La lucha de las mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia sexual nunca ha sido fácil, así como tampoco lo fue el desafío de recorrer los cerros orientales de Bogotá, donde se realizó el IV Retorno Simbólico de la campaña 'No es hora de callar'.
A las 8 a. m., decenas de mujeres y hombres de todas las edades se dieron cita en el Planetario de Bogotá, para iniciar un recorrido de más de tres kilómetros hacia la Media Torta. El objetivo: rechazar todo tipo de violencia en contra de las mujeres y niñas en Colombia.
La caminata arrancó a las 9: 20 a. m. por la carrera Séptima con el acompañamiento de la Policía de Carabineros. Luego, avanzó por la calle 19 hacia la parte alta de la capital.
En la falda de Monserrate, los asistentes iniciaron el difícil ascenso por el cerro de San Francisco, un entorno verde, con aire limpio y alejado del bullicio de la ciudad. Les esperaba un sendero empinado y angosto que le costó trabajo a más de uno y que al mismo tiempo sirvió para reflexionar.
"Pensé que era más fácil (risas). En un momento me iba a devolver y ya no podía, pero al final lo logré. Esa montaña nos hizo pensar en lo difícil que es enfrentar el abuso y lo que las niñas sufren cuando les pasan semejantes cosas tan horribles”, así describe la experiencia Elsa Rodríguez, una mujer de 67 años que caminó por sus nietas.
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“Me preocupa el futuro de mis nietas, y haber visto ese caso de Yulianita me impactó muchísimo. Pienso que tenemos que hacer algo para cuidar a nuestras mujeres”, agregó Elsa.
Para Yovana Sáenz, una sobreviviente de violencia sexual, el trayecto fue tan duro que incluso se detuvo un momento para tomar aire y llorar debido a un problema en una de sus rodillas. No obstante, con la ayuda de una rama que le sirvió de bastón y que le obsequió uno de los carabineros, logró sobreponerse y finalizar el recorrido.
“Fue durísimo, sobretodo la bajada, pero pude hacerlo. Es gratificante porque el sacrificio que hice hoy fue de las 350 mujeres de la fundación de mujeres víctimas de violencia sexual, Dhefensoras".
Yovana llegó a Bogotá en el 2007 desplazada por la violencia en Tumaco, Nariño. En el 2009 fue abusada sexualmente en el sector de Altos de Cazucá de Bogotá. Hoy lidera la Fundación Nacional Defensora de Derechos Humanos de Mujeres Víctimas de Violencia Sexual y marcha para que casos como el de ella no se repitan.
“A mí me dejaron claro que me atacaban sexualmente por mi labor como líder social, debido al trabajo con el auto 092 del 2008, y que si no me quedaba callada le harían lo mismo a mi hija. Retornar a estos territorios para mí representa miedo, tristeza, pero es también un símbolo de que estamos vivas y que se puede seguir adelante", agrega Yovana.
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Al mediodía, tras dos horas y media de caminata el recorrido terminó la Media torta. La periodista Jineth Bedoya, líder de la campaña 'No es hora de callar', agradeció a todos los participantes y aseguró que las víctimas y sobrevivientes de este flagelo "todos los días damos pasos para poder seguir adelante y transformar nuestro dolor en algo diferente. Esa es mi reflexión hoy, que después de todo lo que nosotras sufrimos no puede haber nada que nos quede grande”.
Y agregó que casos como el del secuestro, violación y asesinato de la niña Yuliana Samboní “no pueden ser indignación de un solo día” y que diariamente ocurren casos que deben visibilizarse.
“No nos podemos indignar solo por un caso, tenemos que indignarnos por lo que está pasando todos los días con las mujeres y con las niñas en Colombia. Hace ocho días una niña de dos años, violada y asesinada, llegó al hospital de Suba y ¿quién se indignó por ese caso? ¿Qué medio de comunicación lo dio a conocer?
Tenemos que tener solidaridad, no solamente con los casos mediáticos, sino con todas las barbaridades y atrocidades que todos los días se están cometiendo contra las niñas y mujeres”
De acuerdo con Medicinal Legal, el año pasado 18.876 mujeres fueron víctimas de violencia sexual. En el caso de los niños y niñas, a septiembre de este año 15.237 menores han sido víctimas de este delito, en el 84 por ciento de los casos las víctimas eran niñas.
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