sobre el hecho de que como sociedad hayamos permitido crímenes tan atroces como el exterminio de la Unión Patriótica, los falsos positivos, las atrocidades de las Farc y los crímenes de los paramilitares.
A pesar de todo esto, es un convencido de que el diálogo es el mejor de los caminos. Por ello llamo la atención sobre el lenguaje que hoy se está usando en el país, ya que "las palabras también matan".
En esto coincidió Roberto Lacouture, secuestrado durante tres meses hace 31 años, quien llamó a los excombatientes "a dejar el discurso de las armas que aún usan en el Congreso y en sus declaraciones. Esa paz del verbo es necesario hacerla. Bajarle a esa entonación de altivez con que ustedes se muestran". Enfatizó su disgusto con el Acuerdo de Paz, al considerar que se dejó por fuera a las víctimas, olvidando el horror que habían vivido más allá del propio secuestro: asesinato de sus trabajadores, persecución, destrucción de propiedades, matanza de animales. Sin embargo, hizo un llamado a la sociedad: "Debemos parar y seguir adelante. Es necesario que todos los colombianos nos llenemos de amor por el bien de Colombia, por nuestras familias, por nosotros mismos".
Ese amor, fortaleza espiritual y fe en Dios han sido claves para Diana Daza, su esposa, quien reconoce que después de 31 años aún no ha terminado de hacer el duelo. Recordó su dolor durante la ausencia de su esposo con quien llevaba solo tres años de casada y un hijo de dos años a quien no podía explicarle que su padre no lo había abandonado. Con su testimonio, a través del que también reconoció que tenía mucha desconfianza de vivir este tipo de encuentros, invitó a otras víctimas a acercarse a la Comisión de la Verdad porque allí ha podido desahogarse: "Una persona que sana interiormente puede vivir mejor la vida y hacer vivir mejor a los que están cerca. Sin un corazón sano eso no se puede".
Comisión de la Verdad que  hace el reconocimiento  sobre secuestro causado por diferentes grupos armados como las Farc . Bogota 23 de junio del 2021 . Foto MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET

Comisión de la Verdad que hace el reconocimiento sobre secuestro causado por diferentes grupos armados como las Farc . Bogota 23 de junio del 2021 . Foto MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET

Foto:Mauricio Moreno

Excombatientes reconocieron errores

Durante el encuentro de reconocimiento de responsabilidades, los excombatientes firmantes del Acuerdo de Paz, y quienes durante el conflicto fueron los victimarios de miles de personas, hablaron de la crudeza que se vive en la guerra, la cual también los atravesó a ellos. La mayoría no tuvo otra forma de vida más que estar en las selvas y montes del país.
Sin embargo, todos reconocieron que nadie ganó y, por el contrario, el país perdió con la guerra. Se comprometieron a continuar esclareciendo la verdad y a no repetir los horrores del pasado.
Abelardo Caicedo Colorado, quien estuvo en las Farc durante 40 años, les dijo a quienes se oponen al Acuerdo de Paz que su firma era la forma de "superar la horrible noche de la violencia", porque aniquilar a las Farc era estar en guerra muchos años más, lo que solo causaría más daño y muerte. Enfatizó en que el compromiso de los excombatientes con la paz es indeclinable y que el dolor que causaron algún día tendrá que resarcirse.
En igual sentido habló Pedro Trujillo. Luego de contarle al país cuál fue su papel en la antigua guerrilla durante el conflicto armado, reconoció su vergüenza por las conductas que generaron tanto dolor: "Reciban mi sincero deseo de contribuir al esclarecimiento de la verdad y de ayudar a la sanación de tanto dolor. Lamento profundamente haber incurrido en esa práctica. Esto no debió suceder nunca", dijo. Se dirigió especialmente a las familias de las personas secuestradas y resaltó que fueron víctimas invisibles que no habían sido escuchadas.
Su compañero Rodolfo Restrepo confesó que durante el proceso de los diálogos y dejación de las armas entendió la atrocidad que estaban cometiendo, lo que lo llevó a ponerse en el lugar de las víctimas: "No se trata tanto de pedir perdón y que olviden, sino aprender a entendernos, conocernos y vernos como seres humanos; que entre todos tenemos la importante misión de sacar el país adelante".
"Hemos pedido perdón muchas veces y en innumerables espacios privados. Queremos que (el perdón) salga y brote en un momento, que nazca, no impostarlo para efectos del registro en la prensa. Por eso no lo hemos dicho aquí, porque este acto tenía otra connotación, pero lo hemos dicho en otros actos", respondió Carlos Antonio Lozada, cuando una voz en el auditorio le reclamó por no haber pedido perdón. Insistió en que el ruido de la guerra no había dejado oír a las víctimas y que solo hasta la firma del Acuerdo habían dejado de ser una estadística.
Por su parte, Emiro Ropero hizo un llamado al Estado y a los alzados en armas para que escuchen "nuestro mensaje de reconciliación y el de las víctimas, y se llegue pronto a nuevos acuerdos para que esto no se siga repitiendo". El excombatiente, que dijo haber perdido a 14 integrantes de su familia en esta guerra, se comprometió a colaborar en la búsqueda de las personas que fueron secuestradas y nunca han vuelto a casa. "Tengo el deber moral de buscarlas y que todos los líderes de las antiguas Farc, que podamos contribuir, lo hagamos con toda la convicción de lo que eso significa para sus familiares y para el país".

