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Conflicto y Narcotráfico

Timochenko critica a Márquez por 'peligrosa relación' con Marlon Marín

Iván Márquez (izq.) y Timochenko (der.) encabezan dos líneas de pensamiento muy distintas al interior del partido Farc, que hace rato vienen chocando.

Iván Márquez (izq.) y Timochenko (der.) encabezan dos líneas de pensamiento muy distintas al interior del partido Farc, que hace rato vienen chocando.

Foto:Luis Acosta / AFP

El jefe de las Farc dice que esa relación fue la que terminó por enredar a Jesús Santrich.

Marisol Gomez
Las diferencias entre el primero y el segundo hombre de las antiguas Farc sobre lo que debía ser la paz con esa guerrilla fueron evidentes después de que se selló la negociación de la Habana y comenzó la conformación del partido político, en agosto del 2017. Pero no comenazaron ahí.
Márquez fue quien más se opuso a iniciar el proceso de paz con el presidente Juan Manuel Santos tras la muerte, en noviembre del 2011, del entonces jefe máximo de las Farc, ‘Alfonso Cano’, en una operación militar.
Y mucho trabajo tuvo que hacer su sucesor, Rodrigo Londoño, Timochenko, para convencer a Márquez y a quienes lo seguían dentro de las Farc de que era el momento de buscar el fin del conflicto armado mediante una negociación.
Incluso, la llegada de Márquez a La Habana para encabezar la fase formal de los diálogos de paz, en noviembre del 2012 y tras una etapa de diálogos exploratoria de seis meses encabezada por Mauricio Jaramillo -conocido como El Médico-, tuvo mucho que ver con que Márquez, siempre radical en sus posiciones, criticó la agenda pactada en esa etapa, y Timochenko lo envió a Cuba a demostrar qué era capaz de lograr en una mesa de conversaciones con el Gobierno.
Pero en esos momentos, durante los más de tres años de negociaciones y en las etapas iniciales de la marcha del pacto de paz Timochenko se esforzó para que esas diferencias no se notaran y para que, ya como partido político, la Farc (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) marchara unida con la idea de consolidar los acuerdos logrados con el Gobierno.
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Esto, mientras Márquez intentaba extender a la base guerrillera su malestar personal por las dificultades naturales y previsibles de la implementación de los acuerdos de La Habana.
Pero el segundo de la Farc -cuya pertenencia al partido está hoy en entredicho- colmó la paciencia de Timochenko con una carta del 18 de mayo a los guerrilleros agrupados en las 24 zonas de reincorporación en la que ratifica la idea de que “se equivocaron al entregar las armas” porque estas eran, “como lo decía ‘Manuel Marulanda’”, la única garantía de que les cumplieran lo pactado en un acuerdo de paz.
Al mencionar al jefe histórico de las Farc, de manera velada Márquez acusó a Timochenko de las dificultades de la implementación de lo acordado en La Habana, que, es obvio, obedecen principalmente a la oposición que le han hecho a ese pacto de paz el expresidente y hoy senador Álvaro Uribe y el Centro Democrático.
Y la respuesta de Timochenko fue, por primera vez, directa: "Actitudes y comportamientos como los adoptados por Iván Márquez y quienes lo siguen, apuntan a pisotear eso que para los revolucionarios, incluso para cualquier ser humano que tenga un elevado sentido de su integridad, es algo sagrado. La autoridad moral del partido. En esas condiciones, con hondo pesar, debo reconocer la necesidad de marcar distancias con ellos. Somos un partido para la paz, nunca seremos un partido para la guerra", dijo el miércoles.
Nunca antes el jefe de la Farc había mencionado con nombre propio a Márquez. Tras sus primeras diferencias con él dentro del partido, en agosto del 2018, se había referido a un “campaña sistemática” dentro de la naciente organización política para cuestionar su liderazgo.
“Lo que no me trama es que usen métodos arteros, desleales, y nada en el marco del espíritu de partido que nos debe caracterizar”, afirmó en ese entonces.

Siendo parte de la dirección
del partido Márquez decidió marginarse, y sus opiniones son
de él y no de la Farc

El miércoles, sin embargo, cuestionó públicamente a Márquez por haber abandonado sus responsabilidades con el proceso de paz y su “falta de autocrítica” frente a “la extraña y peligrosa relación con su sobrino Marlon Marín, relación que terminó por enredar a Santrich y enlodar” -puntualizó Timochenko- el “trabajo político” de la Farc.
El senador de ese partido Carlos Antonio Lozada afirma que la carta de Timochenko a Márquez no es una expulsión del movimiento político porque esas decisiones se tomarán en la asamblea general, que se realizará probablemente después de las elecciones regionales de octubre, pero que sí es un mensaje contundente al segundo del partido en el sentido de que su carta a los espacios de reincorporación no representa a la Farc.
Para Lozada, en este momento es Márquez quien debe decidir si sigue o no sigue haciendo parte del partido. “Siendo parte de la dirección, Márquez decidió marginarse del partido  y sus opiniones son de él y no de la Farc”, anota Lozada.
Marisol Gómez Giraldo
EDITORA DE JUSTICIA Y  PAZ- EL TIEMPO
@MariGomezGirald
Marisol Gomez
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