Fernando Merchán Murillo, el vigilante del edificio Equus 66 en el que fue encontrada muerta la niña Yuliana Samboní, entregó versiones a la Fiscalía que no coinciden con las evidencias recopiladas en el caso.
El director de fiscalías y seguridad ciudadana, Luis González, sostuvo que han detectado inconsistencias entre el testimonio entregado por el vigilante horas después del crimen y la información encontrada en videos y la minuta de entrada al edificio.
Merchán Murillo, quien apareció muerto el viernes pasado en su casa en el sur de Bogotá, fue el vigilante que estuvo de turno en el edificio en el que residía Rafael Uribe Noguera, presunto asesino de la menor de 7 años.
Murillo dejó sentada la anotación que enreda a los dos hermanos de Rafael Uribe Noguera en el supuesto intento de obstruir a la justicia: “4-12-16; 3 y 40. Ha (sic) esta hora entra la señora Catalina Uribe al apartamento 603. Ella tiene las llaves, el apartamento está solo. Guarda de turno: Fernando Merchán”. A renglón seguido anotó: “También entró el señor Francisco Uribe, hermano del señor Rafael Uribe”.
Sin embargo, la Fiscalía señala que esa declaración no se ajusta a lo que en verdad habría sucedido, según muestran las siete cámaras de seguridad que hay en el edificio y los dictámenes hechos por Medicina Legal sobre la hora a la que murió la niña.
(Además: Aún no se establece causa de muerte del vigilante del caso de Yuliana)
En concreto, no coinciden algunas de las horas de los ingresos que aparecen registrados, que se habrían dado en momentos diferentes a los consignados en la minuta del edificio.
“Están los registros desde la nueve de la mañana hasta la una de la mañana del siguiente día”, señaló González.
JUSTICIA
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