'Construyamos una confianza colectiva'

Francisco de Roux, S. J., presidente de la Comisión de la Verdad, que intervino en varias oportunidades, hizo algunas reflexiones para cerrar: "Ustedes (a las ex-Farc-Ep) deben rumiar en silencio una y otra vez todo lo que se ha dicho, hasta que se vuelva un sentimiento personal y profundo". Reflexionó sobre la necesidad de no olvidar los terribles hechos de la guerra para que no vuelva a pasar, pero "que sea una memoria que no incite a la venganza, a la retaliación o al odio, sino que ayude a comprender la tragedia en que nos vimos metidos los colombianos. Que nos escuchen el Eln, la segunda Marquetalia, las disidencias y el Estado para que construyamos una confianza colectiva. Todo lo que la guerra tocó, la guerra lo dañó".

Luego de ser libre fue revictimizado

Armando Acuña, secuestrado el 29 de mayo de 2009, reclamó porque no oyó, de sus victimarios, que pidieran perdón. Sin embargo, habló de su experiencia: "El perdón es personal. Yo he perdonado para limpiar mi espíritu y no seguir generando odios ni rencores". Reconoció que si bien el secuestro había sido muy doloroso, la revictimización fue lo más duro de llevar luego de su liberación, tras 20 meses de cautiverio. Conteniendo el llanto, insistió varias veces en que nunca perteneció a ningún grupo insurgente y en que solo hace poco supo que lo suyo había sido un secuestro político por ser concejal. De una bolsa sacó una revista y un libro. Dijo que esos objetos lo acompañaron en su cautiverio, pero que debía devolverlos porque no le pertenecían. Con las manos temblorosas le entregó al excombatiente Carlos Lozada el paquete, como un gesto de cierre. Al final, y a manera de súplica, les dijo a los ex-Farc: "Duele que muchos de sus excompañeros hayan regresado al monte. Les pido que hagan lo humanamente posible para que no haya más guerra".
Jose Armando Acuña diputado y ex secuestrado entrega a  Antonio Lozada dirigente de las Farc una bolsa con una revista y libro que mantuvo durante su cautiverio. Hoy 23 de junio del 2021 en la Comisión de la Verdad que  hace el reconocimiento  sobre secuestro causado por diferentes grupos armados como las Farc  FOTO MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET

Jose Armando Acuña diputado y ex secuestrado entrega a Antonio Lozada dirigente de las Farc una bolsa con una revista y libro que mantuvo durante su cautiverio. Hoy 23 de junio del 2021 en la Comisión de la Verdad que hace el reconocimiento sobre secuestro causado por diferentes grupos armados como las Farc FOTO MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET

Foto:Mauricio Moreno

Rodrigo Londoño pidió perdón

Así habló Rodrigo Londoño, último comandante de las Farc: "La desaparición repentina de su ser querido, su ausencia insoportable, el agravamiento de su condición económica, la desestabilización y angustia familiar derivadas del secuestro, la amarga pena ocasionada fueron consecuencia directa de nuestra actuación y así lo reconocemos, sin vacilar. A las víctimas que finalmente obtuvieron su libertad, a sus familiares y seres queridos, a todas y todos los que de alguna forma sintieron el peso de la privación injusta de la libertad, les expresamos desde lo más hondo de nuestro ser que lo sentimos de veras y que esperamos, alguna vez, puedan perdonarnos por el incalificable daño infligido. A quienes nunca regresaron del secuestro o perdieron la vida en nuestras manos, a sus allegados agobiados durante años por su ausencia y desconcierto, les suplicamos perdonarnos por la terrible afrenta ocasionada. Hablamos con sentimiento de vergüenza, con la claridad plena de que los herimos en lo más sagrado de su corazón. Nos presentamos aquí con la frente inclinada y el corazón en la mano, con la decisión sincera de pedir perdón".
Por otro lado, Rodrigo Londoño reconoció sus acciones y pidió perdón. “Reconocemos que muchas de las personas secuestradas fueron sometidas a tratos indignos de su condición humana”, expresó.  Finalizó diciendo: “A quienes nunca regresaron de su secuestro, les suplicamos perdonarnos”

Por otro lado, Rodrigo Londoño reconoció sus acciones y pidió perdón. “Reconocemos que muchas de las personas secuestradas fueron sometidas a tratos indignos de su condición humana”, expresó. Finalizó diciendo: “A quienes nunca regresaron de su secuestro, les suplicamos perdonarnos”

Foto:Comisión de la Verdad.

