Cerca de 3,7 millones de pesos al mes. Esas fueron las cuentas de un estudio realizado en el 2012 por la Personería de Bucaramanga sobre el dinero que alcanza a recaudar una persona en situación de calle si se sitúa en el mismo semáforo ocho horas al día, de lunes a sábado. La investigación encontró que personas dedicadas a la mendicidad podrían recoger entre 100.000 y 150.000 pesos al día en algunos sectores residenciales y comerciales de la ciudad.
Una suma millonaria por la que compiten en la capital santandereana unas 3.212 personas en situación de indigencia y no pocas mafias que pretenden manejarlos.
La Alcaldía y la Personería adelantaron una campaña en el 2012 para que los bumangueses no entregaran limosnas a los habitantes de la calle, pero esta práctica –muchas veces, coaccionada– no ha cesado. De hecho, funcionarios de la Secretaría de Desarrollo indicaron que hace cuatro meses un habitante de calle que requirió atención médica porque tenía monedas en sus llagas llevaba entre sus andrajos un millón de pesos.
A pesar de que las autoridades han establecido convenios con 11 instituciones que ofrecen alimentación, ropa, baño, asistencia mental y física y hasta dormida a esta población, ellos siguen pidiendo limosna para, en su mayoría, comprar pegante y narcóticos de todo tipo como marihuana y bazuco y pepas conocidas como ‘mandras’, ‘las rorres’ y ‘las yumbo’.
‘El Flaco’, que lleva 18 años en las calles, principalmente en el centro de la ciudad, refuerza esos cálculos. Según él, dependiendo del punto y el flujo de personas, se puede recoger en limosnas entre 70.000 y 150.000 pesos. “Toca caminar mucho, porque cada día aparecen nuevos indigentes y la cosa se pone dura. Ahorita están llegando los ‘venecos’ ”, afirma.
Procedentes de otras regiones del país, en un 70 %, y hasta de Venezuela, en la capital santandereana deambulan 2.759 hombres y 453 mujeres sin un hogar fijo.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Desarrollo, el mayor número de habitantes de la calle (970) tiene entre 30 y 41 años, pero se sabe de algunos que superan los 80 años de edad. En la capital de Santander se sabe que algunos de ellos prestan sus cédulas a bandas delincuenciales, todo a cambio de dosis de narcóticos y pegante.
Juana Patiño, coordinadora del programa Habitante de la Calle, indicó que 16 personas, que reciben tratamiento, sufren de enfermedades como VIH y tuberculosis. Otras fueron contagiadas con sífilis y gonorrea.
Este año la administración municipal ha corrido con los gastos de los sepelios de 6 habitantes de la calle. Para cada entierro, que se realiza en el Cementerio Central, se han destinado 1’030.000 pesos. El actual ha sido el año de menos muertes pues, en promedio, fallecen cada 12 meses 15 habitantes de la calle.
Para atender a esta población, la Alcaldía destinó entre los años 2013 y 2016 casi 2.500 millones de pesos.
BUCARAMANGA
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