Llevando vidas de lujo que excusaban con trabajos en comercio, deporte y carros, entre otros, las autoridades han dado con el paradero de varios narcotraficantes que son considerados 'narcos puros', pues se dedican exclusivamente a esta actividad, pero también 'narcos invisibles', pues a través de su fachada se esconden de las autoridades.
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Estos narcos tienen como prioridad no llamar la atención y mezclarse en las altas esferas de la sociedad, son inversionistas en proyectos constructivos, agropecuarios, empresariales, entre otros, que les permiten lavar dinero y permanecer por fuera del radar de las autoridades. Sin embargo, gracias a investigaciones judiciales varios de estos narcos han sido capturados.
Por ejemplo, una captura que estremeció, en enero, a la sociedad vallecaucana fue la de Germán Eduardo Bonilla Acosta, quien se presentaba en Cali como un próspero empresario dedicado a la venta y compra de carros. Tenía varios carros de alta gama, compraba casas estrato 6, y lotes para construir casas o fincas. También visitaba restaurantes de alto nivel y era considerado un hombre de gustos refinados.
Con esa fachada, Bonilla logró evadir la ley unos años, pero cayó definitivamente gracias a una investigación, coordinada con la DEA, que lo vinculó primero en el envío de 2,5 toneladas de cocaína en 2016, y luego, las autoridades lo vincularon con el envío de 584 kilos de la droga a finales de 2018. "Él mismo verificó la llegada y entrega, recibió el pago de 1,9 millones de dólares, dinero que fue consignado en diferentes giros a cuentas de terceras personas en Colombia”, señala el dosier en su contra, que dice que su alias es 'el Negro'.
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Oscar Adriano Quintero Rengifo estaría vinculado al cartel de Jalisco Nueva Generación.
Policía
En febrero fue capturado otro 'narco invisible' que en el mundo criminal era conocido como el 'Príncipe de los semisumergibles'. Se trata de Óscar Adriano Quintero Rengifo, de 33 años de edad, quien según la Policía dominaba la región Pacífica y coordinaba grandes cargamentos de cocaína hacia México y EE. UU. utilizando rutas marítimas en los departamentos de Nariño y Cauca.
Se hacía pasar como empresario del gremio transportador y deportivo, rodeado de lujos, excentricidades y propiedades como fincas, criaderos de caballos, ostentosos hoteles, lavaderos de automóviles y vehículos de carga.
Cayó, precisamente, por sus excentricidades y fiestas. La investigación para su captura duró dos años en los que se hicieron actividades de seguimiento, fiestas fachada, sobrevuelo de drones y aviones de plataforma.
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También en febrero fue capturado en Sabaneta, Antioquia, Alejandro Correa Aristizábal. Su detención se registró porque agencias antidrogas de Brasil lo habían solicitado en extradición, y tenía circular roja de Interpol.
Su nombre aparece asociado a la mayor operación contra el lavado de activos en Brasil, pero en Colombia mantenía un bajo perfil y se dedicaba, supuestamente, a actividades comerciales.
Otro caso se registró en diciembre pasado, cuando las autoridades capturaron a John Fredy Zapata Garzón, alias Candado o Messi, quien era el presunto jefe de una red delictiva al servicio del 'clan del Golfo'.
Durante varios años, 'Messi' permaneció oculto para las autoridades pero, según la investigación, el hombre prestaba su servicio para adquirir, invertir, conservar, custodiar y administrar bienes muebles, inmuebles y empresas, que eran fachadas utilizadas para lavar multimillonarias cifras de dinero.
Al parecer, dice la investigación, para facilitar el ocultamiento de los dineros ilícitos patrocinaron incluso a jugadores de fútbol profesional y grupos musicales.
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