El pasado viernes, el prestigioso medio informativo ‘The New York Times’ publicó un extenso artículo en el que cuestionan los beneficios obtenidos por jefes paramilitares que fueron extraditados a Estados Unidos durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
Entre las críticas que allí se hacen está que los líderes extraditados, quienes cometieron graves crímenes y exportaron toneladas de cocaína a Estados Unidos, pagarán un máximo de 10 años de cárcel. Entretanto, una persona “acusadas de vender crack y cocaína en la calle, no más de 25 gramos, cumple en torno a 12 años de cárcel en Estados Unidos”.
Otro de los aspectos criticados es que “la sentencia puede rendir un dividendo importante: un permiso de residencia en Estados Unidos. Aunque las autoridades colombianas tienen acusaciones formales contra ellos, dos ya tienen autorización para quedarse en Estados Unidos junto con sus familias. Tres más han pedido el mismo beneficio y se supone que varios más lo harán”.
Al respecto, el Centro Democrático ha dicho que “extraña que 'The New York Times' escriba un artículo sobre los paramilitares que están pagando penas ante la justicia estadounidense y que llevan más de 7 años presos y no sobre la impunidad que les están dando a los cabecillas de las Farc, en los acuerdos de La Habana”.
Así mismo ha dicho que “también extraña que muchos de los que decían que las penas de 8 años de cárcel para los cabecillas paramilitares eran muy cortas, hoy les parece que el único camino para la paz es que no haya un día de cárcel para los responsables de delitos atroces de las Farc”.
De acuerdo al comunicado emitido por el Centro Democrático, los 14 cabecillas paramilitares fueron extraditados porque seguían delinquiendo desde las cárceles de Colombia. “Estas extradiciones no fueron improvisadas, estaban autorizadas de tiempo atrás, pero el envío estaba suspendido para los postulados a la Ley de Justicia, Paz y Reparación”.
Sin embargo, en el artículo se señala que, según declaraciones de un funcionario estadounidense que aceptó hablar bajo anonimato, “el presidente Uribe dijo que tenía miedo de que la corte bloqueara las extradiciones si no las hacían a toda prisa” y que por tal motivo se organizó rápidamente la extradición de las cabecillas, “antes de que la Corte abriera al día siguiente”.
Este hecho, recuerda el excabecilla Hernán Giraldo Serna, despertó el enfado de los paramilitares porque el presidente con quien “compartían ideología” había roto su promesa de no extraditarlos.
Entretanto, en el comunicado se afirma que “la ideología del expresidente Álvaro Uribe Vélez siempre ha sido el respeto por la democracia y el Estado de Derecho, por eso combatió, sin diferencia alguna, a las guerrillas y a los paramilitares, quienes atentaron por igual contra la institucionalidad del país”.
No obstante, en el artículo se hace referencia a un editorial del medio en el que se señalaba que la ley de Justicia y Paz inicial era blanda y la calificaba como “impunidad para asesinos de masas, terroristas e importantes traficantes de cocaína”.
EL TIEMPO