Un hombre y una mujer serían los responsables de la muerte del comerciante Jhon Alonso Orjuela Pardo, propietario de 15 establecimientos de frutas y verduras que funcionan en Chía y Bogotá, Surtifruver de la Sabana.
Orjuela murió al ser víctima de dos impactos de bala.
Las primeras indagaciones realizadas por agentes del CTI de la Fiscalía, que tienen a su cargo la investigación, dan cuenta que el empresario fue a cumplir una cita a las 9:30 de la noche en la Autopista Norte con 178. Hasta ese sitio llegó a bordo de una camioneta Toyota Land Cruiser de placas HAR-741.
A los pocos minutos arribó hasta allí una pareja con la que cruzó unas cuantas palabras. De un momento a otro la mujer desenfundó un revólver e hizo los dos disparos que segaron la vida del comerciante. Sufrió una herida en su cabeza y otra en el tórax.
Las autoridades hallaron el cuerpo de Orjuela Pardo tendido a pocos centímetros de su vehículo.
Un familiar de la víctima le dijo a EL TIEMPO que él nunca les habló de haber sido víctima de amenazas, que por esa razón andaba sin escoltas. “Eran más sus amigos, nunca supimos de enemigos”, manifestó el allegado.
Sin embargo, los investigadores analizan las últimas llamadas telefónicas que el empresario realizó desde su celular las que podrían dar las primeras pistas del misterioso homicidio. Además, con base en un video que captó los últimos minutos con vida de Orjuela los investigadores realizarán los retratos hablados de los victimarios.
La primera hipótesis que manejan las autoridades es que el comerciante venía siendo víctima de una extorsión, que asistió a una cita y que allí se negó al pago del chantaje lo que provocó el ataque por parte de los criminales.
Orjuela Pardo, de 46 años, es oriundo de La Plata (Huila) de donde junto con sus padres y hermanos se vinieron a Bogotá desplazados por la violencia, hace 32 años. Dijo, además, que su primer negocio lo montó en Chía (Cundinamarca).
Empezó trabajando como surtidor y mensajero de un supermercado propiedad de su tío Parmenio, quien le arrendó un pequeño espacio de su establecimiento para que instalara una venta de frutas.
A los pocos años amplió su negocio y es allí en donde nace el Surtifruver, que luego se extendió por toda la región. El comerciante deja cuatro hijos.
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