El 9 de marzo del 2015 las autoridades reportaron que durante un enfrentamiento con la Policía y las Fuerzas Militares, en Bojayá (Chocó), murió José David Suárez, alias Becerro, jefe del frente 57 de las Farc.
Según su prontuario criminal, el hombre llevaba 35 años en la guerrilla, y en el Chocó, en la frontera con Panamá, se encargaba de controlar el tráfico de cocaína hacia Centroamérica por lo que se ofrecía 1.200 millones de pesos por información que permitiera su captura. También era el encargado de las finanzas y la compra de armas para el entonces bloque Iván Ríos.
Aunque para las autoridades ‘Becerro’ está muerto desde hace más de dos años, la justicia hoy mantiene un proceso judicial contra un hombre condenado por ser supuestamente el jefe del frente 57 de las Farc.
Se trata de Gilberto Torres Muñetón, quien está en la cárcel desde diciembre del 2004, cuando fue capturado en su casa en Medellín, mientras celebraba su cumpleaños.
Tras ser detenido, fue enviado a la cárcel de Anayanci, en Quibdó (Chocó), donde un juez lo condenó a 37 años de prisión por ser supuestamente ‘Becerro’, uno de los guerrilleros responsables de la masacre de Bojayá que dejó a 119 personas muertas. Esa decisión fue confirmada después por un Tribunal, y posteriormente por la Corte Suprema de Justicia.
Mientras Torres era trasladado a prisión, las autoridades buscaban al jefe guerrillero en las selvas del Darién. Desde ese momento el campesino, incluso la Policía, sostuvieron que el verdadero delincuente había usado su nombre para esconderse de las autoridades.
En el 2010, cuando se creía que ‘Becerro’ había muerto en un operativo en el que nunca se encontró su cuerpo, voceros de la Policía sostuvieron que el hombre que estaba preso en la cárcel de Cómbita no era el desaparecido jefe de las Farc.
Y en el 2015, cuando ocurrió realmente la muerte de ‘Becerro’, las autoridades informaron que el guerrillero fue quien ordenó el secuestro del general Rubén Darío Alzate, en noviembre del 2014, hecho que puso en entredicho el proceso de paz con las Farc.
También recordaron que Suárez fue cercano a ‘Pastor Alape’ e ‘Isaías Trujillo’, por lo que estuvo a punto de viajar a La Habana en medio de las negociaciones, mientras Torres Muñetón pagaba en prisión sus crímenes.
Después de la muerte del guerrillero, Torres siguió preso hasta que en mayo de este año un juez le concedió la libertad condicionada, como una de las medidas que se negociaron en el proceso de paz con las Farc, ya que su nombre –que usó Becerro mientras estuvo en las Farc– apareció en la lista de desmovilizados condenados y detenidos, entregada por los jefes de esa guerrilla.
El polémico caso llegó de nuevo a la Corte Suprema de Justicia después de que la defensa de Torres pidió revisar su condena afirmando que había hechos nuevos.
El alto tribunal aseguró que por ahora todos los procesos contra las personas señaladas de pertenecer a las Farc están suspendidos, pues esos casos tendrán que ser conocidos por la Jurisdicción Especial de paz (JEP). La Corte aseguró que como el mismo Torres suscribió el acta de compromiso con la que se le dio la libertad condicionada por someterse a la JEP, su proceso dejó de ser de conocimiento de la justicia ordinaria y ahora pasará al sistema de justicia transicional.
La defensa de Torres justificó que el campesino se suscribió a la JEP considerando que era la única vía que le quedaba para que se revisara su condena, de la que aún se sigue declarando inocente.
Mientras persiste la duda sobre cómo Torres sigue con una condena por delitos por los que es señalado un jefe guerrillero que, según las autoridades, está muerto, la Corte ordenó que esa controversia judicial vaya a la Sala de Revisión del Tribunal de Paz.
Esa instancia, que todavía no ha entrado a funcionar, tendrá la última palabra en el caso judicial que ya lleva 13 años sin una respuesta de fondo.
REDACCIÓN JUSTICIA
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