“Quiero reiterar las denuncias que hice el 4 de diciembre por unos hechos que ocurrieron. Siendo hoy 4 de junio se cumplen seis meses y quiero contar un poco más de esta historia (...)”. Así inicia el relato de Maira Alejandra Rodríguez, una mujer que ha denunciado en reiteradas ocasiones por violencia física, psicológica y sexual a su expareja, Edwin Cortés Cabezas, y que hoy todavía está esperando justicia.
El 4 de diciembre del 2019, Maira se encontraba en un apartamento en Zipaquirá al que se había mudado el día anterior. Su excompañero sentimental entró al lugar (según relata) sin previa autorización; allí la agredió físicamente y, amenazándola con un destornillador, abusó sexualmente de ella.
“Luego me sacó (de la ducha en la que la obligó a bañarse con agua fría) y me sentó en una silla. Comenzó a interrogarme, a preguntarme que con cuántos hombres había salido (...). Me hizo enviarle mensajes a él diciéndole que lo extrañaba (...)”.
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Después de horas de estar encerrada con Edwin Cortés, los vecinos alertaron sobre lo sucedido y los vigilantes del edificio lograron ayudarla. La Policía acudió al lugar, pero él huyó del sitio, quien, además, al acercarse a ella, violó una medida de protección impuesta desde octubre del año pasado.
Luego del ataque, Maira estuvo hospitalizada. Además, tuvo que permanecer durante 45 días en una casa de acogida con acompañamiento psicológico. También acudió a la Fiscalía y a Medicina Legal para interponer una denuncia, que se sumaba a otras que ya había hecho por agresiones previas.
La primera la instauró el 4 de junio del 2019 por el delito de lesiones personales, luego de un año de haberse separado de él. La segunda la interpuso el 29 de junio de ese mismo año, en la que afirmó que su expareja llegó en estado de ebriedad a su casa y la maltrató físicamente. Por estos hechos le dictaminaron una incapacidad de 10 días, pero jamás los citaron para dar inicio al proceso judicial.
No puedo salir sola, no puedo salir a la calle. Cuando veo personas parecidas a él y cuando veo un carro parecido al que él tiene, siento miedo
Intentó hacer una tercera denuncia el 29 de octubre de 2019; sin embargo, afirma que en la sala de recepción de denuncias de la Fiscalía no la atendieron “porque ya eran las 4:40 de la tarde”. Por eso acudió a una Comisaría de Familia de Zipaquirá, en donde le dieron una medida de protección y, además, una orden de citación para Cortés.
"Estos hechos llevan ocurriendo desde mayo del año pasado. Me ha amenazado de muerte y me dice que no me puedo separar de él. Me besa a la fuerza y un día intentó violarme. Me llama cada rato, me insulta y me trata mal. Me cela. Les pregunta a mis hijos a qué hora llego y cómo me visto. Amenaza con suicidarse, que si me ve con alguien me mata a mí y luego se mata él", relata Maira en la denuncia.
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La cuarta y última denuncia que ha interpuesto es la que está relacionada con los hechos ocurridos el 4 de diciembre del 2019. No obstante, hasta este mes, antes de que volviera a hacer público su caso a través de un video en sus redes sociales, el proceso no había avanzado.
Ante las reiteradas denuncias y la falta de actuaciones de las autoridades, Maira decidió volver a contar su historia de manera pública. Ya lo había hecho en diciembre del año pasado, aunque en ese entonces no encontró respuesta efectiva de la justicia. Esta vez las autoridades sí hicieron caso a su llamado.
El pasado 11 de junio fue citada a la audiencia de imputación, que es apenas el primer avance en todo el proceso judicial. Sin embargo, esta fue aplazada debido a que Cortés manifestó no tener un abogado, aunque desde la Defensoría Pública ya se le había asignado uno. A diferencia de otras audiencias, que se reprograman hasta tres meses después de la fecha original, en este caso se volvió a citar a las partes este jueves, 18 de junio.
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Maira esperaba que, además de imputarle los delitos correspondientes, el juez decretara una medida de aseguramiento para su agresor. "No puedo salir sola, no puedo salir a la calle. Cuando veo personas parecidas a él y cuando veo un carro parecido al que él tiene, siento miedo”, relata con la voz quebrada.
“Hoy se cumple un año de la primera denuncia y mi agresor anda libre”. La frustra saber que es ella quien ha tenido que dejar el lugar en donde vivía y no volver a salir de su casa tranquila, mientras él sigue afuera.
De acuerdo con su abogado, la fiscal del caso no solicitó ninguna medida de aseguramiento, “lo cual, además de contradictorio, es sumamente grave, (...) pues deja en un altísimo riesgo la vida y la integridad de Maira Alejandra, no solamente por el acceso carnal violento del que fue víctima, sino porque el señor Cortés Cabezas tiene antecedentes penales por otros delitos”, señala el abogado.
Como defensor de la víctima, hizo la solicitud para garantizar la seguridad de Maira e insiste en que es necesario, pues, dadas las circunstancias, su vida está en inminente riesgo. Pero el juez solo imputó el delito de acceso carnal violento y no la medida de aseguramiento. Eso quiere decir que Cortés seguirá libre.
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“Por suerte estoy viva. He aportado todas las pruebas a la Fiscalía, pero dicen que tengo que esperar. Viendo casos de otras mujeres, creo que a veces tienen más voz estando muertas”, manifestó Maira. Dice que seguirá buscando justicia hasta que su voz se escuche y su caso no quede, como la mayoría, en la impunidad.
LAURA TORRES
Redacción No Es Hora De Callar
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