Dany, un schnauzer gris, ha sido el compañero fiel de Carlos Julio Sierra Varela, ‘Avestruz’. Desde hace 10 años lo lleva a todas partes, convirtiéndolo en su cómplice mientras estuvo escabulléndose de las autoridades.
Sacar a pasear a Dany, el pasado jueves, en un exclusivo conjunto de apartamentos ubicado en el occidente de Bogotá, fue el hecho que cerró el ciclo criminal de más de 15 años de Sierra, pionero en incorporar a las redes criminales las llamadas ‘oficinas de cobro’ en Cali.
Cuando los policías ingresaron a su apartamento vieron una estatua de 50 centímetros de Tony Montana, el narcotraficante protagonista de ‘Scarface’, que era el centro de la decoración del lujoso apartamento donde se reunía con una de sus mujeres por lo menos dos veces a la semana.
Este hombre, de 44 años de edad, pasó de ser un gatillero de bajo perfil al servicio de Wílber Varela, ‘Jabón’, jefe del cartel del norte del Valle, a un poderoso capo del narcotráfico.
“La ropa que luce es de casas de diseñadores, usa zapatos de 1.000 dólares”, relató a EL TIEMPO uno de los investigadores de la dirección de Inteligencia de la Policía, que por dos años estuvo tras su rastro, quien señaló que otra de sus excentricidades eran “los relojes de marca, tiene 27, Rolex, Cartier y Patek Philippe”.
En la Policía se referían a él como el ‘Fantasma’, porque pese a su poder criminal en el Valle, llevaban seis años sin tener rastro de su paradero. “Era un objetivo de alto valor, su captura es de suma importancia por sus nexos con carteles mexicanos y los más de 100 homicidios que se le sindican desde que empezó como sicario”, afirmó el general Jorge Hernando Nieto, director de la Policía Nacional.
Agencias internacionales llevan en su contra sendos expedientes por lo que no se descarta que pueda ser solicitado en extradición por el envío de cocaína a Estados Unidos, Italia, España, Holanda y Bélgica.
Por un anónimo supieron que se encontraba en Bogotá desde hace dos años y empezaron a diseñar la estrategia y las labores de inteligencia para capturarlo.
En el proceso identificaron a una mujer con la que convivía esporádicamente. “Tiene 29 años. Empezamos a vigilarla, pero siempre se nos perdía”, dijo el hombre de Inteligencia que señaló que después de muchos meses lograron establecer que la mujer ingresaba a conjuntos residenciales, se vestía de hombre con bigote y barbas y salía en otro automóvil o por los caminos peatonales.
“En esa labor se identificó que ella iba a un culto religioso. Un compañero se hizo su amigo, y al ganarse su confianza le contó que su novio tenía un schnauzer del que no se separaba y proporcionó su nombre”. Ubicado el apartamento otro investigador se hizo contratar como operario de servicios generales.
Un compañero se hizo su amigo, y al ganarse su confianza le contó que su novio tenía un schnauzer del que no se separaba y proporcionó su nombre
El infiltrado vio al hombre que paseaba su perro, consentido y juguetón, que respondía al nombre de Dany, de inmediato supo que había detectado al blanco y procedieron a su captura. Sierra le pidió a los uniformados unos minutos para encargar el cuidado de Dany a una persona de su confianza.
Un juez lo envió a la cárcel‘Avestruz’ fue trasladado a Cali la misma noche de su captura bajo estrictas medidas de seguridad en un avión de la Policía. Allí un juez avaló el procedimiento y lo envió a la cárcel. La Fiscalía le imputó los cargos de concierto para delinquir, extorsión, narcotráfico, homicidio agravado y tentativa de homicidio. Durante la diligencia el ente acusador lo señaló como uno de los responsables del 50 por ciento de los homicidios ocurridos en Cali, entre los años 2012 y 2016.
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