Hasta el 28 de febrero trabajará el magistrado Ovidio Claros, acutal presidente del Consejo Superior de la Judicatura, si el Congreso acepta la renuncia que envió hoy.
Claros es uno de los tres magistrados de esa corporación a quienes en septiembre pasado se les venció su periodo en el tribunal pero que siguieron en periodo extendido por cuenta de la decisión del Consejo de Estado de suspender la conformación de la Comisión de Disciplina Judicial, el único órgano que se salvó de la reforma al equilibrio de poderes.
En el documento enviado a Mauricio Lizcano, presidente del Congreso, el magistrado dice que su renuncia es irrevocable.
En noviembre pasado el Congreso tuvo finalmente en sus manos las siete ternas para la elección de los magistrados que conformarán la Comisión de Disciplina; sin embargo, la decisión quedó nuevamente en el limbo cuando el Consejo de Estado suspendió provisionalmente los efectos del acuerdo del Consejo Superior de la Judicatura que reglamentaba la convocatoria pública para integrar las cuatro ternas que le correspondieron a ese órgano.
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