Aunque salieron hace ya tiempo de la Corte Suprema, José Leonidas Bustos y Francisco Javier Ricaurte siguen moviendo hilos en el alto tribunal. Ricaurte fue presidente en el 2008 y Bustos, en el 2015 y según todas las fuentes que conocen el tejemaneje del poder judicial, su influencia se mantiene. En su momento, incluso, fueron cuestionados por su supuesto poder burocrático en la Rama Judicial.
Bustos sonó con fuerza como supuesto sucesor en la Fiscalía de uno de sus grandes amigos, el exfiscal Eduardo Montealegre. Esa aspiración se enredó por la reforma judicial que prohibió la ‘puerta giratoria’ en la justicia.
Hoy asesora a la Gobernación de Cundinamarca con un contrato de $ 86 millones.
En el caso de Ricaurte, que ahora aspira a ser magistrado de la justicia especial para la paz (JEP), es recordado porque saltó de la Sala Laboral de la Corte Suprema a la Sala Administrativa de la Judicatura, en un típico caso del ‘Yo te elijo, tú me eliges’.
Un histórico fallo del Consejo de Estado que prohibió esa práctica, por lo demás común en la cúpula judicial, lo sacó de la magistratura.
Hoy tiene millonarios contratos con la Auditoría General. Los dos exmagistrados acompañaron al exfiscal Moreno en varios eventos.
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