En la historia reciente del país, pocos –si no ninguno– casos judiciales han sido tan seguidos de cerca por la opinión como el de la muerte del joven Luis Andrés Colmenares en la madrugada del 31 de octubre del 2010.
Esta semana, la jueza Paula Astrid Jiménez absolvió de toda responsabilidad en los hechos a Laura Moreno y Jessy Quintero, amigas de la víctima a las que la Fiscalía acusó de haber tratado de encubrir el crimen. Pero el fallo no solo las exculpa, sino que echa por tierra la misma tesis del homicidio.
Para la jueza, la Fiscalía no solo no pudo probar la supuesta relación de las dos jóvenes con la muerte de Luis Andrés, sino que ni siquiera demostró que la muerte fuera producto de lesiones infligidas por un tercero. Ni siquiera demostró que el punto de partida de la tragedia fuera una riña producto del alicoramiento de los protagonistas.
Así, después de seis años y cuatro meses, el caso de Luis Andrés vuelve a ser visto por la justicia con la misma lente con la que fue observado durante los primeros 10 meses: como un accidente.
La Fiscalía, la familia del joven y la Procuraduría apelarán la decisión de la jueza y ahora será el Tribunal Superior de Bogotá el que le ponga punto final a esta saga. Allí ya se había ratificado otra absolución clave, la de Carlos Cárdenas, pero se había mantenido la tesis del homicidio.
Hipótesis de la Fiscalía: el 31 de octubre del 2010, Luis Andrés Colmenares, de 20 años, fue agredido en estado de indefensión por su alto grado de alicoramiento. El origen del altercado habría sido su reciente relación con Laura Moreno, exnovia del joven Carlos Cárdenas, quien fue acusado del homicidio y absuelto en doble instancia. La Fiscalía dice que Colmenares fue asesinado de múltiples golpes, incluso de botella. El ente acusador habló de que el universitario “había recibido golpes en puntos focales distintos, de manera separada y en momentos diferentes, y que cada golpe produjo diversas fracturas.
El escrito de acusación concluye que la muerte de Colmenares había sido un homicidio.
Fallo de la jueza: Basada en los informes periciales, la jueza concluyó que no hubo golpes generados en una riña, sino que tras caer al caño el joven quedó inconsciente y se ahogó. “Luis Andrés Colmenares falleció por asfixia por sumersión en agua, estando inconsciente, producto de un severo trauma craneoencefálico y coadyuvado por una intoxicación etílica”.
Agregó que “el daño sufrido por Colmenares es consistente con una caída sobre la cara, y no a golpes propinados por terceros”.
“Resulta imposible que el dibujo del instrumento quede en el hueso sin quedar presente en la piel que fue la que recibió el impacto, más cuando se trata de la zona de la cara que está descubierta”, dijo.
“Hubo funcionarios que desde un principio dijeron que aquí no hubo homicidio. Si se les hubiera hecho caso no se hubiera gastado tanto tiempo en un juicio donde ha quedado claro que el ente acusador, en verdad, nunca tuvo prueba de dicho ilícito”.
Hipótesis de la Fiscalía: Basada en el testimonio de los primeros bomberos que llegaron al parque El Virrey, norte de Bogotá, a buscar a Luis Andrés, la Fiscalía señaló que el cuerpo había sido depositado en el caño después de la muerte.
“Hicimos una búsqueda diligente y si no encontramos el cuerpo de la víctima era porque no estaba allí”, dijo uno de los socorristas.
Fallo de la jueza: “Es así como los bomberos del primer turno no cumplieron con la labor de rescate. No recorrieron el túnel; por tanto, ninguno podía saber si Luis Andrés Colmenares estaba o no”, precisó la jueza, quien ordenó, además, la apertura de un proceso en contra de los bomberos de la primera cuadrilla de búsqueda por falso testimonio.
Todo esto le dio credibilidad al testimonio de Laura Moreno y Jessy Quintero de que entre ellas nunca existió ningún pacto de silencio con el que, supuestamente, se pretendió encubrir el crimen”. “Así las cosas, obsérvese que lo que narran Laura y Jessy Mercedes Quintero Moreno a las autoridades demuestra concordancia y convergencia, a que hubo la búsqueda, a que todo el tiempo estos muchachos se estuvieron comunicando y a que no hubo un espacio de tiempo para ocultar o transformar un cuerpo, pues todos estaban distraídos en la búsqueda de Luis Colmenares”.
“Tampoco la Fiscalía acreditó en qué momento hubo un ocultamiento del cuerpo y menos de quiénes lo pudieron hacer y cómo supuestamente se hizo”.
Hipótesis de la Fiscalía: En el 2011, la madre de Luis Andrés tuvo un sueño en el que, dice, le fue revelado que su hijo había sido asesinado. Por esto, la familia pidió una segunda autopsia, que la realizó un afamado perito privado, el exdirector de Medicina Legal Máximo Duque. Su conclusión fue contundente: muerte por homicidio. Según el dictamen, Colmenares recibió varios golpes con una botella y cada golpe le ocasionó distintas fracturas. Esa fue la base para reabrir el caso y señalar a los amigos de Colmenares.
Fallo de la jueza: “A pesar de que (el doctor Duque) sabía que existían unos protocolos para hacer exhumaciones, no los tuvo en cuenta de forma deliberada (...). Con su pericia llevó al engaño a las víctimas, a pensar que se trataba# de una golpiza, y lo mismo hizo que este proceso llegara hasta un juicio. Pero recuérdese que no había ninguna otra prueba que respaldara la hipótesis de golpiza (...).
(Duque) quiso llevar al juzgado a equívocos, aprovechando que un juez es un lego en la ciencia de la medicina. Si no hubiese sido por la pericia de la doctora Lely del Pilar Rodríguez, testigo de la Fiscalía, y de los médicos Brugal, Botello y Aguilar (testigos de la defensa), esta funcionaria hubiese creído torpemente en él (...). Este comportamiento debe explicarlo entonces tanto penal como disciplinariamente.
(...). Se perdieron varios pequeños fragmentos óseos (...).
Lo que resulta realmente reprochable es que el experto, en lugar de dar cuenta de ello y advertir a la audiencia lo anterior, lo ocultó y lo utilizó para convencer en el juicio que todos los hallazgos en la segunda necropsia eran originales y habían ocurrido en vida, cuando realmente sucedieron ‘posmortem’ y durante la mala práctica de la disección en la exhumación”.
“Después de esta sentencia sigue habiendo impunidad. Pero haré lo que sea posible para llevar esto hasta las últimas instancias, para que la justicia impere como debe ser”. Eso fue lo que dijo Luis Alonso Colmenares, padre de Luis Andrés, tras el fallo de esta semana.
El padre, cuyo rostro se volvió conocido para los colombianos a lo largo de estos años, defendió el dictamen de Máximo Duque.
“Es un científico reconocido, al que le ha compulsado copia para una investigación en su contra porque, según ella, pretendió engañar a las víctimas y a la misma justicia. Es claro que quien en verdad mintió fue el señor Cecilio Botella, quien dijo que yo lo había amenazado y más adelante se demostró que eso nunca ocurrió. Además, la jueza nunca dijo que el señor Botella fue su profesor”.
La familia espera que el Tribunal Superior de Bogotá, que en el 2014 absolvió a Carlos Cárdenas pero mantuvo viva la hipótesis del homicidio, desestime las conclusiones de la jueza. Este proceso podría tardar al menos un año más, lo que garantiza nuevos capítulos en la novela judicial más seguida por el país.
JUSTICIA
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