En total, 18 años transcurrieron para que fuera llamado a juicio el capitán retirado del Ejército, José Eduardo González Sánchez, señalado de ser el autor intelectual y promotor de la masacre del 28 de febrero de 1999 en Barrancabermeja, en la que fueron asesinadas ocho personas.
El 9 de febrero del 2012 Sánchez, quien para el momento de los hechos se desempeñaba como subjefe de seguridad de Ecopetrol, fue llamado a indagatoria por esta masacre y en noviembre del 2015 fue cobijado con medida de aseguramiento preventiva.
El lunes la Fiscalía profirió la resolución de acusación con lo que iniciará el juicio contra Sánchez por los delitos de Homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y desaparición forzada en calidad de cómplice.
El exfuncionario también está llamado a juicio por la masacre del 16 de mayo de 1998, nueve meses antes, y por otros hechos relacionados con su supuesta pertenencia a las estructuras del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas.
“Estamos hablando de un delincuente avezado al servicio del paramilitarismo que aprovechaba su función en la Seguridad de Ecopetrol para manejar las relaciones con Ejército, Armada, Policía y DAS para garantizar que en los operativos paramilitares la Fuerza Pública no saliera a proteger a la población, no fuera a perseguir a los criminales y en general guardara un silencio cómplice o una omisión en sus responsabilidades”, asegura Eduardo Carreño Wilches, abogado del caso.
La Masacre del 28 de febrero fue cometida hace 18 años por un comando de 16 paramilitares dirigidos por Mario Jaimes, alias “El Panadero”, pertenecientes a las Autodefensas de Santander y Sur del Cesar, Ausac, quienes ingresaron a los barrios Versalles, Provivienda, La Esperanza y La Paz, ubicados en la Comuna 5 al nororiente de la ciudad, donde asesinaron a 8 personas y dejaron heridas a dos más. Los paramilitares también desaparecieron de manera forzada a otras dos personas, quienes se presume que fueron ejecutadas y sus cuerpos arrojados al río Lebrija, sin que hasta el momento se hayan encontrado sus restos.
En el escrito de acusación figuran relatos entregados según los cuales “para poder hacer incursiones paramilitares en Barrancabermeja fue necesario hacer contacto con distintas autoridades, los cuales se realizaron a través de alias Mauricio, de nombre José Eduardo González Sánchez".
Por estos hechos aceptaron cargos y se sometieron a sentencia anticipada los paramilitares Adalberto Galvis Pestana, José María García Arias, alias Bebé, Jhon Alexander Vázques, alias Pepol, Joaquín Morales, alias Danilo y Javier Pumarejo Martínez, alias Sandy. También fueron condenados Henry Ricardo, alias el Sordo, alias El Panadero, Pedro Mateo Hurtado Moreno y Fremio Sánchez.
En octubre de 2012, el Tribunal Administrativo de Santander ordenó una medida de reparación simbólica dentro de la demanda contra la nación, en la cual se condenó al Estado y se determinó la reparación integral de la familia de Jesús Daniel Gil, una de las víctimas de la masacre. En el acto simbólico el General Octaviano Bustillo Barraza, comandante de la Quinta Brigada del Ejército Nacional, pidió perdón por el asesinato.
Representantes de las víctimas han señalado que deben ser vinculados a la masacre el capitán (r) Oswaldo Prada Escobar, jefe del B2 del Batallón Nueva Granada, al Mayor Herrera del Batallón 45, Héroes de Majagual, y al sargento viceprimero José Manuel Cifuentes Tovar, de la base de El Llanito, sancionado disciplinariamente por haber facilitado la huida de los paramilitares.
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