En audiencia de adición de imputación de cargos, la Fiscalía pidió en la mañana del miércoles que los hermanos Catalina y Francisco Uribe Noguera respondan por el delito de manipulación, alteración y destrucción de material probatorio.
Según el ente acusador, los hermanos de Rafael Uribe Noguera, el asesino de la niña Yuliana Samboní, habrían eliminado el registro de llamadas y mensajes de WhatsApp que intercambiaron con el confeso criminal el 4 de diciembre, día de los hechos, y los días posteriores al homicidio. Catalina y Francisco no aceptaron los cargos.
Según la Fiscalía, “esos hechos fueron desplegados en un plan criminal para entorpecer la investigación”. La fiscal del caso agregó que habrían alterado y destruido evidencia de llamadas y mensajes, pretendiendo alterar el grado de implicación en el caso.
“Francisco se habría hecho cargo del celular de Rafael, y Catalina, quien conocía la clave, habría buscado y eliminado de manera deliberada y consciente la información contenida en él”, argumentó la fiscal.
La Fiscalía considera que con esas supuestas acciones, Catalina y Francisco Uribe, quienes entregaron sus celulares a los investigadores el 14 de diciembre, impidieron de “manera eficiente” que las autoridades pudieran conocer realmente qué ocurrió con Rafael Uribe después de que cometió el secuestro, la violación y el asesinato de la niña.
Al salir de la diligencia, Catalina Uribe se negó a dar declaraciones, mientras que Francisco afirmó, una vez más, que ambos eran inocentes. El abogado aseguró también que desde el día de los hechos no ha hablado con su hermano, hoy detenido en la cárcel La Picota de Bogotá.
Estos cargos se suman a los de encubrimiento por favorecimiento en homicidio, que les imputaron el pasado 30 de diciembre.
Los fiscales consideran que hubo una obstrucción de la justicia por los hermanos de Rafael Uribe, porque optaron por llevarlo a una clínica de reposo antes de reportarle al Gaula que lo habían encontrado y que en ese momento sabían plenamente que su hermano era buscado por el secuestro de Yuliana.
“Una vez el señor Francisco vio el zapato de la menor debió haberles avisado a las autoridades y no actuar deliberadamente e ingresar al apartamento”, dijo la Fiscalía al respecto. Esto porque Francisco Uribe reconoció haber visto un zapato de la niña en la camioneta de Rafael, pero sostiene que solo se enteró del crimen cuando su hermano lo confesó horas después, en un taxi rumbo a la clínica.
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