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Cortes

‘Hay que cambiar reglamento para las elecciones en la Corte Suprema’

Rigoberto Echeverri, magistrado de la Sala Laboral y presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Rigoberto Echeverri, magistrado de la Sala Laboral y presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO

El nuevo presidente del alto tribunal dice que no hay intereses políticos en esa Corte.

Andrés Montenegro
El recién elegido presidente de la Corte Suprema de Justicia, Rigoberto Echeverri, niega que en ese tribunal estén jugando intereses políticos en la conformación de la terna para magistrado de la Corte Constitucional, que completa, con la sesión del jueves, más de siete meses en suspenso.

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El magistrado Echeverri admite, sin embargo, que la Corte está en mora de cambiar su reglamento, para hacer más expeditos los procesos de elección que tiene a cargo.
La Corte lleva 7 meses sin conformar una terna de la Corte Constitucional. ¿Qué está pasando?
En la Corte somos conscientes de la responsabilidad que tenemos frente al país en la elaboración de esta terna. No actuamos en bancadas, no tenemos preconcebido un candidato, sino que los 23 magistrados tienen su opinión frente a cada uno de los candidatos. En esa medida tiene que ir cada uno de los candidatos sumando opiniones. En este caso ha habido cuatro personas que han tenido buena votación, pero no alcanzan el mínimo de los 16 votos. Mientras no se logre ese consenso, ningún candidato se puede elegir.
¿Es necesario que cambie el reglamento para que el trámite de elecciones atienda los tiempos de las otras instituciones?
Sí es sano revisar el reglamento, que ya tiene algunos años y han cambiado ciertas legislaciones y procedimientos de elección. Pero ahora estamos enfrascados en estos nombramientos y no podemos pensar en un cambio sobre la marcha. Una vez definido esto, se van a proponer los cambios que haya que hacer.
Por todo esto, muchos sectores plantean que las cortes deberían perder esas facultades electorales. ¿Qué considera usted?
La Constitución de 1991 nos dio esa función porque consideró que las altas cortes son idóneas para hacer esas elecciones y despojar un poco de la política esos nombramientos; se busca que la persona elegida sea imparcial e independiente.
Estamos cumpliendo esa función a cabalidad. Cambiar la Constitución, cambiar esas elecciones y adjudicárselas a otra corporación no es el remedio.
Hay voces que dicen que la Corte está politizada...
Esas voces son equivocadas, son especulaciones. Aquí no tenemos ninguna filiación, ni entramos por filiación ni interesa para nada la posición política.

Estamos cumpliendo esa función a cabalidad. Cambiar la Constitución, cambiar esas elecciones y adjudicárselas a otra corporación no es el remedio

En 2012 y 2014 se hundieron dos reformas a la justicia, en una tuvo la oposición de la Corte Suprema. ¿Les falta quién ronde a los magistrados?
Las dos reformas que se cayeron venían del exterior, se fraguaron allá en el Ejecutivo y no se contó con la participación decisiva de la Rama Judicial. Debido a eso no se trató de solucionar con ellas los problemas reales de la justicia. Somos conscientes de que hay necesidad de hacer reformas.
¿Qué temas deberían ser objeto de reforma?
Hay temas muy álgidos como la reforma del Consejo Superior de la Judicatura. Ahí tiene que haber una reingeniería para optimizar los recursos y el manejo de los proyectos y retos de la Rama. También está la acción de tutela contra decisiones judiciales: la tutela es una de las joyas de la Constitución del 91, pero la tutela contra las decisiones judiciales tal y como está, está desquiciando todo el sistema, porque los jueces penales están dando pensiones, los jueces laborales resuelven conflictos civiles... Eso tiene que organizarse. Hay jurisprudencia de la alta Corte encontrada con la de la Corte Constitucional y eso crea desconcierto.
¿Cómo ve la implementación de la justicia especial para la paz?
La veo como un hecho cumplido. Es la herramienta con la que tendremos que trabajar.
Corte rechazaría pedido de Gobierno para anular fallo de 'fast track'El Gobierno no la va a tener fácil en el Congreso con las leyes de pazDos llamados de Santos a la Corte Constitucional
¿Cree que los reparos de la Corte Suprema fueron tenidos en cuenta en la JEP?
Eso fue algo que se discutió el año pasado y el país sabe que no se acogieron todos los puntos. Por ejemplo, que la JEP se articulara en la Rama Judicial. La última palabra la tiene la Corte Constitucional. Nosotros ya no tenemos nada más que agregar ahí.
¿Cree que la JEP va a ser el instrumento que potencie la Colombia en paz?
Es lo que esperamos para el bien del país y de la terminación del conflicto. Uno de los elementos base de los acuerdos de paz es la justicia. En la medida en que se aplique, va a ser una herramienta eficaz para acabar la conflictividad.
¿La Corte siente que ha sido excluida de ese diseño posterior a los acuerdos?
No hemos participado en la implementación de esa paz. Nos ha ido informando el Gobierno. Estamos a la expectativa de lo que suceda. El único interés de la Corte es que se guarde la institucionalidad de la Corte como máximo orden de la jurisdicción ordinaria y, en general, la institucionalidad del país.
En las encuestas, la Justicia está lejos de la imagen que tenía, ¿qué está pasando?
Indudablemente, no podemos desconocer que hay unos casos de corrupción que han llevado a la justicia en general a esa situación. Otro factor es que los jueces estamos asumiendo todos los conflictos que hay en el ambiente político. Ahora estamos empezando con la implementación de los acuerdos de paz: los jueces deben decidir sobre eso, y toda esa conflictividad se va a recargar en los jueces. Si a los jueces les pedimos imparcialidad e independencia, les corresponde a los ciudadanos aceptar sus decisiones y fallos. Pero eso no está ocurriendo.
JUSTICIA
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