Sobrepoblación carcelaria, infraestructura deteriorada, insuficiencia de instrumentos y medicamentos para atención en salud, incumplimiento de reglas impuestas por fallos de la Corte Constitucional. Ese fue el panorama que encontró la Contraloría General en 29 cárceles del país a las que visitó en el año 2016.
El informe que construyó el ente de control fue enviado a la Corte en cumplimiento de las sentencias T-388 de 2013 y T-762 de 2015. En él pone en evidencia la grave situación que presentan los principales centros de reclusión de 12 departamentos del país.
La Contraloría hace especial énfasis en el tema de hacinamiento. Asegura que la fórmula del equilibrio decreciente, es decir que salgan más internos de los que entran no se está implementando, pues hoy siguen siendo muchos más los ingresos de reclusos que las salidas de los mismos.
Bajo esta condición, solo se encontró un descenso en el número de personas recluidas en el Complejo Carcelario de Cúcuta y en Popayán. Sin embargo, en los 27 restantes, hubo un aumento de ingresos que lleva a una sobrepoblación de entre 7 y 260 por ciento.
Insiste también en que no se está cumpliendo la separación debida de sindicados y condenados.
Así mismo, dice el documento, que de manera generalizada se presentan deficiencias en la provisión de medicamentos. También insuficiencia el personal médico y de equipos e insumos para atender la gran demanda en temas de salud que se presentan en las cárceles.
La Contraloría reprocha también que solo el 20 % de establecimientos cuentan con áreas acondicionadas para atender las visitas conyugales, un derecho reconocido a la población detenida. Es por eso que en el resto de centros penitenciarios las visitas se realizan en las celdas comunes.
JUSTICIA
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