Exactamente 22 años después de ocurrido el que se conoció como el “robo del siglo”, el más grande que se haya hecho en Colombia en dinero en efectivo, el Consejo de Estado falló a favor de Marco Emilio Zabala Jaimes, exgerente del Banco de la República de Valledupar, y ordenó pagarle una indemnización superior a los 300 millones de pesos. El fallo argumenta que Zabala fue injustamente privado de la libertad.
El entonces gerente del Emisor en esa ciudad fue vinculado al proceso por el hurto de 24.000 millones de pesos y encarcelado por su presunta vinculación con los hechos.
El cinematográfico robo ocurrió en el transcurso de la madrugada del domingo 16 de octubre de 1994, cuando 14 personas ingresaron con sofisticados equipos a la bóveda de esa sede del Banco de la República y se llevaron 24.072 millones de pesos, aproximadamente 30 millones de dólares de la época.
Un mes después, Zabala fue vinculado a la investigación por la supuesta comisión del delito de hurto calificado agravado. Estuvo preso más de nueve meses en la cárcel Modelo de Bogotá y luego pasó 19 meses con detención domiciliaria.
El 20 de marzo de 1998, el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Valledupar había absuelto a Zabala, sin embargo, fue en agosto pasado cuando el máximo tribunal de lo Contencioso Administrativo condenó a la Nación y ordenó la reparación económica por la privación injusta de la libertad de Zabala y el “daño al buen nombre”.
La Fiscalía acusó entonces al gerente del banco porque había ordenado, exactamente dos días antes del robo, reparar el aire acondicionado de la sucursal, hecho que para el ente acusador facilitó a los ladrones instalar toda la indumentaria para romper la bóveda.
Sin embargo, para el juez del caso no hubo pruebas de la complicidad del gerente y tampoco hubo testimonios en su contra. Por el millonario hurto fueron detenidas en la época más de 100 personas.
El dinero que se llevaron ese fin de semana los delincuentes, entre los que había integrantes de la Policía, funcionarios del banco y particulares, fue en su mayoría en billetes sin emitir, es decir que no habían salido al público.
Solo 3.700 millones de pesos correspondían a billetes nuevos y 1.812 millones a billetes que habían estado antes en circulación. Con excepción de los billetes que habían estado en circulación, la mayoría fueron recuperados.
El banco dio plazo hasta finales de 1997 para que la gente que de buena fe había recibido los billetes hurtados los cambiara en sucursales del Banco de la República y no perdiera su plata. Tres años después del robo, 18.000 millones ya habían sido canjeados y 2.000 millones recuperados por la Fiscalía.
El Estado tampoco perdió el dinero porque las empresas aseguradoras cubrieron casi la totalidad del robo.
Cabe recordar que los billetes que se llevaron durante el robo tenían la imagen del libertador Simón Bolívar, para el caso de los de 2.000 pesos; los de 5.000 tenían en el frente a Rafael Núñez y en el respaldo, a Miguel Antonio Caro, y los de 10.000 pesos, a la indígena embera.
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