Arauca, Caquetá, Valle del Cauca, La Guajira, Norte de Santander y Guavire son algunos de los departamentos que en el primer mes del año han sufrido ataques o atentados perpetrados por el Eln o las disidencias de las Farc.
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Esos grupos, en disputa por las rentas ilegales, están enfrentados y como parte de sus estrategias intentan demostrar poder armado que intimida a la población civil y la deja en medio de la guerra de los ilegales.
La unificación de las disidencias en un solo secretariado, la sociedad del grupo de la 'Segunda Marquetalia' y el Eln y la época electoral han llevado a esas redes criminales a medir fuerzas para lograr control territorial, debilitar a sus enemigos y al tiempo conseguir que su nombre tenga presencia nacional y hasta internacional.
La estrategia no es nueva y no solo había sido usada en el pasado por las mismas guerrillas, sino que el mismo temido cartel de Medellín que desplegó en su momento una ofensiva criminal en el país para presionar al gobierno a una negociación que cerrara la extradición. Al tiempo buscaban que la sociedad civil, por el temor y la zozobra, exigiera que se avanzara en una salida pacífica a la sangría.
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Esos hechos de violencia han llevado a que tras cada hecho se registre un Consejo de Seguridad local que termina en la movilización de tropa a las regiones. En esas zonas las personas consideran que la salida no solo debe apuntar al uso de las Fuerzas Militares.
La Defensoría del Pueblo ya había advertido en 2019, en la alerta temprana 029, la posible confrontación de estos actores armados. “La situación desborda las posibilidades de las autoridades y consuma cada vez más acciones de violencia en contra de la población”, advirtió.
Esto venía acompañado de las advertencias sobre el reacomodo de los grupos ilegales tras la salida de la guerrilla de las Farc de sus zonas de injerencia.
"El retiro de las FARC-EP de sus zonas de influencia, ha llevado al Ejército de Liberación
Nacional (ELN), a los grupos armados posdesmovilización (Autodefensas Gaitanistas de
Colombia/Clan del Golfo - AGC/CG, Puntilleros y Pelusos) y a las estructuras disidentes de las propias FARC-EP, a desplegar dinámicas violentas orientadas al control de las economías y a intervenir en el desarrollo de los circuitos asociados a estas, posicionándose en tales entornos con el empleo de estrategias criminales que van desde el conflicto directo con los grupos armados en competencia hasta las alianzas operativas, aumentando así los riesgos de victimización para la población de las zonas involucradas", señaló la Defensoría en su informe 'Economía ilegales, actores armados y nuevos escenarios de riesgo en el posacuerdo'.
Añadió: "La competencia por los réditos de las economías ilegales se convierte en un obstáculo de primer orden para la normalización institucional, tanto de las zonas históricas de las FARC-EP, como de aquellas en las que tienen injerencia otros actores armados ilegales. Esto por la alta probabilidad de exacerbación de los ciclos de violencia y victimización".
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Camilo González Posso, presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), atribuyó la ofensiva del Eln a dos razones. “En la época electoral están diciendo a quien vaya a llegar al gobierno que siguen estando en el país, que tienen poder armado y que quieren un espacio político”, dijo González Posso.
La otra razón está atada a una demostración de fuerza que está enviando a las disidencias y grupos ilegales que lo están retando.
“Las disidencias se les metieron al rancho en zonas tan importantes para ellos como la región donde está el frente ‘Domingo Laín’, que siempre fue su grupo más fuerte y es su retaguardia histórica”, dijo el analista tras afirmar que las disidencias no solo han golpeado al Eln en Colombia, sino en Venezuela.
Un habitante de Saravena (Arauca) consultado por EL TIEMPO, quien pidió reserva de su identidad por seguridad, afirmó que espera que pronto se tomen medidas para sacar a la comunidad de en medio de ese conflicto. “Están peleando por sus negocios ilegales y la gente de Saravena no tiene nada que ver en eso. Nosotros estamos pagando el precio de sus peleas por droga. Ahora, mucha gente se está yendo del municipio porque realmente no hay garantías acá; como este atentado, puede haber muchos más en cualquier momento”.
Este es uno de los departamentos que mas ha sufrido la arremetida por cuenta de la disputa entre los ilegales que se da en ambos lados de la zona de frontera.
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Desde varios sectores se ha criticado la labor del Estado en el proceso de copado de los espacios dejados por las Farc en donde no solo se esperaba la presencia militar, que el algunos casos tampoco llegó, y la inversión social y apoyo a las personas de esas regiones.
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