SUM: Cita de representantes de los poderes, en Pasto, se había pactado el 4. El borrador del acuerdo para la reforma judicial fue hecho el lunes.
Con una entrada en la que se manifiesta la indignación por los recientes escándalos de corrupción en la justicia quedó encabezado el documento de siete puntos con el cual la ‘cumbre de poderes’ que se llevó a cabo el miércoles en Pasto acordó una reforma a la justicia.
A la reunión, que tuvo lugar en el restaurante Sausalito del barrio Morasurco, entre las 9 de la noche y la una de la mañana de ese día, asistieron el presidente Juan Manuel Santos, los cuatro presidentes de las altas cortes: Luis Guillermo Guerrero (Corte Constitucional), Rigoberto Echeverri (Corte Suprema), Jorge Octavio Ramírez ( Consejo de Estado) y Marta Lucía Olano (Consejo Superior de la Judicatura).
Además, el presidente del Congreso, Efraín Cepeda; el fiscal general, Néstor Humberto Martínez; el procurador general, Fernando Carrillo; el ministro de Justicia, Enrique Gil; el secretario de la Presidencia, Alfonso Prada, y seis magistrados más de la Corte Constitucional.
Santos llegó a la cita vestido de manera informal: con sudadera.
El encuentro se había cocinado el 4 de septiembre durante la posesión de los magistrados José Fernando Reyes (Corte Constitucional) y Oswaldo Giraldo (Consejo de Estado).
En ese momento, el presidente Santos dijo que “si la ciudadanía pierde confianza en el sistema, el sistema se derrumba”, y fue enfático en señalar que se debía trabajar en una reforma a la justicia.
La oportunidad, sin duda, era el XII Encuentro de la Jurisdicción Constitucional en Pasto, que empezó el jueves y va hasta el sábado.
En la cena, acompañada con whisky, los representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial dieron el sí a un ‘pacto nacional de los poderes públicos por la justicia’, que fue firmado en el marco del evento liderado por la Corte Constitucional.
Los ejes temáticos de la reforma fueron establecidos en el transcurso de las dos últimas semanas, y el lunes, durante una reunión de la comisión interinstitucional en la que participan los presidentes de las cortes, se redactó el borrador.
La reforma girará en torno a las facultades electorales de las cortes, el mecanismo de investigación y juzgamiento de los aforados, el sistema disciplinario para jueces y abogados, los requisitos para elegir magistrados, la administración de la Rama Judicial y los pénsum de los programas de Derecho.
En cuanto a novedades, es la primera vez en los casi ocho años de este gobierno que la iniciativa de reforma es liderada por las altas cortes.
Además, en el proceso de elaboración del proyecto de la reforma va a participar el presidente de la Corte Constitucional, Luis Guillermo Guerrero, quien tendría que declararse impedido si la iniciativa que sale de este pacto es demandada.
La Sala Plena de ese tribunal aceptó sacrificar un magistrado para que el nuevo intento por salvar a la justicia no termine hundiéndose por vicios de inconstitucionalidad, como ya ha pasado en ocasiones anteriores.
EL TIEMPO conoció que no hubo puntos controversiales en la cena. Se habló del qué se debe reformar y no del cómo se va a hacer, que será un paso posterior.
El presidente Santos encontró válidos los reparos que algunos participantes en la cena hicieron al hecho de que en una de las normas para implementar los acuerdos de paz se haya incluido un artículo para revivir el tribunal de aforados. Esto debería quedar incluido en la reforma a la justicia.
El siguiente paso será la socialización del documento con la academia, ONG y entidades relacionadas con la justicia, para conocer la opinión de la sociedad civil.
El cronograma para compartir los puntos que incluiría la reforma será definido la próxima semana por la comisión interinstitucional que hizo el borrador del acuerdo.
Una idea del Consejo de Estado para que un grupo de fiscales e investigadores se concentren en el tema de la corrupción en la justicia no fue abordada.
EL TIEMPO
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