El bloque sobre los riesgos que el glifosato trae para la salud humana inició con el exministro de Salud, Alejandro Gaviria, en la audiencia que avanza en la Corte Constitucional en relación con la conveniencia de usarlo para combatir los cultivos ilícitos.
Dijo que si la salud es un derecho fundamental, el Estado no puede actuar en su contra, por lo que el principio de precaución es totalmente relevante.
Eso significa que no solo se debe tener en cuenta la certeza del daño, sino la potencialidad del daño. Por esto, el exministro dijo que el glifosato es "éticamente indefendible".
Gaviria asegura que "la evidencia en su conjunto, muestra que el glifosato tiene un efecto adverso sobre la salud, puede ocasionar cáncer, con una alta probabildiad aumenta la mortalidad infantil, ocasiona problemas dermatológicos y respiratorios, y pueden interferir en el desarrollo embrionario, por lo que no es una sustancia de baja toxicidad", aseguró.
El exministro habló de tres estudios, una monografía del 2015 de la Agencia de Estudios Contra el cáncer, con resultados recopilados por 17 países, en el que se resumieron 403 estudios que relacionan al glifosato con algunos tipos de cáncer.
Señaló que hay dos estudios recientes, uno para Brasil y otro para Colombia, que llenan el vacío sobre el tema. Estos dos estudios "muestran de manera fehaciente que el glifosato afecta la salud y representa un problema relevante de salud pública".
En el caso de Brasil, el estudio ve los efectos en la salud infantil por el glifosato en los cultivos de soja, y se incrementa la mortalidad infantil en una muerte adicional por cada 1.000 niños vivos. Así, dice Gaviria, el glifosato está asociado con 500 muertes de niños.
El segundo estudio, del 2017, analiza los efectos del glifosato en la salud en Colombia. Encontró que a mayor número de hectáreas asperjadas, mayores fueron las consultas por problemas dermatológicos, respiratorios y abortos espontáneos.
También dijo que hay mayor certeza sobre el costo que traen las aspersiones en la salud, que sobre su beneficio como política antidrogas, que calificó como incierto.
A su turno, Christopher Portier, profesor de la Universidad de Queensland aseguró que los últimos estudios “mostraron incrementos en los posibles tumores” por el uso del glifosato. Según Portier, hay una relación entre el glifosato y el ninfoma non Hodgkin.
También habló de un estudio del 2013 que revisó tumores en ratones, asociados con glifosato, y encontró que “hay un linfoma hallado en ratones femeninos. En otro estudio se hallaron tumores de tipos pulmonares que no se habían visto y debían estudiarse”.
Este estudio es distinto al de Keith Solomon, profesor de la facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Guelph. Dijo que “todas las agencias de Canadá, Europa y Estados Unidos han descartado la relación entre el glifosato y el cáncer”.
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