Al menos tres funcionarios al servicio de entidades oficiales mencionadas en el escándalo por los sobornos de Odebrecht terminaron trabajando para la gigante brasileña, tras renunciar a sus cargos o ser despedidos por actos de corrupción. Este último es el caso de Daniel García Arizabaleta, director del Invías entre el 2007 y el 2009. Bajo su batuta, el Invías diseñó los pliegos del proyecto Ruta del Sol. Pero García Arizabaleta salió abruptamente del cargo luego de que se descubrió que mintió en su hoja de vida y récord académico.
Con destitución e inhabilidad por 15 años impuesta por la Procuraduría, a principios del 2010, fue contratado por Odebrecht como asesor en todo tipo de trámites con el Estado. En ese lapso, su nombre apareció en una conversación entre Miguel Nule y el entonces viceministro de Transporte, Gabriel García Morales, en la que este último confiesa presiones y exigencias para la adjudicación de la Ruta del Sol II.
EL TIEMPO contactó a García Arizabaleta, pero este no ha querido aclarar su nexo con Odebrecht, revelado hace dos semanas por el periodista Daniel Coronell. La llamada ‘puerta giratoria’ también funcionó con el ingeniero Jorge Enrique Pizano, que el alcalde Samuel Moreno nombró en el 2008 como gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá. En el 2009, y en medio de una polémica, la administración de Pizano le adjudicó a Odebrecht la obra del Interceptor Tunjuelo-Canoas, tasada en 240.000 millones de pesos. Pizano renunció en el 2010 porque, según explicó en una carta, le estaban haciendo “una importante oferta profesional en el sector privado”. Y Pizano resultó trabajando en la concesionaria de la Ruta del Sol, a cargo de la multinacional brasileña, donde ocupa un cargo de supervisión desde hace más de seis años.
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En el 2013, la Fiscalía le abrió investigación a Pizano por el ‘carrusel’ de la contratación en Bogotá. El ingeniero no ha querido hablar de esa indagación ni de su nexo laboral con Odebrecht. Las autoridades también estudian el caso de un exdirectivo de la firma Ingetec, una interventora con más de 60 años de experiencia. Cuando el ejecutivo trabajó en la reputada empresa, Ingetec prestó el servicio de interventoría de HidroMiel, la hidroeléctrica que Odebrecht construyó en los 90 para la estatal Isagén. En el 2010, el profesional se fue a trabajar en el proyecto Tunjuelo-Canoas, a cargo de la firma brasileña.
Por coincidencia, el Acueducto de Bogotá llamó a Ingetec para ejecutar una interventoría en la construcción del tanque de retención Tunjuelo Medio. La firma de ingeniería también se postuló para la interventoría en la Ruta del Sol fase II, Odebrecht reconoció que se podía generar un conflicto de intereses. La Fiscalía evalúa si llama a estos tres personajes para que expliquen su paso por el sector público y su brinco al privado.
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