En el parqueadero de un conjunto residencial de Cali, envueltos en varias tulas, las autoridades hallaron 29 lingotes de oro. Cada una de las barras tiene un valor de 125 millones de pesos.
El decomiso hizo parte de la segunda fase de una operación en la que fueron capturadas seis personas con pedido en extradición, cuatro de ellas en Colombia y dos en Panamá, responsables de grandes embarques y laboratorios de droga en el Pacífico.
El valioso metal, según la Dijín, provenía de labores delincuenciales que estaban a cargo de Santos Román Narváez Ansazoy, alias Román –capturado en Cali–, máximo jefe de la organización criminal ‘los Comba’.
‘Román’, según las autoridades, recibió instrucciones de los hermanos Calle Serna, ‘los Comba’ –presos en los Estados Unidos–, para controlar los negocios de minería ilegal, oficinas de cobro, narcotráfico, entre otros.
Desde hacía dos meses, agentes encubiertos de la Unidad Especial de Investigación, en coordinación con la Fiscalía, vigilaban los movimientos de ‘Román’. Se sabía que tenía cinco apartamentos en el Valle con similares características y que cada noche dormía en uno diferente para despistar a las autoridades.
El pasado miércoles, los agentes de la Dijín allanaron una de estas propiedades, un apartamento completamente blindado ubicado en el sector de Chipichape, en donde se sabía que estaba el señalado narcotraficante. Las puertas y ventanas tenían un blindaje nivel 5, común en oficinas gubernamentales, por lo que fue necesario el uso de equipos de alta percusión para romper la puerta.
Luego de su captura, los agentes revisaron cada rincón del inmueble y del estacionamiento particular. Y en el baúl de una camioneta tipo Land Rover modelo 2017, también blindada, descubrieron las barras de oro de 18 quilates.
Una fuente cercana a la operación le contó a EL TIEMPO que el oro iba a ser llevado a un depósito en donde los narcotraficantes acumulan sus finanzas. “El oro, a diferencia de los billetes, no se deteriora o se pudre”, dijo la fuente.
Duro golpeCon la captura del máximo jefe y cinco de sus lugartenientes, para la Policía, queda desmantelada la red narcotraficante.
De acuerdo con la investigación, esta organización ha enviado a los Estados Unidos, en los últimos dos años, al menos 150 toneladas de cocaína. El envío del estupefaciente fue coordinado por Héctor Meneses Yela, alias Guara, quien ya fue extraditado a los Estados Unidos.
La modalidad que empleaban era el transporte en lanchas rápidas –las que salían directo con suficiente combustible desde Cabo Marzo–, barcos pequeños y sumergibles por el Pacífico. La droga terminaba en las calles de Nueva York, comercializada por el cartel de Sinaloa de México.
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