Refiriéndose a la captura de Francisco Javier Ricaurte Gómez, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, el actual presidente de la alta corte, Rigoberto Echeverri, afirmó que la institución deplora "que exintegrantes de esta corporación se vean envueltos en estos hechos tan bochornosos y que se den estas situaciones".
Echeverri afirmó que la corte, a través de su sala penal, está trabajando en las investigaciones pertinentes, priorizando casos y practicando las pruebas respectivas, de manera activa.
Añadió que estaba consciente que los últimos escándalos ponían en duda la credibilidad de la justicia y de los magistrados, pero que la garantía se iba dar cuando se individualizaran a los responsables de estos hechos, con la mayor rapidez posible.
También aclaró que su elección como presidente de la corte no se dio por el magistrado Ricaurte, sino que en el año 2004, cuando Ricaurte fue nombrado, él era el único magistrado que quedaba en ese despacho y por tanto "él me pidió el favor que me quedara mientras él traía su equipo; trajo dos magistrados nuevos que no tenían experiencia, debí permanecer en el despacho mientras estos magistrados adquirían la experiencia y así me quedé hasta que fui nombrado magistrado de la Corte Suprema de Justicia".
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