En Colombia, según datos de la Fiscalía General de la Nación, se presenta un promedio de 877 hurtos a diario.
Sin embargo, a veces es sorprendente conocer cómo ocurrieron varios de estos.
Tal vez el caso más sonado es ‘El robo del siglo’, ocurrido en octubre de 1994, el cual se planeó durante ocho meses y tenía como objetivo saquear el Banco de la República de Valledupar.
Los delincuentes estuvieron en el interior del sitio por 22 horas y se llevaron una alta cifra de dinero: 24.072 millones de pesos.
El millonario asalto inspiró una serie de Netflix que tuvo bastante éxito, conocida como 'El robo del siglo' y protagonizada por Marcela Benjumea, Christian Tappan, Waldo Urrego y Andrés Parra.
Aunque este es tal vez uno de los casos más sonados, la verdad es que en Colombia ha habido numerosos ejemplos de métodos ingeniosos puestos al servicio de la delincuencia. Le contamos de algunos robos absurdos que han ocurrido en el país.
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Así comen gratis los ladronesMuchos restaurantes, debido a la contingencia por covid-19, han habilitado el servicio de pago por transferencia de diferentes bancos, lo que ha dado lugar a una modalidad de robo bastante extraña.
Los ladrones se hacen pasar por clientes que piden domicilios y se aprovechan de las demoras en las transacciones y del alto flujo de pedidos para mostrar falsos comprobantes de pago y comer gratis.
Así le explicó una fuente a EL TIEMPO: "los clientes deben enviar la captura de pantalla que genera la aplicación del banco cuando se realiza la transferencia para que los cajeros tengan el soporte del pago y muchas veces los restaurantes no se percatan de que efectivamente ese dinero entró".
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En otras ocasiones, esperan a los domiciliarios en un parque, en lugar de la dirección exacta de entrega, y se aprovechan de la desorientación de la persona para robar el pedido.
Ni la religión se salvaEn octubre del año pasado, la Policía recuperó un camión lleno de biblias, avaluadas en 500 millones de pesos.
Los textos religiosos habían sido robados en la localidad de Barrios Unidos, en Bogotá, y el objetivo era revenderlos. Esta modalidad es conocida como piratería terrestre y, para el momento en que se dio este ‘sacrilegio’, había un total de 54 casos denunciados en la ciudad.
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Años atrás, CityTv reportó que, aproximadamente, 15 ladrones rompieron la pared de una bodega ubicada en el barrio Galán (también en Bogotá), bloquearon las cámaras con papel aluminio y, en 3 camiones, se llevaron alrededor de 150.000 biblias.
El 9 de enero de 2012, en Barranquilla, un particular robo se registró a las 7:05 de la mañana. El objetivo de los delincuentes era un cajero ubicado en una droguería del norte de la ciudad.
Para esto, los ladrones, quienes llegaron al lugar vestidos con uniformes de una empresa de vigilancia, amarraron al guardia que estaba de turno, desconectaron las alarmas y utilizaron cáscaras de patilla para deslizar la estructura sobre el piso y llevarla hasta el carro en el que huyeron.
La Sijín informó que, nueve horas después del robo, dio con el vehículo en el que transportaron el cajero y siete hombres fueron capturados.
En 2017, una mujer hizo pública su denuncia para alertar a la ciudadanía de la modalidad de robo de la que fue víctima en un bus de TransMilenio.
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Un hombre, al subirse al mismo bus en el cual iba ella, la abrazó por detrás y, mientras la amenazaba con un cuchillo, le pidió su celular.
La víctima narra que le entregó el móvil sin oponer resistencia y que el ladrón hasta le pidió un beso al bajarse. Lo que más sorprende de esta situación es que los demás pasajeros, aunque vieron todo lo que había ocurrido y la mujer gritó pidiendo ayuda, no hicieron nada al respecto.
A mediados de enero, en el barrio La Perla, de la localidad de Engativá, dos delincuentes ingresaron a un restaurante en medio de la noche.
La maniobra fue la siguiente: una persona sostuvo a la otra, hicieron una escalera humana e ingresaron al lugar, aprovechando las ventanas abiertas del segundo piso.
La Policía registró todo gracias a las cámaras de seguridad y a las labores de vigilancia, pues la zona se encontraba en cuarentena estricta.
De este modo, capturaron a los implicados, quienes se lanzaron del segundo piso y sufrieron lesiones menores.

Esta obra está en el Parque Biblioteca Fernando Botero, ubicado en San Cristóbal, en el occidente de Medellín.
Daniel Bustamante. EL TIEMPO
Finalmente, está el caso de ‘El Gato’.
La escultura, donada por Fernando Botero a Medellín en 2012, llevaba apenas dos semanas de haber sido instalada cuando dos bigotes de bronce, que hacían parte de la obra, desaparecieron.
El proceso de restauración costó 3 millones de pesos. Sin embargo, años después volvieron a robárselos. En esa ocasión, no fueron dos, sino 14.
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