19 años de lucha, sanación y recuperación

Reynaldo Cordón fue secuestrado el 22 de enero de 2003. Al mes, Guillermo, buscando la liberación de su hermano, también fue retenido. Nunca tuvieron pruebas de supervivencia de ninguno. Ángela Patricia Cordón, hija de Guillermo, insistió en que a la incertidumbre y el dolor por la desaparición de los dos miembros de la familia se sumaron la apatía y la ausencia del Estado, que ignoró la pérdida de quienes llevaban el sustento al hogar. "No sabíamos cómo eran esas gestiones de impuestos. La Dian nunca dijo 'hagamos una excepción, él era cabeza de hogar, el que les daba el sustento', solo era 'paguen como sea'", recuerda Ángela. Pausada, tomando aire entre frase y frase, afirmó que han sido 19 años de lucha, sanación y recuperación en todo ámbito, siendo el económico igual de tortuoso, porque perdieron todo lo que habían obtenido con el trabajo de su padre como comerciante de abarrotes y tuvieron que volver a comenzar.

'Esta es una tortura que lleva 21 años'

Para Helmuth Angulo -hijo de Gerardo Angulo y Carmen Rosa Castañeda, secuestrados el 19 de abril de 2000-, la zozobra por la desaparición aún continúa. "No hay un solo día en que no me levante sin pensar en ellos. Tengo una deuda enorme de encontrar sus cuerpos. Esta es una tortura que lleva 21 años". Helmuth mostró su inconformismo con el acuerdo de paz al afirmar que está lleno de incoherencias. Manifestó fuertemente su disgusto por la creación de la Jurisdicción Especial para juzgar a los excombatientes. "Me pregunto todos los días qué hicimos para que un grupo de delincuentes se llevara a mis papás, los torturara y los asesinara".
Finalmente, Helmuth pidió que no se olvide el horror que se ha vivido y que se enseñe en las aulas que no es con las armas como se consiguen los propósitos, a la vez que les pidió a todos que se siga trabajando por la paz y el bien del país.

Ingrid, preocupada por la violencia de hoy

Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Este miércoles 23 de junio se realizó el primer encuentro, auspiciado por la Comisión de La Verdad, entre las víctimas de secuestro y los excombatientes de la otrora guerrilla de las FARC. Esta reunión fue liderada por el padre Francisco de Roux.

Foto:Comisión de la Verdad.

Ingrid Betancourt no había querido sentarse públicamente con los que fueron sus captores, porque durante su cautiverio había sentido que las Farc la habían manipulado para distintos efectos mediáticos: se había prometido que eso no volvería a pasar. Pero ahora, al mediar la Comisión de la Verdad, estar con otras víctimas como ella y ver la situación que está atravesando el país, accedió a estar en el encuentro.
Durante su intervención del miércoles 23 de junio manifestó su preocupación por ver nuevamente brotes de violencia: "Vine con la decisión compartida de contribuir a romper el círculo vicioso de la violencia, cuando vemos que intenta reaparecer en las dramáticas confrontaciones que vienen enlutando al país. Tanto quienes actuaron como señores de la guerra como quienes la padecimos levantamos al unísono nuestras voces para decirle al país que la guerra es un fracaso y que solo ha servido para que nada cambie y para seguir postergando el futuro de nuestra juventud", afirmó.
Con la voz entrecortada, por momentos quebrada como pocas veces se le ha visto a la excandidata presidencial, que estuvo más de seis años cautiva, mostró su sorpresa porque las lágrimas del encuentro brotaron de los ojos de las víctimas y ninguna de los victimarios. Así que cuestionó las intervenciones de los excombatientes y les reclamó por las atrocidades cometidas. "Más allá de algunas reflexiones, todavía no está la fuerza del alma. Mientras nuestra pesadilla solo sea nuestra y ustedes no se despierten por la noche con las mismas pesadillas, habrá una señal de la gran distancia que hay para poder explicarle a Colombia lo que realmente sucedió. Hay que volver a ser humanos y eso es llorar juntos", dijo.
Expresó que cuando habla de "llorar juntos" se refiere a reconocer que los victimarios también sufrieron y que todas esas reflexiones se deben hacer por el bien del país y por esos "muchachos que están en las calles porque tienen hambre, porque no tienen trabajo y son señalados de terroristas, porque siendo pobres y jóvenes los asimilan a combatientes de las Farc. Esa es una responsabilidad que ustedes también tienen".
Resaltó el mensaje que tiene para el país que víctimas y victimarios lograran hablar en el mismo escenario y, en ese sentido, reconoció que el acuerdo de paz, "ciertamente incompleto e imperfecto, nos entregó lo que es ahora el único instrumento que tenemos para salir de la barbarie".
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